Soy bastante excéptica respecto a este tipo de mensajes, pero me gustaría pensar que al menos podemos llegar a ser así. Lo que ocurre es que ser madura no es sólo cumplir años y dejar de ser joven; es haber aprendido de la vida, saber asumir los errores, disfrutar de las pequeñas alegrías cotidianas, no esperar que nadie te haga feliz, ni te regale el oido con lo fantástica que eres, aceptar el paso del tiempo sin obsesionarse por la belleza perdida... En fin, tantas y tantas cosas que cuando tenemos treinta años ni somos capaces de sospechar.
miércoles, mayo 30
domingo, mayo 27
El rostro del desprecio
Era como si ya lo conociera; como
si lo hubiera visto en algún sitio… Puede tener cerca de ochenta años. Su
cuerpo, ligeramente encorvado, se apoya en un bastón de madera y cubre su
cabeza con una gorra.
A su lado, la
mujer, más o menos de su misma edad. Han llamado mi atención por la relación que
observo entre ambos. Me ha hecho recordar una película: Solas. El desprecio, la
falta de respeto con que él trata a su compañera de vida, se asemeja totalmente
a la del protagonista del film, cuando su esposa, sumisa y pacientemente,
acudía al hospital a cuidar de él.
En este caso, acaban de salir de una visita médica y el hombre se queja por los dolores del reuma, el corazón, que no le deja respirar bien, el colesterol… mientras emite todo tipo de juramentos y maldiciones contra todo y responde agriamente a cualquier comentario banal de su mujer. El horario del autobús... es la conversación de todo el que se acerca a la parada. Y el hombre se encarga de informar con malos modos al personal, como si estuviera enfadado con el mundo entero, o todos los mortales tuviéramos culpa de sus frustraciones e infelicidad. Si su compañera entra a aclarar algo, ni corto ni perezoso le increpa, a gritos: ¡Y tú qué sabes, mujer… si tú no sabes na de na…! Y por si esto fuera poco, levanta el bastón y hace un gesto de clara amenaza contra ella, que no obtiene ningún tipo de respuesta por la otra parte. ¡Es inaudito! Claro que debe de estar acostumbrada a ese trato diario y no le parece fuera de lugar, ni humillante, ni nada: es normal.
En este caso, acaban de salir de una visita médica y el hombre se queja por los dolores del reuma, el corazón, que no le deja respirar bien, el colesterol… mientras emite todo tipo de juramentos y maldiciones contra todo y responde agriamente a cualquier comentario banal de su mujer. El horario del autobús... es la conversación de todo el que se acerca a la parada. Y el hombre se encarga de informar con malos modos al personal, como si estuviera enfadado con el mundo entero, o todos los mortales tuviéramos culpa de sus frustraciones e infelicidad. Si su compañera entra a aclarar algo, ni corto ni perezoso le increpa, a gritos: ¡Y tú qué sabes, mujer… si tú no sabes na de na…! Y por si esto fuera poco, levanta el bastón y hace un gesto de clara amenaza contra ella, que no obtiene ningún tipo de respuesta por la otra parte. ¡Es inaudito! Claro que debe de estar acostumbrada a ese trato diario y no le parece fuera de lugar, ni humillante, ni nada: es normal.
En el autobús, donde
viajo con ellos durante más de media hora, sigue la misma tónica. Pienso que el
hombre actúa como un animal al que se ha maltratado... Está lleno de odio, de ira… y dirige todo ese rencor acumulado, quién
sabe por qué razón, a la mujer que lo acompaña, que lo cuida, que está pendiente
de todos sus movimientos, para evitar que se caiga. Es así como responde,
cuando descienden del vehículo y ella trata de que él se apoye en su brazo; el
viejo, la rechaza airado y ceñudo y caminan uno al lado del otro, pero sin
tocarse. ¡Cuánto desprecio! Es lo que
pienso, mientras los miro alejarse. Y me imagino qué clase de vida habrá tenido
esta mujer y me viene a la cabeza esa
noticia que a diario escuchamos en los medios de comunicación… “Un hombre de ochenta años ha matado a su
mujer y luego se ha suicidado”. Es a lo que nos puede llevar el odio que se cuece día a día en el hogar... dulce hogar...
martes, mayo 22
Las cosas que no nos dijimos...
Como cada mañana, Laura se ha levantado muy
temprano. Durante todo el año, siempre que puede, camina durante una hora,
antes de ir a trabajar. Lo necesita. Las caminatas le dan una energía que
necesita para seguir adelante. Antes de eso, ya ha dejado listo el desayuno a
su padre, que se está haciendo mayor y cada vez la necesita más. Por esa razón,
cuando se mudó hace ya más de un año, buscó un piso cerca de él; así puede
compatibilizar su dedicación profesional, con el cuidado del anciano.
lunes, mayo 21
La maternidad: algo más que una función biológica (2º parte)
El problema de los niños abandonados en Barcelona
Los niños abandonados y huérfanos estaban dentro de
los diferentes colectivos de indigentes y personas sin oficio ni familia que
vagaban durante el día por las calles y dormían donde podían durante la noche.
Naturalmente el futuro de estos niños era muy claro: pasarían, seguramente a
engrosar las filas de la indigencia o la criminalidad. Esta fue una
preocupación importante para las autoridades.
"Una
de las cuestiones que más deben preocupar a los hombres de Estado es la de dar
a la sociedad y a la familia todas las garantías de seguridad y orden,
procurando por todos los medios y a pesar de ciertas utopías, prevenir el
delito, atajar el vicio y la holganza en la juventud, moralizar el joven
descarriado, disminuir la criminalidad y esto no se consigue nunca cuando se
retrocede ante los sacrificios pecuniarios" (ARMENGOL I CORNET,
P.,1885:68).
Es evidente que además de la salud física de la que antes hablábamos,
la salud moral era fundamental para el nuevo orden. La familia, constituyó un
punto de mira fundamental en la época, a pesar de que la realidad no podía ser
más desalentadora en este terreno ya que, como he señalado antes, durante todo
el siglo XVIII el abandono de niños había ido en aumento. La pobreza era la
causa fundamental de la exposición de niños, pero no la única.
Casa
de patio de vecinos. Imagen ilustrativa de las condiciones en que vivían los niños madrileños a
principios del s. XX. Ninguna diferencia con Barcelona.
(Foto: Páez, 1914; Memoria de Madrid) |
miércoles, mayo 16
La maternidad: algo más que una función biológica (1º parte)
Ayer mismo escuché una noticia en la televisión: un niño de pocas horas había sido encontrado en la puerta de una guardería. La madre, desesperada por no poder atender a su bebé adecuadamente, optó por dejarlo en un lugar que ella consideró seguro. Este tipo de historias provocan todo tipo de comentarios moralistas a la gente biempensante y, cómo no, aparecen de inmediato padres y madres adoptivos, que vienen a sustituir a la desnaturalizada mujer que ha cometido este terrible delito. Lo que viene a continuación forma parte de la investigación que llevé a cabo en los años 90 para lo que tenía que ser una Tesis Doctoral. Se trata de un curso de varios días que organizó la Diputación de Barcelona, en el Centre de Cultura de les Dones Francesca Bonnemaison, en el año 2005, donde abordo la temática de la maternidad y trato de vincular los aspectos ideológicos e históricos con la realidad de la España contemporánea. He pensado que, ya que el trabajo está escrito, lo voy a publicar en varios post o capítulos. Para aquellas personas interesadas en la historia y la sociología.
martes, mayo 15
El lenguaje de los balcones
No siempre me resulta atractivo volver a ver una película.
Las veces en que esto ha ocurrido (muy pocas) es que hay algo en la historia
que me ha calado muy hondo. Y es lo que me ha pasado con “Aunque tú no lo sepas”
El domingo me pilló de sorpresa. La emitieron en Imagenio y cuando vi los créditos de inicio, no pude cambiar de canal. La recordaba perfectamente... o al menos no había olvidado el espíritu del relato y me apetecía volver sobre ella. De pronto volví mi mirada a la década de los noventa, la habitación de mi casa en Catalunya, una noche de esas en las que, por algún viaje de mi marido, me había quedado sola. Puse la tele pequeña, me sumergí en la hermosísima historia, y gocé con ese clima entre nostálgico, triste y, desde luego, muy romántico, que consigue el director. Sin embargo, la acción se sitúa en los años setenta, una época poco proclive a estos sentimientos tan aparentemente trasnochados.
sábado, mayo 12
El regreso
Este
año la primavera se ha adelantado. Las siestas se están convirtiendo casi en una
necesidad para mí; el calor del sur me empuja hacia la indolencia, y el sofá se
convierte en un buen aliado. Adormecida aún,
miro las agujas del reloj, que se encargan de anunciarme el final de este
dulcísimo momento del día.
Artistas que siguen su propio camino
Mayte Martín: "Si no eres un producto, no interesas a las discográficas"
La cantaora y compositora catalana se desvincula de la industria musical y editará su próximo disco de boleros
Albert Domènech
La Vanguardia 10/05/2012
La Vanguardia 10/05/2012
viernes, mayo 11
Canción de aniversario
Este precioso poema lo quiero dedicar a Mari y Carlos. Ellos saben por qué
Porque son ya veinticinco años desde
entonces,
porque no hay en la tierra, todavía,
nada que sea tan dulce como una
habitación
para dos, si es tuya y mía;
porque hasta el tiempo, ese pariente
pobre
que conoció mejores días,
parece hoy partidario de la felicidad,
cantemos, alegría!
Y luego levantémonos más tarde,
como domingo. Que la mañana plena
se nos vaya en hacer otra vez el amor,
pero mejor: de otra manera
que la noche no puede imaginarse,
mientras el cuarto se nos puebla
de sol y vecindad tranquila, igual que
el tiempo,
y de historia serena.
El eco de los días de placer,
el deseo, la música acordada
dentro del corazón, y que yo he puesto
apenas
en mis poemas, por romántica;
todo el perfume, todo el pasado infiel,
lo que fue dulce y da nostalgia,
¿no ves cómo se sume en la realidad que
entonces
soñaba y soñabas?
La realidad –no demasiado hermosa-
con sus inconvenientes de ser dos,
sus vergonzosas noches de amor sin deseo
y de deseo sin amor,
que ni en veinticinco siglos de dormir a
solas
las pagaríamos. Y con
sus transiciones vagas, de la traición
al tedio,
del tedio a la traición.
La vida no es un sueño, tú ya sabes
que tenemos tendencia a olvidarlo.
Pero un poco de sueño, no más, un sí es
no,
por esta vez callándonos
el resto de la historia, y un instante
mientras que tu y yo nos deseamos
feliz larga vida en común, estoy seguro
que no puede hacer daño...
el resto de la historia, y un instante
mientras que tu y yo nos deseamos
feliz larga vida en común, estoy seguro
que no puede hacer daño...
(J. Gil de Biedma. Del libro
Moralidades)
Las jacarandas de Jerez están tristes y nadie sabe la razón. ¿Será que no ha hecho el suficiente calor para que florezcan, como otros años...? Mayo es el tiempo en que algunas calles se llenan de color lila y de ese olor tan característico del precioso árbol, que en otros lugares le ponen el acento en otra letra, vaya, que es una palabra aguda: Jacarandá. Recupero este collage que me trae recuerdos en violeta, mi color preferido.
jueves, mayo 10
Ya... ya decía yo...
Hablar de
uno mismo activa los mismos
circuitos de gratificación en el cerebro que el sexo y la
comida, según demuestra una investigación presentada ayer por psicólogos de la
Universidad de Harvard (EE.UU.).
“Los seres humanos dedican entre el 30% y el 40% de lo que hablan a informar a otras personas de sus propias experiencias subjetivas”, escriben los autores de la investigación en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., donde han presentado sus resultados.
“Los seres humanos dedican entre el 30% y el 40% de lo que hablan a informar a otras personas de sus propias experiencias subjetivas”, escriben los autores de la investigación en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., donde han presentado sus resultados.
lunes, mayo 7
Un paisano, al que ni siquiera conozco personalmente, me ha regalado este video para la banda sonora de mi ventana. Se trata de un grupo catalán que está teniendo mucho éxito en Barcelona especialmente: Ojos de brujo.
Lo comparto con vosotros y ya me diréis qué os parece esta mezcla tan especial de estilos. A mi, sinceramente, me cuesta. Soy demasiado clásica. De todos modos, gracias Isi. Así mi ventana tendrá otros sonidos y otros colores. En la variedad está el gusto.
Lo comparto con vosotros y ya me diréis qué os parece esta mezcla tan especial de estilos. A mi, sinceramente, me cuesta. Soy demasiado clásica. De todos modos, gracias Isi. Así mi ventana tendrá otros sonidos y otros colores. En la variedad está el gusto.
Cuando nos íbamos a Alemania
Después
de vivir 45 años en Alemania como un
"Gastarbeiter" (trabajador invitado) turco, Hüseyin Yilmaz, setenta
años cumplidos, anuncia a su familia que ha comprado una casa en Turquía
y que
todos deben volver con él para hacer las reformas necesarias. La familia
no se
siente en absoluto atraída por la idea. Para consolar a su primo Cenk,
de seis años, al que trataron de
"extranjero" el primer día de colegio, Canan decide contarle la
fantástica historia de por qué acabaron todos en Alemania a pesar de no
ser
alemanes. A través de la narración de la joven, todos viajan en el
tiempo a un maravilloso lugar donde vivían de acuerdo con sus
tradiciones y seguros de quienes eran.
domingo, mayo 6
Casi todo sobre mi madre
Me gusta recordarla en su
último verano, cuando parecía ajena a las prisas y las preocupaciones que
vivíamos, en esa última etapa de nuestra vuelta al Sur. Se sentaba, buscando la sombra y el frescor que ofrecía
la parra de mi patio, en una ciudad pequeña de Cataluña, donde nos instalamos
hace ya cuarenta años. Yo buscaba la novela más adecuada para ella y se la
daba.
Cuando leía perdía de vista el mundo y se introducía en las historias y las vidas de esas mujeres, protagonistas, a las que yo procuraba acercarla, a través de la lectura. Disfrutaba de esos momentos y ya no la veía, como tantas veces, ansiosa por lo que había que hacer, o preocupada por el trasiego de la mudanza. Es como si hubiera entendido que su papel era el de ayudar a que el proceso que estábamos iniciando se hiciera menos costoso. Así que no molestaba, sino que permanecía en su pequeño mundo de libros, rosarios y oraciones, esperando la noche; eso sí, cada vez más delgada e inapetente.
martes, mayo 1
La dulzura de Mayte
Como otras veces, os regalo una preciosa canción-bolero, de Armando Manzanero, en la hermosísima y sensible voz de Mayte Martín; mujer que es capaz de emocionar al más pintado.Ya sé que soy un poco insistente, pero ahora mismo es la cantante que más me emociona de todo el panorama musical. No es nada convencional, también lo sé, pero a una artista tan perfecta, seria y comprometida como ella no se le debe pedir nada más: Mayte es la dulzura hecha canción y eso no es fácil.
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