Una de esas coincidencias: el periodista llega a la cita con Silvia 
Pérez Cruz tras realizar una entrevista a Santiago Auserón. El ex Radio 
Futura comparte dos observaciones sobre la cantante: “Es música de los 
píes a la cabeza, me asombró cuando asistí a un seminario que dio sobre 
voz y piano”. Ella niega la mayor: “En realidad, él debería haber sido 
el profesor. Cuando hablaba nos dejaba a todos maravillados”.  
 Al leer este artículo sobre Silvia Pérez Cruz, he pensado que no hacía falta que yo escribiera nada sobre ella. Realmente la conozco poco, porque hace unos meses que la escuché por vez primera y me dejó helada. Enamora su voz y su imagen, ¿no os parece?   
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| La belleza natural de Silvia | 
Se ha exagerado tanto, explica. Nos hemos tragado la leyenda de la 
niña que cantaba habaneras por los bares de Palafrugell pero, 
puntualiza, “el especialista en habaneras era mi difunto padre, Cástor 
Pérez. Yo igual iba dos o tres veces al año a La Bella Lola y mi bandera
 era Alfonsina y el mar, de Mercedes Sosa”. Un poco fuerte, 
¿no? El drama de una poetisa que se suicida. “Crecí en un ambiente donde
 se nos trataba como adultos. Mi madre daba clases de expresión 
artística e insistía que debíamos ser auténticos en todo lo que 
hacíamos”.
Terminó dominando tantos registros que despistaba a los oyentes. 
“Cuando formaba parte de Las Migas, muchos me creían andaluza o 
portuguesa. Hubo temporadas en que me sentía incapaz de cantar en 
catalán hasta que volví a pillarle el tranquillo, a través del 
portugués. Tuve una experiencia bellísima en Brasil, actuando en pueblos
 del interior”.
Su socio actual, como productor y músico acompañante, es Raúl 
Fernández, alias Refree. “Cuando nos conocimos, me dijo, muy serio, que 
no quería volver a trabajar conmigo, que era demasiado académica”. Ella 
se había graduado de la Escuela Superior de Música de Cataluña tras unos
 exámenes inolvidables: “Estaba embarazada de ocho meses, a punto de 
parir".
Se descubrió omnívora. “El flamenco me llega al estómago, saca mi 
parte más animal. El jazz me enseñó a improvisar, a reaccionar en una 
décima de segundo. Cantar boleros con el grupo de Javier Colina fue todo
 un máster, siento debilidad por las canciones más tristes. Me encantó 
acompañar a bailarines tan vanguardistas como Israel Galván”. Hoy, 
durante una sesión fotográfica, ha escuchado que se parece a otra Cruz 
(Penélope) y que, además, la cámara la quiere.
Desconcierta una trayectoria tan zigzagueante, reconoce. “He oído mil
 veces lo de ‘debes centrarte, Silvia’. Pero estoy ampliando mi 
vocabulario y lo único importante es que el relato final, sobre el 
escenario, resulte coherente”. Vive para el directo, le cuesta hablar de
 discos y categorías. “Mi cultura musical es instintiva, no erudita. 
Puedo jurarte que sí, que Caetano Veloso es un gran artista… e igual 
solo he escuchado un disco suyo, en casa de alguien. Por eso me cuesta 
entenderme con los periodistas musicales”. Ah.
El próximo martes, Universal publica la edición ampliada de su debut como solista, 11 de noviembre,
 que ahora suma un DVD grabado a trío, con Mario Mas y Refree. Dos días 
después aparece en el Festival de Jazz de Madrid. Fiel a su espíritu 
iconoclasta, también ha invitado a un grupo tan poco jazzístico como 
Coetus, colectivo de canto y percusión animado por amigos tipo Eliseo 
Parra: “Con ellos, siempre se monta la fiesta”. La película del Price, 
añade, va a tener un final feliz"
El Pais. Diego A. Manrique Madrid 1 NOV 2012
El Pais. Diego A. Manrique Madrid 1 NOV 2012

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