viernes, febrero 25

28 de febrero: Andalucía y su historia más próxima

Conmemorando ese día que desde hace años es festivo en Andalucía, he recuperado estos documentos. 
Uno de ellos es un artículo que publicó Antonio Gala, en diciembre de 1977, en un diario malagueño de la época. Eran otros tiempos, tiempos de ilusiones, de salir a la calle a defender ideales, otros tiempos... Por pura casualidad, ese año yo estaba pasando unos días en Málaga y me impregné de la emoción y la pena que allí se vivía por la muerte de aquel joven de 19 años, cuando trataba de colocar una bandera en un edificio oficial. Era el día de la gran manifestación que clamaba por la Autonomía política de la región. El recorte no se lee muy bien, pero tiene su cosita nostálgica;  ese sabor de los documentos a los que el tiempo ha dejado huella en color sepia.  
Un año después, yo tenía 27 años, escribí un pequeño recuerdo para el muchacho muerto en esas circunstancias y en plena juventud. También tiene su historia este documento. Seguramente hoy ya no escribiría así. Lo dicho: son otros tiempos. Voy a cumplir sesenta y estoy en plena faena de recuperación de la memoria.
Manifestación en Málaga
Dedicatoria: A ti, que fuiste y seguirás siendo primavera

Llegaron las lluvias. Diciembre, día cuatro. Hace un año, un día como hoy, se escuchó el grito: ¡Andaluces, a la calle, defendamos nuestros derechos! Y a la calle salimos; los que aún estando lejos físicamente, teníamos el corazón y el pensamiento puestos en nuestra tierra de origen. Teníamos esperanza y creíamos en que el mañana es hoy… Con nosotros estuvieron los andaluces olvidados o desconocidos para muchos, los parados; los que por primera vez tenían la ocasión de escupir dolores acumulados durante décadas. Y hasta salió la “Primavera” de alegría, de belleza, de esperanzas, de ideales, de dieciocho años; esa primavera que no deseaba marcharse y desarraigarse. ¡Qué ilusos! Pues no pides tu mucho, dijeron, e hicieron callar su voz, dejando su cuerpo joven junto al puente. Unos días después aún había primavera en el lugar… flores… flores… flores… Eran como un símbolo que me hacía temblar cuando pasaba por allí. Hoy ese recuerdo no me deja salir a la calle, porque siento que con esta oscuridad y el frio que se esconde tras cada esquina, yo, que aún me siento joven, podría perecer… o al menos contaminarme.

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