domingo, marzo 24

Sobre los encuentros en Facebook


Puede ser que la haya encontrado por fin. Mi maestra, doña Rosa. Se marchó del pueblo cuando yo apenas tenía 10 años y no he olvidado ni sus apellidos.  Un día dejé dibujada su sonrisa en un poema adolescente; busqué la foto de comunión, en la que recobrar su hermosa y joven imagen, junto a otras dos niñas de las que aún recuerdo el nombre: Antonia y Catalina. 
  Curiosamente, Facebook podría permitirme recuperar esa memoria sentimental de la niña; de la escuela unitaria en la Plaza de Abajo, junto a las cocheras de los Viedma. ¡Ah la redes!  Es verdad que pueden ser traicioneras; que tienen muchos defectos… y nos enganchan sin que seamos conscientes, porque al fin y al cabo, la mayoría somos un poco Voyeur y muchos  también exhibicionistas. No reniego de ninguna de las dos cosas, porque soy humana y muy “normalita”,  vamos, del montón… ¿Por qué lo voy a negar?  Pues eso, que un amigo de otro amigo: Vicente Jurado, de Málaga, de forma totalmente casual, me cuenta que desayuna cada mañana con una vieja maestra de ese amigo común: Antonio Suárez.  Casualmente, se llama Rosita.  Se me ha encendido la luz y he pensado: ¡La encontré! Ahora espero que ese deseo, más que evidencia, sea real,  y que mañana pueda tener la respuesta que me gustaría: el nombre completo: Mª Rosa Moles Hernández. Mi primera maestra. 
 Esos son los misterios y la parte positiva de las redes. A Vicente nunca lo hubiera conocido, pero he aquí que es amigo de Antonio, al cual ni recordaba, porque ambos nos marchamos por distintos caminos, siendo todavía muy jóvenes.  Ahora... están ahí. Sigo las hazañas artísticas del segundo y recibo mensajes de su amigo Vicente, que, como buen caballero, cumple con esa agradable costumbre de desear felicidades en el cumpleaños, aunque sea a la “amiga”  desconocida de su amigo.  

Lo dicho: Facebook tiene estas cosas.  

3 comentarios:

  1. ¡¡¡Dª Rosa Moles¡¡¡ Yo no la tuve, pero todo el mundo bablaba maravillas de ella.A mí me parecía guapísima y con gran estilo para vestir.Bueno pues el face tiene esto también; en general sabiendo usarlo o usándolo como a ti te a apetezca, tiene la gracia dl misterio, de los encuentros fortuitos.Todos somos un poco voyeurs y cotillas: Lo importante es tomarlo como algo intrascendente; sabiendo que la vida real también existe de forma paralela.Yo he retomado algunas amistades antiquísimas y he elegido continuar aquellas que me gustan, como por ejemplo Tú; (no soy pelota ni ná)Pero en general soy un poco timidilla; bueno , un poco menos que en la vida real.Y es que el papel, digo la pantalla,es muy sufrida y lo aguanta tó....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, ¡Amiga, nada de pelota! Es que lo nuestro ha sido un gran encuentro.
      Un abrazo

      Eliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar