miércoles, diciembre 11

Llegó Marina y yo soy su abuela



¡Cómo pasa el tiempo! Cuarenta años desde que tuve mi primer hijo... y hoy, día nueve de diciembre de 2013 he pasado a ostentar otro título. Sin que pueda remediarlo, ya soy la abuela Teresa.  ¡Ooooooh!  ¡Dios mío! Ahora lo del pelo blanco ya no es más que una señal puramente estética; incluso puede resultar glamuroso, si consigues peinarlo con cierta gracia… Y las arrugas… y el dolorcillo en la rodilla, que de vez en cuando viene a dar la lata. 
Con mi hijoManolo cuando sólo tenía un año
Todo eso lo he ido asumiendo poco a poco, sin preocupación, sin sentirme por ello una mujer mayor. Mi espíritu permanece terso, sin patas de gallo, abierto a la vida. Soy una mujer entusiasta, que se ilusiona fácilmente con las cosas. Mi caminar es ligero, seguro, sin signos de estar metida en la sesentena. Tengo vida propia; actividades que me mantienen en relación con  gente joven y con la realidad social de mi entorno, así que no estoy permanentemente preocupada por lo que hacen mis hijos, ni les doy la lata con mis llamadas y exigencias.  
Mi vida profesional
 Tengo suficiente con saber que tienen herramientas intelectuales y emocionales para construirse una  vida digna, lo cual no significa que estén protegidos del sufrimiento; que no tengan que luchar, como yo misma lo he hecho, por conquistar sus sueños. Muchas veces tendrán que levantarse tras sufrir algún tropiezo con la parte más oscura y terrible de la vida, y otras, experimentarán eso que llamamos felicidad, y que casi siempre son pequeños, pero maravillosos instantes que no podemos dejar escapar. Bueno… bueno… Y todo este discurso, cuando sólo quería expresar esta mezcla de sentimientos que van desde el estupor a la emoción contenida,  ante una noticia que me ha colocado de golpe en el pelotón de las “agüelitas”; esas mamás que van camino de la vejez. 

Digan lo que digan, esa es la realidad que tengo que ir asumiendo, pero estoy segura de que cuando vea a mi pequeña Marina y pueda cantarle una nana, se me hará mucho más llevadera. Puede que incluso acabe, como tantas yayas, con la baba caída y hablando de mi niña desde la noche a la mañana. ¡Ay señor, cómo pasa el tiempo!                       

                                               Tus hijos no son tus hijos


Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.


 (El Profeta. Kahlil Gibran)

4 comentarios:

  1. Enhorabuena, muchísimas felicidades para ti y los tuyos, es mi deseo. Y un abrazo para Marina.

    SOY YO

    Pdta. Para el Sr.Gibran y su pedazo de poema cursi, no, no y no. Según mi leal saber y entender, todos, absolutamente todos los hijos del mundo (al igual que los problemas y crisis que son y han sido, je, je) tienen PADRE y MADRE, no caen del cielo, te lo puedo asegurar con conocimiento de causa. O sea SI son de su padre y de su madre.

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    1. Gracias. Así lo haré. Le daré un abrazo de tu parte.

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  2. ¡Enhorabuena por tu nieta Marina, Teresa!. Y enhorabuena también a ella por la abuela con la que ha llegado bajo el brazo.
    Felices fiestas y gracias por tus comentarios.
    Pueblana

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    1. Gracias Pueblana, por tus palabras y por tu fidelidad. No sabía que me seguías.
      También yo te deseo lo mejor y, por favor, sigue escribiendo. Yo comparto tu blog con la gente que creo que se lo merece. Las cosas hermosas hay que mantenerlas y difundirlas.

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