miércoles, septiembre 14

De cortesía y buenos modales

Lo más interesante del mundo virtual es que, a veces, estás buscando algo y de pronto descubres un artículo con el que no contabas. ¡Ay señor, qué dilema! ¿Lo leo, o no lo leo? ¿Lo dejo pasar y sigo con lo mío…, o curioseo un poco? La verdad es que fisgonear es un arma de doble filo, porque querer leerlo todo resulta poco eficaz;  pero… ¡qué le voy a hacer! Soy curiosa con respecto a determinadas temáticas y a veces me salgo de la senda por la que iba directa a mi objetivo,  cojo una vereda que la cruza y me pierdo. Bueno, más que perderme, descubro con asombro cuántas miradas puede tener un mismo fenómeno. Pues eso es lo que me acaba de pasar en estos días finales de agosto.                                                  
Sumergida en la redacción de un libro de testimonios de andaluces que en los años sesenta emigraron a Catalunya, me topé con un estudio muy interesante: “La acomodación lingüística de la inmigración latinoamericana en Madrid”. No me pude resistir. Se trata de una cuestión que en cierto modo me afecta, porque, desde hace años, me relaciono con personas venidas de distintos países latinoamericanos.