viernes, julio 12

El metro de Correos

 ¡Santo cielo! Hacía años que no veía esta salida de metro. Ahora, a través de google, me entero de que ya hace tiempo que está cerrada. Claro, por eso, cuando he pasado por allí en los últimos años todo me parecía tan diferente. Más bien pensaba que quizás yo había tenido un sueño, pero que nunca había existido. Pues sí. la estación de Correos fue real. Y yo tuve una experiencia, con tan sólo quince años, que también fue real. Creo que fue así:


Acababa de aterrizar en la ciudad y sólo dos días después encontré un trabajo en un laboratorio. Era un trabajo muy sencillo. Sólo me ocupaba de llenar una caja con varios productos de belleza. Otra persona se encargaba de cerrar la caja y prepararla para enviarla a las tiendas donde se distribuía para la venta. Que yo recuerde, sólo estuve un día. Pero después de tantos años, las imágenes que aparecen en mi memoria son poco claras.

La nieta

El autor de El lector vuelve a lo grande con una nueva novela sobre las relaciones humanas y las grietas de la historia de Alemania.

En los años sesenta del pasado siglo, Birgit huyó por amor y ansias de libertad de Berlín Este para reunirse en el Oeste con Kaspar. Ahora, tras el fallecimiento de Birgit, Kaspar descubre que su esposa pagó un precio por esa decisión. Dejó atrás a su bebé, una niña, cuya existencia le ocultó toda la vida. Kaspar, que tiene una librería en Berlín, decide partir hacia la antigua Alemania del Este en busca de esa niña que ya es una mujer.

Así, emprende un viaje al pasado y al presente de Alemania, y cuando por fin da con Svenja, la hija perdida, descubre que vive en una comunidad rural, está casada con un neonazi y tiene una hija, Sigrun. Kaspar querría ver en ellas una nueva familia, pero todo un universo ideológico los separa, pese a lo cual tratará de acercarse a quien considera su nieta y darle una visión diferente del mundo…

Bernhard Schlink retoma aquí la vasta ambición de su obra más celebrada, El lector. De nuevo nos presenta un retrato político de Alemania complejo, alejado de cualquier maniqueísmo. El resultado es un libro profundo y deslumbrante, que habla de la historia en mayúsculas y de cómo afecta a los individuos, de las heridas todavía abiertas de la reunificación y de los retos del presente. Pero es además una novela bellísima sobre el amor, la pérdida, el entendimiento y la redención. 

viernes, julio 5

Un año después

 

Qué importa el día que fue. Mi memoria flaquea, pero mi sentimiento por tu pérdida sigue intacto. Todavía hoy, revisando las imágenes que tenemos juntas, me recuerdan tu hermosa sonrisa, esa sonrisa que enamoraba a quien se acercaba a tí. Todavía no puedo entender qué pasó. No entendí ni entiendo que ningún médico supiera acercarse a ti y dar nombre a tus males inespecíficos. Tu luz se fue apagando y un día primero de julio, cuando el verano se estrenaba, te fuiste sin apenas

decir adiós. A veces he recordado nuestras últimas conversaciones en las que anunciabas el final, entre triste y aliviada, pero yo, incrédula, pensaba que estabas dramatizando. Sigo recordándote, amiga. También yo estoy en otra fase de la vida y mi sonrisa ya no es tan brillante como cuando tú y yo disfrutábamos de una buena conversación, de una reunión de amigas o de esas vistas espectaculares de Cantabría.