jueves, enero 27

Hay amores, amoríos, ligues, aventuras, lios... Una película sobre el amor

Cartel de la película
"Bon appétit” es una historia de amigos que se besan y se atreven a cruzar esa delgada línea que separa la amistad del amor y que te cambia la vida para siempre. Daniel, un joven y ambicioso chef español, acaba de conseguir su sueño: una plaza en el prestigioso restaurante de Thomas Wackerle en Zurich. Su extraordinario talento como chef le servirá a Daniel para progresar en la exigente cocina de Wackerle pero no podrá evitar que su relación con Hanna, la atractiva sumiller del restaurante, se transforme en algo más que una simple amistad. Esta inesperada situación sacudirá el ordenado mundo de Daniel, enfrentándole a una difícil decisión: continuar por la senda del éxito profesional o arriesgarse y luchar por la chica que ama”.
Esta es la sinopsis que he sacado de una página de internet. Pero os aseguro que esta película no es sólo una historia entre varios jóvenes que están enfrentándose a la vida de adultos y en un país extraño, ya que ninguno de ellos es Suizo. Es en Zurich donde se desarrolla la acción, una ciudad limpia como una patena, ordenada y fría. Daniel llega de Bilbao, su compañero de cocina, es un italiano, y la chica, alemana.
¿Cómo se puede ser tan simple? ¿Cómo alguien puede resumir esta historia diciendo que se trata de unos amigos que se besan y ya no saben distinguir el amor y la amistad?


Yo diría que es una película de seres solitarios, necesitados de afecto y de comunicación. Si se besan o no es lo menos importante. Anna busca a un compañero y sólo encuentra al hombre casado que pretende mantener dos vidas separadas: una privada e íntima y otra pública.

Tu salvador vive dentro de ti

Nací en Montreal (Canadá). Fui médico y hoy soy Ghislaine Lactot médico del alma. Me he divorciado dos veces y tengo cuatro hijos (de 37 a 28 años) y cuatro nietos. ¿Política? ¡Soberanía individual! Cree en ti: eres divino y lo has olvidado. La medicina actual fomenta la enfermedad, no la salud: lo denuncio en mi libro “La mafia médica”.
Estoy griposo, ¿qué me receta?

–Nada.
¿Ni un poquito de Frenadol?
-¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese! Y su alma le dará la receta.
Pero, ¿me meto en la cama o no?
–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más. ¡Crea en usted!
¡A los virus les da igual lo que yo crea!
–Ah, ya veo: elige usted el papel de víctima. Su actitud es: “He pillado una gripe. Soy víctima de un virus. ¡Necesito medicinas!”. Pues sí, como todos...
–Pues allá usted... Mi actitud sería: “Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...
¿Se ha “regalado” una gripe, dice?
–¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para encontrarte contigo mismo.
Pero nadie desea una enfermedad...
–Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma. Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede. ¡Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!
Quizá sea más práctica una pastillita...
–¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.
No me dirá ahora que la medicina mata...
–¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos! En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.
Morirían igual sin medicamentos, oiga.
–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida.
¿Medicina de enfermedad? Acláremelo...
–En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba. O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Toda nuestra medicina es, pues, el fracaso total.
Prefiere medicinas alternativas, pues...
–Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!)acupuntura,fitoterapia,reflexoterapia, masoterapia...la practica del yoga..la meditacion .. Son más baratas...y menos peligrosas.
Pero no te salvan de un cáncer.
–¡Dígale eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?
Puede hacerlo, sí.
–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones...
¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., ¡no habrá cáncer!
Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?
–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...
Perdone, pero lo más sensato es acudir a un oncólogo, a un médico especialista.
–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo... Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.
Bien, pues tengamos el alma pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.
–¡No! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?
Les he hecho inyectar ya varias...
–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!
Yo creo que seguiré vacunándolos...
–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...
¿Por qué abominó usted de la medicina?
–Yo me hice médico para ayudar. Me dediqué a la flebología, a las varices. Llegué a tener varias clínicas. Pero fui dándome cuenta del poder mafioso de la industria médica, que atenta contra nuestra salud, ¡que vive a costa de que estemos enfermos! Lo denuncié... y me echaron del Colegio de Médicos.
O sea, ya no puede usted recetar...
–¡Mejor! Los medicamentos están fabricados pensando en la lógica industrial del máximo beneficio económico, y no pensando en nuestra salud. Al revés: si estamos enfermos, ¡la mafia médica sigue ganando dinero!
¿Y a quiénes tilda de “mafia médica”?
–A la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las multinacionales farmacéuticas que la financian, a los gobiernos obedientes, a hospitales y a médicos (muchos por ignorancia)... ¿Y qué hay detrás? ¡El dinero!
No escoge usted enemigos pequeños...
–Lo sé, pero si me hubiera callado, hubiese enfermado y hoy estaría ya muerta.
¿Cuál ha sido su última enfermedad?
–Hace dos días, ja, ja... ¡una diarrea!
Vaya: ¿qué reflejaba eso de su alma?
–Oh, no sé, no lo he analizado... Me he limitado a no comer... ¡y ya me siento bien!
Pero se pasa mal, ¿eh...?
–Ja, ja... Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella! No salgas corriendo como loco en busca de un médico, de un salvador... Tu salvador vive dentro de ti. Tu salvador eres tú. ¡Tú eres Dios!

martes, enero 25

Javier Ruival: Un hallazgo maravilloso



Lo  escuché por primera vez bajo la luna de Rota, junto a su hermoso castillo y me dejó sorprendida. Una preciosa voz y un creador poco conocido fuera de Andalucía. Una pena.

Curro el Palmo en las voces de Poveda y Ruival

Lo he encontrado a través del Facebook de mi amiga M. Carmen, a quien se lo agradezco. Lo cojo prestado y lo comparto con quien se asome a mi ventana. Una preciosidad.

lunes, enero 24

Eufemismos y palabrotas: Recomendable

Palabrota: dicho ofensivo, indecente o grosero. Eufemismo: Manifestación suave y decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante. Sigo enamorado de los diccionarios, de las palabras, del juego de las palabras, no puedo remediarlo.
Para mí un diccionario amplio y minucioso es algo tan encantador como un laberinto, como el laberinto de la verbena en el que a mí y a los otros chicos de la calle, los de mi panda, tanto nos emocionaba perdernos, aunque estábamos seguros de que conseguiríamos salir. Como en el diccionario. Y, a propósito de «salir»: 53 acepciones de este verbo registra el diccionario. No vamos a perdernos en este laberinto, aunque nos apetezca. Pero como andamos de eufemismos, veamos lo que nos enseña la Academia: 23, Frecuentar, por motivos amorosos o amistosos, el trato de otra persona, fuera de su domicilio. 
El actor, director, escritor... y académico
El Diccionario de la Real Academia Española no pone ejemplo, pero, como es fácil, podemos ponerlo nosotros, para jugar: Margarita ahora sale con don Enrique. La condición de que el «trato» tenga que ser «fuera de su domicilio» a mí no se me había ocurrido, y supongo que la mayor parte de los conocidos de Margarita y don Enrique la ignorarían. Aunque Margarita y don Enrique «salieran» juntos para ir al teatro o a alguna reunión amistosa y el punto culminante de su «trato» lo tuvieran «dentro de su domicilio», los conocidos, los que fueran bien educados, los partidarios de los eufemismos, a lo que hacen Margarita y don Enrique, hoy por hoy, lo llamarían «salir».
Y, cosa bastante curiosa, también podrían llamarlo «estar». Actualmente es un eufemismo bastante usual. Cualquier persona que, por delicadeza, evite las palabras «amante» o «querida» dirá que «desde hace unos meses Fulanita está con Mengano». Y se expresará correctamente, pues la Academia acepta que una de las acepciones de «estar» es «tener acceso carnal». Hay palabras que con el tiempo se gastan, caen en desuso; y hay otras que van perdiendo su significado original y adquiriendo otro.
En mis tiempos «ligar» era algo exclusivo de las señoritas de alterne. «He ligao al arquitecto de la otra noche podían decir». Tú entrabas en el local y preguntabas: «¿Ha venido la Gatito ?» «Sí, te contestaba su amiga Rebeca, pero ya ha ligao ».Y te señalaba la mesa en la que la Gatito departía apaciblemente con un señor de buen aspecto. Después, sin que nadie sepa cómo ni por qué, el terminacho, medio en broma, fue saltando de esos benéficos locales a la calle: «Anoche, en el Gijón, ligué a Juan y nos fuimos a cenar a Valentín», podíamos decir sin que la información se relacionase con las torturas o placeres de Venus.
De ahí, poco a poco, se pasó a esta situación de ahora, en la que la Academia fija que «ligar» significa entablar relaciones amorosas o sexuales pasajeras.
                          
En mi juventud el término «ligar» no tenía contenido amoroso o sexual, pero circulaba un término que ahora, en este sentido, se oye menos. Me refiero al término «plan». «Relación amorosa frívola y fugaz», según la Academia, que pone como ejemplo: No cuentes conmigo, porque me ha salido un plan para esta noche.
Hace muchos años, demasiados, en mi ya lejanísima infancia, el término «relaciones» referido a las amorosas se utilizaba siempre en plural. Nuestra criada Florentina estaba en «relaciones» con un paisano suyo. A su amiga Vicenta le había pedido «relaciones» nada menos que un maestro.

No recuerdo que se utilizase nunca el singular para estas cuestiones amorosas. Con el paso de los años el término «relaciones» se ha desgastado, sin que pueda saberse muy bien por qué, y le ha sustituido «relación».

 Si el curioso lector echa una ojeada a las páginas «rosa» de cualquier periódico o a la prensa especializada, se enterará de qué parejas tienen ahora una relación, pero no sabrá de ninguna que esté en relaciones, como hace años nuestra recordada Florentina. Por los mismos años en que las parejas jóvenes estaban en relaciones, se podía decir sin que nadie se sonrojase que Fulanito hacía el amor a una vecina, porque entonces «hacer el amor» significaba simplemente cortejar, galantear, enamorar. Pero no, como desde hace unos años, «copular» (unirse sexualmente, según el Diccionario de la Real Academia Española).
«Hacer el amor», en el habla coloquial de hoy, ha venido a ser uno de tantos eufemismos. Y si «hacer el amor» puede considerarse un eufemismo, «hacerlo» es eufemismo de dicho eufemismo. No sólo un joven dice hoy a su pareja:«¿Lo hacemos?», sino que es lenguaje de personas maduras.Cuando se quieren evitar términos demasiado científicos (cópula, coito, ayuntarse) o chabacanos (joder, follar), se recurre a «¿lo hacemos?». En la televisión lo he oído. Y si se dice en la tele .
AUTOR: (Fernando Fernán Gómez. Miembro de la Real Academia de la Lengua)

Las medicinas curan o causan cualquier enfermedad

Entrevista:
Sesenta y dos años, barcelonés, 4 hijos y dos nietos: Lola y Quim. Soy doctor en medicina, catedrático de farmacología en la UAB y dirijo la Fundació Institut Català de Farmacología. Estoy por los derechos humanos y la libertad. El alma, que encierra nuestras propuestas, nos trasciende.

Joan-Ramon Laporte, jefe del servicio de farmacología en Valle Hebrón

No debió ser fácil crear hace 26 años una fundación (Institut Català de Farmacología) que investiga y denuncia los fármacos que representan algún peligro para la salud. Habrá de todo, pero en la industria farmacéutica hay sobre todo dinero, poder e influencias. "..Parece que hayan perdido su alma médica y se hayan quedado únicamente con su alma comercial", dice Laporte que sabe de lo que habla, entre otras cosas presidió el comité de medicamentos esenciales de la OMS (2003/04) cuando se consiguió que se aprobaran los antirretrovirales genéricos que salvaron tantas vidas en África. Aquí ofrezco solo una décima parte de lo mucho que me contó: el negocio de la salud da para hablar.
La diferencia entre un medicamento y un veneno radica en la dosis.                 
¿Analiza fármacos que ya están en el mercado?
Sí, porque cuando un fármaco sale al mercado ha sido probado por unos pocos miles de voluntarios, pero al comercializarse en todo el mundo es tomado por millones de personas y es entonces cuando pueden aparecer efectos indeseados, en ocasiones con desenlace mortal.
¿Cuál es el medicamento que más gente ha matado?
La aspirina, porque es el medicamento que más gente ha tomado y la percepción de su riesgo está distorsionada. A dosis bajas -cien miligramos al día- es un excelente protector cardiovascular, pero a dosis analgésicas -un gramo- puede producir hemorragia gastrointestinal.
¿Hay datos?
En Catalunya se producen unos 3000 casos anuales de hemorragia gastrointestinal de los que un 40% son atribuibles a la aspirina y a otros antiinflamatorios. En EE.UU. mueren al año por hemorragia gastrointestinal por antiinflamatorio unas 15.000 personas; mientras que de sida mueren 12.000.
Impactante.
Cualquier enfermedad puede ser producida por un medicamento: un infarto de miocardio por un antiinflamatorio y por muchos otros fármacos; una neumonía, cualquier enfermedad neurológica o patología psiquiátrica puede ser favorecida por medicamentos.
Veo que lo de los efectos secundarios va en serio.
Muchos causan depresión, como algunos que tratan la presión arterial o los diuréticos en personas de edad avanzada. Los medicamentos para el insomnio pueden provocar crisis de agresividad, muchos casos de irritabilidad al levantarse se debe a medicamentos de este tipo, como las benzodiacepinas u otros hipnóticos de acción corta.
¿Estamos hipermedicados?
Sí, llegamos al punto de que cuando una persona está triste se dice coloquialmente que esta depre. Los antidepresivos solo sirven para una depresión profunda, y la tristeza no es una enfermedad, es una reacción saludable.
¿No hay medicamento sin efectos indeseados?
No, cada medicamento tiene su peaje. La Agencia Europea del Medicamento calcula que cada año fallecen en Europa 197.000 personas a causa de efectos adversos. En EE.UU. los efectos adversos son la cuarta causa de muerte, detrás del infarto de miocardio, el ictus y el cáncer; y por encima de la diabetes, las enfermedades pulmonares y los accidentes de tráfico.
¿Es una lotería?
No, si la toma o la prescripción del medicamento fuera más atenta a los riesgos que conlleva se calcula que se podría evitar entre un 65% y un 75% de estas muertes.
Anunciar fármacos por televisión debería estar prohibido.
Opino lo mismo. En España solo se pueden anunciar los que no financia la Seguridad Social, sino la arruinarían. Somos el país de Europa que en relación al PIB, más medicamentos consume.
Hablemos de sus precios.
Son arbitrarios. Fabricar el medicamento más caro, de cien a quinientos euros, no cuesta más de dos euros incluyendo el envase. Supuestamente pagamos el esfuerzo de investigación. Pero entre un 30% y un 40% del gasto medio de los laboratorios se destina a la promoción comercial.
El precio lo negocia el Gobierno.
Sí, pero con poco éxito. En España el precio del medicamento está alcanzando el de Alemania que nos duplica la renta per cápita.
Qué gran negocio.
Según el informe de desarrollo de la ONU es el tercer sector económico detrás de la industria armamentística y el narcotráfico.
Dicen que se inventan cada año nuevas enfermedades.
Sí, sobre todo en relación con la mente y el sexo. Convierten la timidez en enfermedad y la medicalizan. Ahora se han inventado la disfunción sexual femenina: “Padeces disfunción sexual femenina..., no se ría...
De acuerdo.
…Si en los úlitmos seis meses has rechazado una proposión de relación sexual o no has tenido una con satisfacción plena”. Cada vez que se reúne uno de los comités de hipertensión arterial (el estadounidense, el europeo, o el de la OMS) bajan el nivel de presión arterial considerado normal, y lo mismo ocurre con el colesterol.
Explíqueme.
En pocos años se ha disminuido de tal manera el límite de normalidad del colesterol que cada vez hay más población que debe tratarse. En EE.UU. ha aumentado de 3 millones de personas a 25 en 10 años.
Asombroso.
La industria farmacéutica dedica el doble (en España el triple) de su presupuesto a promoción comercial que a investigación. Una visita del representante comercial viene a generar unas 35 nuevas recetas del medicamento. Lo asombroso es que no haya en Sanidad una especie de central de compras de medicamentos con gente formada.
¿Quién se ocupa de la formación continuada del personal sanitario?
Los laboratorios, así que es muy difícil asegurar que no haya una influencia de intereses comerciales.
FUENTE:

sábado, enero 15

Las amigas y la salud

    
No dispongo de la fuente, pero me ha llegado este texto que me parece interesante, pero sobre todo bastante cierto, desde el punto de vista de la propia experiencia.  
   (...) La última disertación iba sobre la conexión mente-cuerpo -la relación entre el estrés y el malestar físico. El orador (jefe de psiquiatría en Stanford) dijo, entre otras cosas, que una de las mejores cosas que un hombre puede hacer por su salud es casarse con una mujer, mientras que una mujer, una de las mejores cosas que puede hacer por su salud es cultivar su relación con sus amigas.  
 Las mujeres comparten sus sentimientos, mientras que los hombres a menudo se relacionan en torno a actividades. Ellos raramente se sientan con un amigo a hablar de cómo se sienten acerca de cualquier cosa, o cómo va su vida personal. ¿Trabajo? Sí. ¿Deportes? Sí. ¿Coches? Sí. ¿Pesca, caza, golf? Sí. Pero ¿sus sentimientos? Muy pocas veces. Las mujeres lo hacen todo el tiempo. Nosotras compartimos desde nuestra alma con nuestras hermanas y, evidentemente, es muy bueno para nuestra salud.  
               
Eme, Raquel, Pilar, Luana, Lolita, Ana Hérica en mi pueblo
    El orador dijo que dedicar tiempo con una amiga es tan importante para nuestra salud general como el jogging o ir al gimnasio.Hay una tendencia a pensar que cuando estamos "haciendo ejercicio" estamos haciendo algo bueno para nuestro cuerpo, pero que cuando estamos hablando con nuestras amigas, estamos perdiendo el tiempo y deberíamos estar ocupadas de forma más productiva.   
 No es cierto. De hecho, dijo que el no crear y mantener relaciones personales de calidad, con otros seres humanos, ¡es tan nocivo para nuestra salud física como fumar! Por lo tanto, cada vez que nos sentamos a charlar con nuestra amiga, date unos golpecitos en la espalda y felicítate por estar haciendo algo útil para tu salud. De hecho, somos muy muy afortunadas.
Al principio, todo el mundo se rió, pero hablaba en serio. Las mujeres conectan entre ellas de manera diferente y se proporcionan sistemas de apoyo que las ayudan a lidiar con el estrés y las experiencias difíciles de la vida. Físicamente, esta cualidad "tiempo para las amigas" nos ayuda a fabricar más serotonina -un neurotransmisor que ayuda a combatir la depresión y puede producir una sensación general de bienestar "(...) 
Así queeeeee... brindemos por la amistad con nuestras amigas. Evidentemente, es muy bueno para nuestra salud...
Son todas las que están, pero no están todas las que son... No tengo sitio ni fotos.

miércoles, enero 12

Las playas gaditanas

José A. Marina: "El talento es el conocimiento al servicio de una vida lograda"

Qué es el talento?El talento es la inteligencia triunfante.
¿Hay inteligencias que fracasan?Bobby Fischer, talentoso en el ajedrez, fracasaba en cuanto se separaba medio metro de un tablero.
Hay múltiples talentos...Sí, pero hay un tipo de inteligencia situada en un nivel superior: la inteligencia práctica, la guía de nuestra vida.
Entiendo.La inteligencia triunfante consiste en que una persona tenga ideas adecuadas al momento, soluciones a los problemas, una manera adecuada de comunicarse con los demás, que sepa utilizar sabiamente sus recursos, y que tenga buenos sentimientos.
Es mucho pedir.No se trata de que los niños aprendan muchas cosas, sino de que con lo que han aprendido se les ocurran buenas cosas; no se trata de meterles ideas, sino de que seamos capaces de organizar su capacidad de producción de ocurrencias de modo que sean buenas.
¿Por ejemplo?Ciertas creencias básicas que el niño aprende van a ser determinantes en su vida. Por ejemplo: hay niños que creen que la inteligencia es algo con lo que se nace; otros, que es algo que se adquiere, y eso produce formas muy diferentes de aprendizaje.
... Y de afrontar la vida.Sí, será un pesimista o un optimista. El conocimiento tiene que estar al servicio de la vida. No educamos para tener buenos resultados escolares, sino buenos resultados vitales fuera de la escuela.
... Lo olvidamos demasiado a menudo.Deberíamos invertir menos tiempo en clasificar a los niños y ayudarles más a identificar y cultivar sus habilidades y sus dones naturales, porque el talento se educa.
¿Cómo?Hay seis recursos fundamentales que deben fomentarse a través de todo el proceso educativo. Uno: una idea del mundo veraz, rica, amplia y llena de posibilidades.
Dos.Un pensamiento fluido, riguroso, creativo, capaz de resolver problemas.
Tres.Un tono vital activo, seguro de sí mismo, optimista y resistente.
Cuatro.El aprendizaje de la libertad: entender la responsabilidad personal, construir la voluntad, formar la conciencia moral y entender las virtudes de la acción.
Cinco.El aprendizaje del lenguaje es fundamental, no sólo para comunicarse con los demás, sino sobre todo para hablar con uno mismo. Los niños impulsivos no tienen una mediación lingüística entre el deseo y el acto, han de aprender a darse ordenes a sí mismos, porque si ese mecanismo no se forma, los niños no tienen control interno de sus actos.
Seis.La sociabilidad. La educación del talento pasa por la educación intelectual, la educación afectiva y por desarrollar los sistemas de dirección de la propia conducta y dar criterios claros de lo bueno y lo malo.
¿Y cuáles son las herramientas?Los tres grandes recursos educativos de los padres son la ternura, la exigencia y la comunicación. El premio es el gran recurso para suscitar conducta, y el mayor premio es sentirse importante.
Hábleme del castigo.Hay que saber que únicamente sirve para evitar conductas, pero no para promoverlas. Los niños quieren jugar y quieren crecer, sentirse capaces de hacer cosas, y ese es el gran dinamismo de los seres humanos.
¿Hay que decirles “tú puedes”?Tanto padres como escuelas deben proporcionarle su momento de éxito, una tarea en la que, con sus limitaciones, se sienta triunfador. La motivación es la suma de deseo, expectativas y facilitadores (hábitos, esperanza de conseguirlo, confianza, destreza).
Dad al niño el deseo de aprender y cualquier método será bueno (Rousseau).
Hay que enseñar al niño a hacer proyectos porque unifican la atención y producen un enganche muy fácil con las motivaciones. Canadá es el país más avanzado en educación y están introduciendo la educación por proyectos desde la primaria. Hay que educar la voluntad.
Nadie nace con ella.
Los niños deben aprender a soportar el esfuerzo y comprender que tomar decisiones es una cosa molesta, hay personas que llegan a adultos con esa carencia.
¿Cómo ayudarles a ser felices?Fomentando en ellos una actitud activa. Cualquier problema que pueda resolver un niño no se lo debemos resolver nosotros. Debemos ayudarles a desarrollar una seguridad básica y un optimismo básico. Y fomentar la valentía, es decir, no dejar de hacer una cosa por la dificultad que entraña; la pereza y la mentira son actitudes cobardes.
¿Cómo podemos ayudarles a manejar sus sentimientos?El niño debe saber nombrar los sentimientos que le asaltan, saber que lo que siente es miedo, rabia o angustia. Nombrarlos es poder manejarlos; por tanto, hay que favorecer que el niño hable de los sentimientos, sobre todo de los contradictorios, pero teniendo claro que ese no es momento de educar (adoctrinar o interrogar), sino de escuchar.

Prejuicios y cantos de sirenas

Querida amiga: Hay personas que prefieren creerse aquello de lo que afirman estar seguras. Cada vez estoy más convencida. No comprendo el interés que puede tener alguien por seguir pensando algo que sólo le sirve para mantenerse en una postura; para seguir anclado en sus prejuicios. Quizás nos pase un poco a todos, a cada cual con un tema determinado, puede ser, pero hoy tengo muy reciente una conversación con amigas donde se ha producido este fenómeno que tanto me sorprende.
Esta vez se trataba del tan traído y llevado tema de la lengua catalana. Me refiero a las dificultades y las trabas que, según muchos medios y demasiados discursos interesados, los castellano hablantes se encuentran en tierras catalanas. Como ya sabes, no soy nada, pero nada nacionalista, o sea, que no puedo ser sospechosa de manipulación o interés particular en la cuestión. Así que de lo único que hablo cuando me encuentro en una tertulia donde se trata el tema, es de mi propia experiencia. Cuarenta años viviendo y trabajando en Barcelona, creo que me avalan, ¿no te parece….?
Pero antes, voy a explicarte algo que me pasó hace algunos meses, cuando asistí a un acto literario donde surgió esta cuestión. La escritora marroquí Najat el Hachmi presentó su libro El último patriarca.
Se trata de una novela, en la que la autora relata las peripecias de una familia marroquí que emigra y se instala en la zona de Vic, en los años ochenta, más o menos. Como es natural, casi todos pensamos que en el libro hay mucho de autobiográfico, así que, cuando invitaron al público a intervenir, muchas preguntas tenían que ver con la curiosidad que despertaba la historia de una muchacha joven que llegó a Catalunya y que se ha convertido en una pequeña celebridad. ¿Cómo puede ser…? Se debían preguntar algunos, ¿no es cierto que en esa comunidad se discrimina tanto a los que no hablan catalán…? Bueno, pues ocurrió algo inaudito: un señor del público se dirigió a la escritora y le hizo la siguiente pregunta:
─ ¿Usted debió pasarlo muy mal en los primeros años de llegada a Cataluña, no es cierto…? Como verás, más que una pregunta era casi una afirmación, una seguridad que él tenía y que pretendía confirmar. Najat, con una gran serenidad, propia de una persona más adulta, se dirigió al hombre y le respondió:
─ Pues la verdad es que no lo recuerdo de ese modo. Yo era pequeña y tenía tanto interés por aprender, que no me costó mucho. Yo desde luego no tengo una mala experiencia, se lo aseguro. Pero el hombre no se quedó satisfecho con la respuesta. Él quería escuchar otra cosa, era evidente. Necesita confirmar lo que pensaba sobre las calamidades de las personas que tienen que introducirse en una nueva cultura y en otra lengua. Y ni corto ni perezoso volvió sobre el tema, haciendo la misma pregunta, dándole la vuelta para que pareciera otra cosa. Y la joven volvió a insistir en que no fue así en su caso; o sea, que hablaba de sus vivencias y no de lo que había escuchado por ahí. Pero no lograba satisfacer la necesidad del hombre.
Y entonces explicó a todo el público cómo para una niña marroquí como ella, criada en una sociedad rural, era mucho más fuerte el choque entre las costumbres del campo, y las de una sociedad industrial como la catalana, que tener que aprender a hablar en otra lengua. Recuerdo que yo asentía, mientras la escuchaba con atención. También a mi me pasó lo mismo y por eso lo entendí perfectamente. Pero me temo que nuestro caballero, por cierto, un jerezano que dudo tenga muchas experiencias de contacto con otros mundos ajenos a su propia cultura, diera por buenas las respuestas de la protagonista de la tarde. Seguro que debió pensar que era una renegada, o peor, una enchufada de la Generalitat Catalana, a la que estaba haciendo propaganda. Peor para él, ¿no crees…?
Pues otro tanto me pasó a mí en la reunión con mis amigas. Una de ellas se empeñó en que la gente que vive en Barcelona, o en cualquier otro sitio de Catalunya, no puede expresarse en castellano. Vaya, de forma más tajante, algo así como que está prohibida esa lengua. La forma como lo justificó fue con los típicos ejemplos y anécdotas de siempre: “yo fui a una tienda y me atendieron en catalán y cuando les dije que me hablaran en castellano, se negaron en rotundo”. Por más que intenté convencerla de lo contrario con la única prueba de que yo viví cuarenta años en Barcelona y que incluso di clases en un centro universitario, y en castellano, ella seguía en sus trece. Así que llegué a la conclusión de que no valía la pena esforzarme por convencer a alguien que está convencido.
Y es una pena Ángeles, es una pena que los intereses políticos, las noticias de la TV y las luchas absurdas entre distintas comunidades, dé como resultado este tipo de posturas cerradas. Así no hay manera de conocernos y de relacionarnos de una manera abierta y sin prejuicios.
Amiga mía, te aseguro que, en La Ciudad Condal, y mucho más en lo que llaman el cinturón barcelonés, la vida se hace indistintamente en las dos lenguas. Claro que hay barrios donde la población es más antigua y nacida en Catalunya, por lo tanto, se escucha mucho más la lengua de esa comunidad, pero si te desplazas por Sta. Coloma, San Adrián del Besós, Hospitalet, Cornellá, etc., mayoritariamente se habla en castellano. Ahora bien, la cuestión no es cual se habla más o menos, sino que en general la convivencia es buena. La gente respeta al vecino y cada cual se expresa en la lengua que le resulta más fácil. Yo he pasado la Navidad en el barrio donde viví más de veinte años y me sorprendió en el supermercado, por ejemplo, que la gente hablaba generalmente en castellano; me sorprendió porque era gente bastante joven, que seguramente ha nacido allí, pero claro que su lengua materna debe ser el castellano.
Esto que te explico estoy segura de que si lo leyera mi amiga María, la enfadaría mucho. Ella es una catalana militante y no estaría de acuerdo en que estos jóvenes nacidos en Catalunya no se expresen en catalán. De eso no hay duda; hay personas que mantienen una postura de lucha política por mantener la lengua vernácula, potenciar su uso en todos sitios y que no sea aniquilada por otras. Sin embargo, María es amiga mía y nos relacionamos en ambas lenguas desde hace más de veinte años. Nos respetamos mutuamente y valoramos las respectivas culturas. Ella, y otras personas que piensan así, como es lógico, tratarán de facilitar que los que llegan escuchen el catalán para que vayan aprendiéndolo, pero nunca se negarán a dirigirse a un recién llegado, o a un turista en otra lengua, la que éste comprenda. Claro que personas necias, fanáticas o impresentables hay en todos sitios, o sea, que las anécdotas que algunos cuentan deben ser ciertas, lo cual no las convierte en verdad universal.
Es cierto que si quieres trabajar en la administración, o en la enseñanza pública, sobre todo en los niveles obligatorios, te exigen que puedas entender y hablar el catalán. Eso es así. Quizás es lo que ha producido esta confusión y el rechazo generalizado que hay en el resto de España hacia esta cuestión. La gente seguramente tiene razón en eso de que todos en el Estado Español deberíamos poder movernos y trabajar en distintas comunidades, sin ninguna traba. Es verdad que con eso se limitan los intercambios culturales y de conocimientos en general, especialmente universitarios. Sería una pena que en las universidades no se aceptaran personas con talento de otros países, o del resto de España, por no poder dar las clases en catalán. Eso desde luego.
Pero lo que no se comprende es esa cerrazón de algunos porque a las criaturas se les enseñe dos lenguas. ¿Me quieres decir a quién le perjudica algo así…? Yo creo que al contrario. Los niños son una esponja y están capacitados para aprender sin esfuerzo varias lenguas. Mis hijos son un claro ejemplo de lo que te explico. Desde pequeños aprendieron castellano y catalán, y ahora, no sólo son capaces de hablarlas indistinta y naturalmente, sino que han demostrado una gran capacidad para aprender francés e inglés. ¡Ay amiga! Ojalá la gente de nuestra generación hubiéramos tenido estas posibilidades. A mí por lo menos me hubiera ido mejor con el inglés. En fin, querida, que no voy a seguir, porque para mí está claro que si alguien quiere saber qué pasa en un lugar determinado, lo que tiene que hacer es relacionarse de algún modo con la gente de allí, vivir el día a día y no fiarse de los cantos de sirenas, que no hacen más que distraer al personal, pero sobre todo enfrentarnos con el único fin de sacar partido político de ello.
Te mando un abrazo de año nuevo
TERESA

viernes, enero 7

Una educación que enseña a vivir más felices

Soy consciente de que no tod@s podréis entender el catalán, pero con un poco de interés por el tema, seguro que os vais a enterar perfectamente del contenido de este hermoso reportaje sobre los métodos educativos de este maestro japonés. Seguro que debe ser un mirlo blanco en su país, pero educadores así nos encontramos en todos sitios y vale la pena aprender de ellos y de lo que se puede conseguir con las criaturas, cuando nos dedicamos a ellos y no tanto a cumplir los programas.
Si queréis ver todo el reportaje, se emitió en la TV3, en un programa de reportajes que se llama 60 Minuts. Os lo recomiendo. Y como el vídeo no está completo, este enlace los tiene todos: http://www.youtube.com/user/mariapg77

Noche de Reyes... un tiempo después

La noche de reyes era algo mágico; una especie de juego en el que todos participábamos, aunque sabíamos que esos magos de oriente eran de “mentirijilla”. Los niños, incluso cuando ya no eran tan niños, solían escenificar lo de los zapatos cerca de la chimenea, y cada cual esperaba el silencio y la oscuridad de la media noche para colocar allí sus regalos, con ese nerviosismo tan agradable que produce imaginar las caras de papá, mamá, Pablo o Manolo.
Casi nunca coincidían los deseos de los críos, que con letra cuidadosa habían hecho llegar a los reyes, con lo que luego se encontraban en sus zapatos. Éramos de ese tipo de padres preocupados por ser buenos educadores y nos negábamos a colaborar en el derroche de tantos otros: coches teledirigidos, ordenador, scalextric… artefactos que en cada temporada hacían la delicia de pequeños y hasta de grandes. Queríamos que supieran la importancia del dinero y que aprendieran a valorar las pequeñas cosas. Vaya, estábamos seguros de que transmitiendo todo eso íbamos a conseguir hijos fantásticos, ¿qué otra cosa pueden hacer los padres…? Y lo cierto es que ellos siempre nos sorprendían con su aceptación, no sé si resignada, pero sí llena de consideración hacia nosotros. Me pregunto si eran capaces de entender nuestras razones, pero no se quejaban. 
El día seis, bien temprano, cuando el blanco de los tejados y de los árboles del jardín dibujaba un paisaje gélido, los piececitos descalzos aporreaban la escalera de madera. Nosotros sonreíamos bajo las mantas, esperando contemplar los grandes ojos de Pablo y la sonrisa agradecida de Manolo, que, a pesar de no haber recibido lo que tanto deseaba, era capaz de disfrutar de esos instantes, sobre todo viendo a su hermano pequeño tan feliz. Eran tan emocionante escuchar sus voces entrando en el dormitorio…
─ ¡Papá… mamá… ¡ Mirad lo que nos han traído los reyes… ─ Fingiendo una inocencia que evidentemente ya habían perdido, pero que cada año renovaban para seguir siendo niños.  
También nosotros seguíamos el juego y poníamos cara de sorpresa a la vista de los juegos, libros, discos y demás regalos con los que se cubría la alfombra del salón y nos sentábamos juntos a verlos, como si fuera la primera vez; como si de verdad la magia de los reyes hubiera llegado a nuestra casa.
Luego… llegaban los vecinos: Carla, Guifré, Albert… el patio se llenaba de risas, voces y pequeños piques por mostrar el mejor regalo de todos. Mientras, nosotros recogíamos el pequeño desastre de papeles, cajas, el carbón que nadie se comía nunca y en pocas horas todo volvía a ser como siempre. La casa en orden, el horario de comidas, de sueño, de juego y estudio. Una vida que tantas veces se nos antojaba demasiado dura, con poco tiempo para la fantasía y el juego. Cuántas veces me he preguntado si ellos eran medianamente felices en medio de todos nuestros afanes y luchas… No fue fácil, pero hemos sobrevivido, sin perder lo más importante.
Esta mañana nadie ha venido a despertarnos para compartir la alegría de los reyes, pero las imágenes de ese tiempo de inocencia me han venido a visitar y no acierto a descifrar si he sentido tristeza o nostalgia. He pensado en mis niños y he querido preguntarles por sus regalos de reyes, pero el teléfono se interpone entre sus miradas sonrientes y mis ganas de recuperar un tiempo que ya no volverá.