sábado, julio 17

La dulzura y la fuerza de Ángeles caso

Me sorprendió su aspecto físico: delgadísima, frágil, muy frágil diría yo. Sin maquillaje alguno, y vestida con una túnica amplia, que la hacía aún más asequible para aquellos que tuvieran la curiosidad de encontrarse con esa lejana presentadora hermosísima, que un día apareció en la pequeña pantalla, en blanco y negro, y nos miró desde lo más profundo de sus grandísimos ojos negros. 
Ahora es sólo Ángeles, una mujer madura que se dedica a la literatura y de vez en cuando tiene que vérselas con el público lector que quiere saber cosas sobre su obra, o tiene curiosidad por saber cómo ha cambiado aquella bella presentadora del Telediario.
 Esa tarde asistí a uno de tantos actos de promoción de su libro. Me gustó su voz grave y su tono sereno; su forma de explicar el porqué de su pasión por la escritura y su sencillez cercana y afectuosa con todo el que quiso fotografiarse con ella. Su dulzura y a la vez esa fuerza que desprende en su saber estar y en sus palabras.
Ángeles Caso (Gijón, 1960) desde muy temprana edad se interesó por todo lo relacionado con el arte. Educada en un ambiente intelectual y universitario, estudió danza, mimo, música y muy especialmente idiomas, no en vano domina el inglés, francés, italiano y portugués.
Después decidió licenciarse en Periodismo y en Geografía e Historia especializándose en Historia del Arte. El giro hacia su verdadera vocación no empezaría hasta 1984, cuando comienza a trabajar en el Centro Regional de Televisión Española en Asturias presentando un programa, y dada su gran complicidad con el objetivo de la cámara, no tardó en viajar a Madrid para ponerse al frente del Telediario como presentadora. Quizás es conocida para el gran público por presentar un telediario de TVE de 1985 a 1986, pero también es una gran novelista destacando entre sus obras Elisabeth, emperatriz de Austria-Hungría o el hada maldita, El mundo visto desde el cielo, El peso de las sombras, o Un largo silencio.
Hoy he terminado la novela Contra el viento. No es una gran obra de arte, desde mi humilde punto de vista. Es un libro con una historia real, muy acorde con la situación actual de la inmigración. Por eso pienso que éste ha sido un premio Planeta políticamente correcto. Se trata de la historia de una mujer nacida en Cabo Verde y que, según parece, conoció la propia escritora en Madrid. Ella ha querido dejar testimonio de las peripecias de tantas y tantas mujeres llenas de fuerza y coraje que se cruzan con nosotros por la calle. Es la historia de todas ellas. Såo es sólo una de tantas, con una trayectoria muy dura y con final feliz. Ángeles Caso ha querido ser la voz de las mujeres que nunca han podido ser escuchadas. De las más vulnerables: las inmigrantes.
El proceso migratorio y la violencia de género son los temas centrales en la vida de la protagonista: su proceso de lucha hasta lograr instalarse en Europa, donde esperaba encontrar una mejor vida y después su enamoramiento y dependencia de un hombre cruel, violento y lleno de inseguridad, que la maltrató y que buscó la forma de hacerle el mayor daño posible por haberlo abandonado: quitarle a su hijo. La solidaridad de género está presente en toda la historia, a través de hermosos gestos y redes de relaciones. Gracias a esas mujeres, reales, con nombre y apellidos, la protagonista del libro consigue salir adelante en unas circunstancias a veces muy dramáticas.

Recomendable para las personas sensibles a estas problemáticas y fenómenos tan de nuestro tiempo. No entusiasma, pero logra captar el interés del lector.



No hay comentarios:

Publicar un comentario