¡Cómo pasa el tiempo! Cuarenta años desde que tuve mi primer
hijo... y hoy, día nueve de diciembre de 2013 he pasado a ostentar otro título. Sin
que pueda remediarlo, ya soy la abuela Teresa. ¡Ooooooh! ¡Dios mío! Ahora lo del pelo blanco ya no es
más que una señal puramente estética; incluso puede resultar glamuroso, si
consigues peinarlo con cierta gracia… Y
las arrugas… y el dolorcillo en la rodilla, que de vez en cuando viene a dar la
lata.
Todo eso lo he ido asumiendo poco a poco, sin preocupación, sin sentirme
por ello una mujer mayor. Mi espíritu permanece terso, sin patas de gallo, abierto
a la vida. Soy una mujer entusiasta, que se ilusiona fácilmente con las cosas. Mi
caminar es ligero, seguro, sin signos de estar metida en la sesentena. Tengo
vida propia; actividades que me mantienen en relación con gente joven y con la realidad social de mi
entorno, así que no estoy permanentemente preocupada por lo que hacen mis hijos,
ni les doy la lata con mis llamadas y exigencias.
Con mi hijoManolo cuando sólo tenía un año |
Mi vida profesional |
Digan lo que digan, esa es la realidad que tengo que ir asumiendo, pero estoy segura de que cuando vea a mi pequeña Marina y pueda cantarle una nana, se me hará mucho más llevadera. Puede que incluso acabe, como tantas yayas, con la baba caída y hablando de mi niña desde la noche a la mañana. ¡Ay señor, cómo pasa el tiempo!
Tus hijos no son
tus hijos
Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.
(El Profeta. Kahlil Gibran)
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.
(El Profeta. Kahlil Gibran)
Enhorabuena, muchísimas felicidades para ti y los tuyos, es mi deseo. Y un abrazo para Marina.
ResponderEliminarSOY YO
Pdta. Para el Sr.Gibran y su pedazo de poema cursi, no, no y no. Según mi leal saber y entender, todos, absolutamente todos los hijos del mundo (al igual que los problemas y crisis que son y han sido, je, je) tienen PADRE y MADRE, no caen del cielo, te lo puedo asegurar con conocimiento de causa. O sea SI son de su padre y de su madre.
Gracias. Así lo haré. Le daré un abrazo de tu parte.
Eliminar¡Enhorabuena por tu nieta Marina, Teresa!. Y enhorabuena también a ella por la abuela con la que ha llegado bajo el brazo.
ResponderEliminarFelices fiestas y gracias por tus comentarios.
Pueblana
Gracias Pueblana, por tus palabras y por tu fidelidad. No sabía que me seguías.
EliminarTambién yo te deseo lo mejor y, por favor, sigue escribiendo. Yo comparto tu blog con la gente que creo que se lo merece. Las cosas hermosas hay que mantenerlas y difundirlas.