martes, marzo 22

¡Ya tengo una edad!



Todo, todo cambia, dice una hermosa canción de Mercedes Sosa. Y aunque el cambio a que se refiere es mucho más amplio y profundo, se me ha ocurrido mirarme y comprobar cómo en estas seis décadas mi rostro ha ido transformándose. La primera, con unos diez años, en la escuela, Luego, una imagen en blanco y negro con melena rizada y apuntando ya la pubertad. La siguiente, debía tener yo unos trece años y miro a la cámara de una forma muy adulta, casi seductora. Estaba en el taller de costura con otras muchachas. A los dieciséis años, ya en Barcelona, estreno mi primera trenca azul marino y aparezco con pelo corto y un pequeño, aunque natural caracol en la frente. A punto de ser ya una jovencita de ciudad. Tenía ya veintitantos años en la foto con camisa de cuadros: una madre joven. Muy poco tiempo después, porque ambas imágenes se sitúan en la década que va entre los veinte y los treinta, sonriente y muy resultona, recuerdo con un vestido de un estilo  hippy: ésta me encanta. La del pañuelo azul en el cuello, camisera roja y radiante de felicidad, está tomada en un viaje a Asturias, el verano en que  conocí a mi amiga Ángeles. Tenía ya treinta y cinco años. La más sofisticada es la de la pajarita azul. Típica foto de boda, pero que coincide con la cuarentena, más o menos. El primer plano en blanco y negro, arriba a la derecha, representa ya a una mujer de mediana edad: unos cuarenta y cinco. Seria, pero interesante... me lo parece a mi. Y las dos últimas: los cincuenta y sesenta años. La primera, pelirroja y el mismo pañuelo azul al cuello...¡Cuanto me duró y cómo me gustaba....! La segunda, abajo, con chaqueta azul de rallas, y gafas. El día de la presentación de mi libro en Barcelona. Estoy radiante y me gusta por eso. No tenía todavía los sesenta, pero poco me faltaba. Todo...todo cambia. Y yo he canbiado, por fortuna.

viernes, marzo 18

Las madres reales y las madres ideales

Mi madre me enseñó a apreciar el TRABAJO bien hecho: 'Si os vais a matar, hacerlo afuera. Acabo de terminar de limpiar!'

-Mi madre me enseñó RELIGION:  'Reza para que esta mancha salga de la alfombra.'

-Mi madre me enseñó RAZONAMIENTO:  'Porque yo lo digo, por eso... y punto!!!!'

-Mi madre me enseñó PREVISIÓN: 'Asegúrate de que llevas ropa interior limpia, por si tienes un accidente.'
-Mi madre me enseñó IRONIA: 'Tú sigue llorando, verás como te doy una razón para que llores de verdad.'

-Mi madre me enseñó a ser AHORRATIVO:  'Guárdate las lágrimas para cuando yo me muera!!!'

-Mi madre me enseñó OSMOSIS: 'Cierra la boca y come!!!!!' 

-Mi madre me enseñó CONTORSIONISMO: '¡Mira la suciedad que tienes en la nuca, vuélvete!'

-Mi madre me enseñó FUERZA Y VOLUNTAD: 'Te vas a quedar sentado hasta que te comas todo.'

-Mi madre me enseño METEOROLOGIA: 'Parece que ha pasado un huracán por tu cuarto.'

-Mi madre me enseñó VERACIDAD: '¡¡Te he dicho un millón de veces que no seas exagerado!!'

-Mi madre me enseñó MODIFICACION DE PATRONES DEL COMPORTAMIENTO: 'Deja de actuar como tu padre!!!!!'
-Mi madre me enseñó habilidades como VENTRILOQUIA: 'No me rezongues, cállate y contéstame: ¿por que lo hiciste?'

-Mi madre me enseñó LENGUAJE ENCRIPTADO: 'No me, no me... que te, que te...'

-Mi madre me enseñó técnicas de ODONTOLOGIA: 'Me vuelves a contestar y te estampo los dientes contra la pared!!!'

-Mi madre me enseñó GEOGRAFÍA DE ESPAÑA: '¡Como sigáis así os voy a mandar a uno a Cádiz y al otro a La Coruña !'

-Mi madre me enseñó BIOLOGÍA: '¡Tienes menos cerebro que un mosquito!'

-Mi madre me enseñó LÓGICA: 'Mamá, ¿qué hay de comer?'' ¡COMIDA!'

-Mi madre me enseñó RECTITUD: 'Te voy a enderezar de un tortazo!!!'

¡¡¡Gracias Mamá!!! Madre solo hay una... y ¡menos mal...!

Una pedagoga que ha querido ser escritora: Josefina Aldecoa

La escritora y educadora Josefina Aldecoa ha muerto en su tierra natal, Santander, a los 85 años. Me acerco a la estantería en la que se apilan las novelas escritas por mujeres y selecciono tres libritos de bolsillo a los que tengo un especial cariño: Historia de una maestra, La fuerza del destino  y En la distancia.  No puedo evitar tocarlos y pensar en esta mujer tan elegante y discreta y agradecer su generosidad. Ella me ha brindado una gran oportunidad: acercarme a su vida y beber de ese estilo tan sencillo, a través del cual ha conseguido captar mi interés por acontecimientos, anécdotas, pensamientos... En definitiva, retazos de vida cotidiana de una mujer con una historia poco ruidosa, pero interesante y productiva. 

                                                          
 Josefa Rodríguez Álvarez, tomó el apellido de su marido, después de la muerte de éste. Estuvo vinculada personal y artísticamente a la Generación de los 50 y a sus miembros, los también escritores Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio, Alfonso Sastre y Jesús Fernández Santos, entre otros.
La personalidad de Aldecoa se hizo popular gracias al colegio que fundó en 1959 en un chalé del barrio del Viso de Madrid. El Estilo pretendía tomar el testigo del proyecto educativo de la II República y de la Institución Libre de Enseñanza. Durante décadas, Aldecoa dirigió el colegio, y hasta hace un par de años, mantuvo su presencia en el centro, dedicada a los alumnos de los primeros cursos. Ha sido este interés por la Pedagogía lo que la ha tenido ocupada durante su juventud, de ahí que, como escritora, se ha dado a conocer en una edad ya madura.

"Nada desconcierta más a los niños que la ausencia de normas", ha dicho Josefina, y con toda razón. "La falta de firmeza es la raíz de muchos de los problemas que llegan a las consultas de los psicólogos. La solución: llegar a un consenso sobre las pautas que tendrán que cumplirse obligatoriamente. El truco: deben ser pocas, pero muy, muy claras".
 
De su obra quiero destacar una estupenda trilogía, que inició en 1999 con Historia de una maestra y que completó con  Mujeres de negro (1994) y La fuerza del destino (1997).  La lectura de estas novelas autobiográficas nos acerca, a la vida de muchas mujeres, nacidas, como ella, en la España que vivió la II República, la Guerra Civil y la larga Posguerra. Totalmente recomendables para quien guste de historias sencillas, realistas e íntimas, pero sobre todo para comprender las vicisitudes por las que han tenido que pasar nuestras madres y abuelas. Una lección muy particular de historia  de la España del siglo XX.
                                                                                       
Para quien quiera acercarse a sus libros:


- 1961. Publica su primer libro bajo el título de "A ninguna parte'
- 1969. Muere su marido, el escritor Ignacio Aldecoa. Abandona la literatura y se dedica a la enseñanza.
- 1983. Vuelve a la literatura y en 1983 publica 'Los niños de la guerra'.
- 1984. Se publica su novela 'La enredadera'.
- 1988. Se publica 'El vergel'.
- 1990. Publica la novela 'Historia de una maestra'
- 1997. Publica “La Fuerza del destino”
- 1998. Escribe el ensayo 'Confesiones de una abuela'
- 2004. Libro de memorias “En la distancia”
- 2008. Se publica la novela 'Hermanas'.

jueves, marzo 17

Evocadoras Imágenes de Isabel Guerra


 Estos días ha salido a la luz,   la historia de esta monja, excelente pintora. Conocía sus preciosos libros y me encanta su mirada sobre la vida cotidiana y las mujeres.

Ver más  en: http://www.youtube.com/watch?v=v7N7Xmh9HwU&feature=player_embedded#at=32

lunes, marzo 14

Anita

No sé qué me pasa, pero cada vez me siento más alejada de los fastos  y festejos con que anualmente nos  bombardean los medios de comunicación, cuando llega el 8 de Marzo. ¿Será la edad?, me pregunto.  ¿Será que me estoy convirtiendo en una escéptica?  Me doy cuenta de que no soporto los discursos de género. ¡Hay tan pocas voces originales!  Es tan difícil escuchar algo que me haga prestar atención, entusiasmarme; algo verdaderamente motivador. Todo me resulta “requetesabido”, pero, sobre todo,  repetitivo y sin alma.   Por eso, esa tarde, cuando Anita, con la dulzura y la fuerza que la caracterzan, levantó su voz para recordar el dolor de las mujeres que se marchan, que cruzan el Atlántico,  dejando atrás a sus hijos, la sala quedó en silencio y se percibió una suerte de estremecimiento general. También ella está inmersa en esa aventura, pero se siente acompañada en el camino que tiene por delante... y lo agradece con ese exceso de humildad de algunos pobres,  que acompaña con su eterna sonrisa de niña bondadosa que aún cree en muchas cosas.
Imagen de Anita, con su cabello suelto
Su imagen la delata; la hermosa y negrísima trenza con que suele peinarse, habla de su origen y también de su resistencia a dejar de ser lo que es: una joven mujer que aún guarda en lo más hondo,  el misterioso encanto de lo genuino, eso de lo que estamos tan faltos.   

jueves, marzo 10

Por qué trabajo en Agosto

No sé si es para reir, por imaginativo e irónico, pero refleja el drama de la edad, especialmente para las mujeres, cuyo principal valor de presentación parece que debe seguir siendo la imagen.  Cuando cambie eso, entonces algo habrá cambiado. Por el momento, todo es bastante triste.
"Yo soy rebelde porque el curro me hizo así. Llevaba 25 años de secretaria en una multinacional y, de repente, compran una red social y me trasladan de un día para otro.
Eso o la prejubilación, me dicen. A mí, que tengo 60 y, vale. Soy una pionera nata. Así que me he reciclado. A la fuerza ahorcan.
El primer sofoco fue ver a mi jefe. Tiene 28 años y se llama Prometeo, te lo prometo, hay padres para matarlos. Lo ves y te dan ganas de darle un euro para que coma algo. Pero se ha inventado él solo este chiringuito que nos da de comer a mí, a él, y a otros 150. Un cerebrito, el niño. Luego están los otros, y las otras. ¡Qué cuadros!, con esos pelos y esas barbas que ellos parecen extras de La vida de Bryan y ellas las que gritan la lapidación. Y yo, la madre que los parió a todos.
   
Cuando entré era el último mono. Me llamaban de usted, me marginaban. Pero yo resistía, todo menos permitir que unos niñatos me empujen a la prejubilación. Decidí RENOVARME. Fui a Bershka, pillé todo lo de la XXL, lo pasé por la "Singer" y me hice unos estilismos que los tengo a todos los de la oficina muertos. Serán nativos digitales, pero les falta perspectiva.
Lo del mes pasado les parece una antigualla y lo de hace 30 años el colmo del estilo. Mi último pelotazo son unas gafas de mi madre que me he graduado para vista cansada. ¡Flipan con ellas!. Vintage, las llaman. En mi época la vendimia era otra cosa.
Se las meto dobladas. Llevo el iPhone al cuello como la cruz el exorcista: los neutraliza. Solo sé llamar y contestar, pero cuela. Esto es anarquía y no la CNT. Ahora estoy superintegrada. Hasta le he cogido el gusto a eso del Red Bull de la máquina. Sabe a Bisolvón, pero me tomo tres al día, como el jarabe. Para marchosa, yo.
Por Navidad me invitaron al Plasty, un local de culto. Mi madre me dijo: "Si vas a salir con los compañeros, ponte el visón, que viste más". Pobre, su reino ya no es de este mundo, el visón. Acabamos en un piano-karaoke del año de la tos, pero ellos lo han descubierto hace poco y creen que es moderno, yo callada, ¡déjalos que disfruten!.
Eso sí, tanto estilismo y "fashion" me agota. Por eso trabajo en agosto. Así tengo dos meses de vacaciones. El mío y el que estoy sin verlos, a mi aire. Por fin he podido sacar a desfilar mis trajes chaqueta y tengo al portero loco. "Eso es una real hembra", me suelta hoy Luciano, un chico de mi edad que no está acostumbrado a este look.
Los modernos están unos en Formentera y otros en Vietnam, no tienen término medio. Oficialmente yo voy a San Juan de Luz, que es "vintage",porque si se enteran que realmente me voy a San Juan, de Alicante, me jubilan sí o sí"

LUZ SÁNCHEZ-MELLADO 18/08/2010 (EL Pais)