Augusto Cury: "El sistema educativo está enfermo y crea alumnos enfermos"

Poner música ambiente en las aulas para desacelerar el pensamiento de los alumnos o enseñar a los profesores a expresar en clase los rostros del conocimiento, como sus propios desafíos o angustias, son algunos de los métodos que pregona Augusto Cury en su nuevo libro Hijos brillantes, alumnos fascinantes. Según el médico psiquiatra, la juventud se ha encerrado en sí misma, ha perdido la ilusión y la capacidad de discusión, en algo que califica como "una profunda crisis de la sociedad de la información, que no forma pensadores, sino repetidores de ideas". 

Cury cree que el maestro es uno de los profesionales más importantes en el mundo actual, aunque dispara con bala hacia un sistema educativo que "no enseña a actuar ante el fracaso y que no protege las emociones de los más jóvenes". Según el psiquiatra no basta con utilizar técnicas pedagógicas, sino que es necesario estimular algunas funciones de la inteligencia para desarrollar la inventiva y la capacidad de pensar antes de razonar y de proteger la emoción. Su diagnóstico no puede ser más fatalista, una sociedad que sufre estrés y ansiedad crónicos, que genera alumnos e hijos en continuo conflicto, con sus padres y profesores. Los cambios que propone pueden parecer revolucionarios, pero no son ni complejos, ni profundos. Según él, con 10 minutos a la semana, bastaría.

Roberto Carlos: los detalles de la memoria

No recuerdo con exactitud,  pero corrían los años sesenta.
Yo trabajaba en una empresa de confección. El Director de personal (mi jefe) era muy aficionado a la música y un avanzado, porque se inventó la fórmula para colocar altavoces sencillos en cada planta del edificio, y desde la oficina, en un plato de los antiguos, o un aparato de cintas con cuatro pistas, que él mismo se encargaba de grabar en sus ratos de ocio, ponía música para que el trabajo en los talleres se hiciera más llevadero. En esos años aprendí a valorar la buena música y conocí a cantantes que no eran superventas todavía, como es el caso de Roberto Carlos o José Feliciano. En esta tarde de otoño ha vuelto a mi memoria sentimental y la comparto: Detalles

Y este es el José Feliciano de hace sólo 10 años, cantando una de esas canciones que conocí en esa época.

 

ona

Esta es Ona, mi gatita. Llegó a casa este verano,  con sólo dos meses, es, como veis, una preciosidad. En la foto está más guapa incluso, porque lleva puesto un collar de croché que le ha hecho mi amiga Maga. De momento es juguetona y mimosa, porque aún es pequeña,  y, siempre que la dejo, se acurruca en el mejor lugar que encuentra, al calor de mi cuerpo.   

Las blogueras publican en papel

Quería compartir con los lectores de mi blog esta publicación de una de las personas que suele dejar comentarios en mis publicaciones: Teresa.

Esta es la información sobre el libro. Podéis descargarlo desde su blog: http://traslasamapolas.blogspot.com.es

 Fecha de publicación:

	03/08/2012
ISBN físico:	978-84-15632-10-8
Género:	Relato breve
Temática:	Aventura
Número de páginas:	80
Descripción:	Cinco relatos cortos donde el presentimiento del lector se desvanece ante un impactante final. .....Lo veía sentado en el porche de su casa, solitario, perdido en el tiempo, y con una expresión profundamente triste. Otras seguía sentado, solitario, perdido entre el humo de su cigarro, y con una sonrisa placentera. ¡Qué contradicción de semblantes! No paraba de darle vueltas cada vez que me asomaba a la ventana. La única diferencia entre ambas secuencias casi clónicas, era el humo. “¡Ya está! ¡Este tío se coloca!”. –Muy triste –dijo mi padre situándose a mi lado, frente a la ventana–. Su mujer falleció hace dos meses y lo único que le alegra un poco, es la marihuana. El desconcierto que hasta ahora me habían provocado estas escenas, y el encogimiento de alma cada vez que miraba a su protagonista, se transformaron rápidamente en desconfianza, y después en recelo y aprensión. Yo acababa de volver de Erasmus y presentía que iba a ser un comienzo de verano bastante agitado, como así fue, pues nadie sospechaba que habitaba un asesino entre nosotros.

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La Carrera Alta: recuerdos borrosos y nítidos de la vida cotidiana.

En general eran las mujeres las que daban color y vida a mi calle. Barrían la puerta a primera hora de la mañana, mientras daban un repaso a las noticias del pueblo, y a los dimes y diretes;  pasando la brocha con cal de vez en cuando, para que la fachada estuviera en condiciones,  arreglando la casa con alegría, cantando coplas, acompañando con sus voces gastadas los discos dedicados de la radio, que siempre estaba funcionando: Antonio Molina, Marifé de Triana, Juanito Valderrama, Concha Piquer,  Manolo Escobar, Lola Flores… 

Mujer encalando la fachada

La Carrera Alta: frontera de la miseria (3º parte)

¡Para qué vamos a engañarnos! No es oro todo lo que reluce, eso dice el refrán y estoy de acuerdo en lo que refiere a los recuerdos que estoy compartiendo con vosotros.  No sé por qué, pero cuando rememoramos la infancia, solemos cubrirla de cierto idealismo; necesitamos destacar aquellas cosas que en ese momento nos hicieron felices: la gente que nos quiso, los juegos, la inocente amistad, el paisaje que nos vio crecer y que hemos tardado en valorar… Es la nostalgia de lo que perdemos. Como dice la canción de Serrat: No hay nada más bello que lo que nunca he tenido, nada más amado,  que lo que perdí.

No es raro que yo haya rescatado todo eso en mis primeros relatos. Pero en los rincones de la memoria hay otras experiencias menos amables, incluso dolorosas, y que, como si de una mudanza se tratara,  al remover los muebles, han aparecido.

Atún encebollado

Aprovechando la entrada del otoño, me entretengo en hacer comiditas, de esas que le gustan a los que disfrutan mojando. Esta vez se trata de Atún encebollado, un plato muy típico de la zona costera de Cádiz, donde el producto se encuentra en el mercado fresquísimo y a un precio más que razonable. Os dejo la receta, que es una mezcla entre lo que voy viendo por esas redes, porque eso de que cada maestrillo tiene su librillo es verdad. Hay muchas formas de hacerlo y todas fáciles. Esta me queda muy rica. 

RECETA

Ingredientes:

Atún fresco

Cebolla

Ajos

Laurel

Pimentón

Pimienta molida

Orégano

Sal

Vino blanco

Aceite de oliva

Elaboración:

1. Se pone a macerar el atún con el orégano, la sal, el pimentón y la pimienta.

2. Mientras tanto, se sofríe muy lentamente, la cebolla en juliana y los ajos, cortados a láminas, hasta que estén blanditos y cuidando de que  la cebolla quede transparente y no quemada.

3. Se sacan los dados de atún de la maceración y se rehogan bien, moviéndolos con una cuchara de madera. 

3. Se le añade el laurel y un vasito de vino.

4. Se cubre con agua y se rectifica de sal al gusto.

5. Se deja el tiempo que necesita para que el guiso quede con una salsa y el atún esté blando.

¡Ea, pues buen provecho!