viernes, abril 26

Los libros que nos definen

23 de Abril: Día del libro. Como cada año se nos exhorta a que leamos, o mejor, a consumir la gran cantidad de publicaciones que salen al mercado en esta fecha. Yo, como otras veces, paso del evento multitudinario y me sumerjo en ese libro que tengo encima de la mesita de noche y que me tiene totalmente enamorada. 
 Al hilo de la conmemoración, me han venido a la mente los libros que han pasado por mi vida, desde que tengo uso de razón y voy a intentar hacer un recuento de ellos.
No es fácil recordar cuál fue el primer libro de literatura que cayó en mis manos.  Busca que te busca en esa alacena que es la memoria, me aparece de pronto un título que en ese momento me debió de calar muy hondo, porque no he olvidado el título de la protagonista: Fabiola. Iba yo por entonces a unas reuniones de adolescentes católicas, dirigidas por una maestra de mi pueblo: doña Tomasa. Seguramente no tenía más de 13 años, pero claro, una historia de sacrificio y heroísmo a esa edad, no se olvida. Gracias a “San Google”, he encontrado el título completo: Fabiola o la iglesia de las catacumbas/ Y curiosamente un resumen de la temática. La transcribo tal y como viene en internet:

domingo, abril 21

El dolor y la pasión de una mujer excepcional



Acabo de leer La ridícula idea de no volver a verte. Un libro inclasificable, entre la producción literaria de su autora: Rosa Montero. Me acerqué a él después de escuchar una entrevista en Radio 1, en la que Rosa conversaba con Pepa Fernández. Me di cuenta de que era un libro diferente; me dio la impresión de que su autora se había atrevido a desnudarse emocionalmente, después de un tiempo de duelo, tras la muerte de su marido Pablo Lizcano, siendo todavía un hombre joven.  Además, el título parecía anunciar una conversación con su amor perdido. Me gustan esos libros más o menos autobiográficos, y mucho más cuando los escriben personas con las que, por generación, he compartido un tiempo y unos valores. No tuve que comprarlo, porque mi amiga Silvia, siempre tan acertada, me lo regaló  en mi cumpleaños.

martes, abril 16

De La Violetera a los Indignados: una semana muy movida

Dos días muy intensos. Las noticias me dan la dimensión de cómo pasa el tiempo.   Entre La Violetera a la primavera de los Indignados, pasando por la Era Thatcher… ¡Ufffff! Mucho tiempo. Los cincuenta, todavía casi posguerra, en un pueblo jienense, apartado, recóndito, sin apenas comunicación con el exterior. Diez, doce años…; escuela, juegos, rezos obligatorios, sueños imposibles…  Las niñas con nuestros teatrillos, jugando al artisteo… A veces, cuando me pongo “Abuela Cebolleta” y me asombro de las artistas que son ahora ídolos de niñas que no pasan de los doce años: Shakira, Madonna, Lady Gaga… vestidas como auténticas busconas, por no decir algo malsonante y grosero, me acuerdo de las tardes que pasábamos las amigas y primas de la misma edad, jugando a ser Sarita Montiel. 

Receta de Blandillas de Semana Santa

En Semana Santa me han pedido la receta de un tipo de rosquillas que hacía mi madre y que se siguen haciendo en la provincia de Jaén: Blandillas. Antes de que se me pase el tiempo y pierda la receta, aquí está, con las fotos de su elaboración. Es una receta muy sencilla y barata. Se necesita un utensilio para su elaboración, que se vende en las ferreterías.

Ingredientes:

2 huevos
2 vasos de leche
Harina hasta que quede una masa blanda, como unas natillas espesas

Mientras se elabora la masa, se va poniendo aceite en una sartén honda. Cuando esté muy caliente, con una cuchara, se llena el molde (previamente calentado dentro del mismo aceite)  y se introduce en la sartén. Si la masa está a punto y el aceite bien caliente, el rosco se desprende del molde sin hacer nada. Se dora por ambos lados y se saca a un plato con papel secante. Posteriormente, se reboza en azúcar y canela, a gusto.

viernes, abril 12

Por tierras navarras con mi libro Al hilo de la conversación

Al hilo de la conversación viaja al norte: Azagra (Navarra) Un viaje al pasado; a la memoria de los emigrantes andaluces a otras tierras de España. Allí presenté la nueva edición, delante de mis paisanos.
En plena actuación
Una tarde para el recuerdo, para los encuentros inesperados, para las emociones, los abrazos, los apretones de manos, las sonrisas, el orgullo de ser quienes somos y poder reconocernos en los demás... Para tantas cosas que ni siquiera había pensado, pero que pasaron y me llenaron el corazón de gozo. Caras conocidas, infancias compartidas en la Carrera Alta, o el Terrero; en otros barrios algo más alejados... pero, al fin y al cabo historias comunes y sobre todo la experiencia de la pérdida; de ese adiós a las calles empedradas que tantas veces recorrimos, a la sierra, la ermita, la Pililla... Lo que perdimos y quedó ahí, esperando mejores tiempos para poder ser recuperado.  La tarde del 16 de marzo, algo de ello recuperamos tod@s.      
Este libro que me ha dado tanto, también me ha permitido este emotivo encuentro con parte de mi pasado. Y también, por qué no decirlo, me ha dado muchas sorpresas. Como encontrarme con caras muy jóvenes, que quisieron acompañarme, a pesar de que, algunos de ellos. ni siquiera habían nacido cuando yo me marché del pueblo. O esas personas tan generosas que viajaron desde otros lugares, con la ilusion de participar de el acto y encontrarse entre paisanos y conocidos. No es falsa modestia, sinceramente. Me he sentido tan agasajada, tan amable y afectuosamente tratada, que, francamente, me siento en deuda con tod@s. Todavía siento el calor de algunas manos, las sonrisas y los abrazos... reales, sinceros...  sin trampa ni cartón. No tengo palabras. Mi agradecimiento y mi compromiso de devolver de alguna manera tanto cariño y de seguir disfrutando de las cosas que nos unen, a pesar de tantas distancias, tantos años, tantas circunstancias no tan propicias al encuentro. 
Nuevas generaciones, hijos de Ildefonso
Desde aquí, manifiesto mi deseo de hacer realidad ese relato migratorio común; esas experiencias compartidas, en las que podemos encontrar tantas pérdidas como posibilidades de desarrollo; algo que cierre la herida que un día, en los lejanos años sesenta, se abrió en cada uno de nosotros. Os animo emprender ese hermoso proyecto.
Mujeres entusiastas
Con una cariñosa Ana, hija de Isabel, mi vecina
El grupo escuchando atentamente mis palabras






El grupo escuchando atentamente mis palabras