viernes, febrero 12

Una terapia muy particular

Se acabó el disfrute. No siempre se puede decir eso tras la lectura de un libro. En esta ocasión, a pesar de que se trata de una obra en la que la Filosofía y la Psicología son protagonistas y por tanto puede desalentar a algunas personas a la hora de acercarse a su lectura, yo lo he disfrutado muchísimo. Si fuera estudiante de Psicología, seguramente aprendería más con las lecciones maravillosas que ofrece la terapia grupal en el libro, que con cualquier obra teórica universitaria. Respecto a la Filosofía, desde luego he conocido la vida de este Filósofo tan antipático y sus ideas principales. Así que se puede decir que ha sido una lectura provechosa. Recomendable para las personas que quieren de los libros algo más que pasar el rato. ¿Qué es lo que este autor quiere decirnos con la historia de una terapia grupal de la mano de un psicoterapeuta al que le han dado pocos meses de vida? En primer lugar, que mientras estamos vivos podemos seguir aprendiendo de los demás. Y también que podemos ayudar con el conocimiento que hemos adquirido en nuestra trayectoria vital. Julius (así se llama el terapeuta) nos da una lección de vida y de sabiduría. Pero también los personajes que se sientan cada semana en el grupo terapéutico, nos ayudan a reflexionar sobre las máscaras con las que cubrimos nuestras miserias y las justificaciones que tenemos para seguir siendo lo que creemos ser. Un grupo diverso y rico de seres humanos se enfrentan a sus problemas cotidianos, con la idea de que será el terapeuta quien les cure, pero finalmente serán los propios compañeros de terapia quienes van a descubrir lo que se esconde detrás de las apariencias y las defensas de cada cual. Como en otro de los libros del autor "El día en que Nietzsche lloró" ,  el personaje más oscuro del grupo termina llorando a lágrima viva y soltando con sus lágrimas todas las defensas que había logrado acumular a lo largo del tiempo para no sufrir. Otra enseñanza maravillosa de esta historia: todos tenemos una parte vergonzante que solemos esconder. Cuando en la terapia de grupo Pam acusa a su antiguo profesor de haber abusado de ella cuando tenía dieciocho años y él mucho poder, todos los presentes juzgan ferozmente a Philip, el profesor. Pronto se descubren ellos mismos confesando secretos que los ponen al mismo nivel que él. Es entonces cuando empiezan a relacionarse con un poco más de comprensión por los errores ajenos. Al fin y al cabo, eso de la paja en el ojo ajeno, no nos deja ver la viga en el nuestro. En fin, una lección de vida, un disfrute de esos que no se dan cada día cuando tomamos un libro entre nuestras manos y abrimos sus páginas buscando quien sabe qué.


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