(...)¿De qué sirve un libro
que no nos lleva más allá de los libros...?
(El día que Nietzsche lloró)
Se trata de una obra que más que por su valor puramente literario, puede interesar a algunas personas por los temas que plantea; por su contenido filosófico y psicológico, ya que su autor Irvin D.Yalom, psicólogo clínico, nos retrata un ambiente y unos personajes que coincidieron en una misma época en centro Europa: J. Breur, un médico, maestro de Sigmund Freud, Nietzsche, y Lou A. Salomé, una intelectual de la época, amante del filósofo.
La trama se desarrolla en la
ciudad de Viena, en diciembre de 1882. La joven y deslumbrante Lou Salomé
concierta una misteriosa cita con Josef Breuer, célebre médico vienés, con el
objeto de salvar la vida de un tal Friedrich Nietzsche, un atormentado filósofo
alemán, casi desconocido en ese momento, pero de brillante porvenir, que
manifiesta tendencias suicidas. Salomé propone a Breur que acepte a Nietzsche
como paciente, pero la excusa es curarle de unas migrañas que padecía y que le
hacían sufrir muchísimo, ya que el filósofo no aceptaría de ninguna manera que
alguien quisiera hurgar en sus sentimientos, ni estaba dispuesto a aceptar
públicamente sus problemas más íntimos.
Nietzsche era un hombre atormentado y con graves dificultades para conectar con los demás; para establecer vínculos duraderos de afecto, y mucho menos amorosos. En definitiva: un hombre solo cuya pasión estaba dirigida al desarrollo de su pensamiento, a la divulgación de sus ideas sobre la muerte de Dios, sobre el "eterno retorno" sobre la necesidad de superar la moral tradicional y la búsqueda de ese "súper hombre" que, según algunos estudiosos, es ni más ni menos que la persona liberada de la esclavitud de una moral que nos impide vivir de acuerdo con nuestros anhelos y deseos más íntimos. Porque ése y no otro era el principal problema del Dr. Breuer: un hombre que ha triunfado y ha cumplido las expectativas de su familia. Tiene un matrimonio convencional, que le procura una vida relajada y cómoda, pero desprovisto de pasión y de interés. El hombre no había reparado en ello, pero en el contacto con Nietzsche, advierte que su vida es anodina, que está en la mitad del camino y no ha vivido más que para satisfacer las expectativas de los demás. Por el contrario, el filósofo, vive una soledad casi absoluta. Carece de familia y de vínculos amorosos y acaba de pasar por una gran decepción: Lou A. Salomé, de la que se ha enamorado perdidamente, ha rechazado su propuesta de matrimonio. Ella, mujer rica y libre, (no podía ser de otro modo en esa época) no desea estar sujeta a nadie, aunque admire profundamente al profesor Nietzsche.
En el proceso terapéutico que
emprenden ambos, una especie de intercambio ficticio, en el que, teóricamente,
el médico se pone en manos del paciente, para realizar lo que entonces llaman
"La cura por la palabra", (posteriormente Psicoanálisis) Nietzsche se
descubre a sí mismo como un hombre vulnerable y necesitado de afecto; de eso
que necesitamos todos: un centro, un núcleo que nos proteja y nos estructure
como personas. "Hay momentos en que es preciso estar atento y sospechar,
pero hay otros en los que uno tiene que bajar la guardia y permitir el contacto
de otra persona" Es así como se le dirige el doctor Breuer, que está
haciendo lo posible por romper la barrera que el pensador había puesto entre él
y el mundo. El núcleo central de la novela es éste, por lo que aquellos que
quieran profundizar en otros aspectos de la obra de Nietzsche, sobre la
discusión clásica de su antisemitismo, racismo, etc. no encontrarán nada en sus
páginas. Como digo, se trata de un ejercicio de reflexión psicológica y filosófica,
para aficionados a comerse el "coco". Un valor importante del libro
es que es capaz de pasar a un lenguaje literario relativamente asequible, ideas
muy abstractas que para nosotros, los ciudadanos de a pie, no demasiado
entendidos en filosofía o psicología, nos permite acercarnos a ese mundo. Pero
lo mejor es que consigue conectar las ideas con la vida, con lo que a cada cual
nos pasa o nos puede pasar; con el sufrimiento humano. Seguramente ese era el
objetivo de su autor: poder ayudar a muchas personas, a través de un relato que
tiene algo de real y mucho de ficción.
La novela tiene la virtud de
provocar en el lector el mismo sentimiento de los protagonistas. Así, cuando,
al final de la terapia, Nietzsche rompe a llorar y confiesa sus debilidades y
sus anhelos no cumplidos al médico, todos somos Nietzsche. Y es que, como digo,
el autor nos dice tantas cosas sobre nosotros mismos... Hace pensar en nuestra
infelicidad, en nuestro descontento con lo que somos y hacemos. Breuer,
inconscientemente, envidiaba la libertad de Nietzsche, y éste, también en lo
más profundo de su alma, la felicidad hogareña de Breuer. Ambos en su mundo
consciente parecían personas brillantes, sin fisuras, casi de una pieza; pero
cuando empezaron a limpiar la chimenea (así le llamaban ellos al método)
aparecieron sus frustraciones, sus sueños, que ni se atrevían a expresar para
sí mismos, las bajas pasiones escondidas debajo de la alfombra... Vaya, algo
que a cualquiera de nosotros le podría ocurrir. No me resisto a transcribir un
párrafo sobre el matrimonio, algo para reflexionar en solitario o en compañía...
y dejo abiertas las puertas de esta novela para quien quiera acercarse a su
propio mundo interno, a través de esta curiosa terapia entre un filósofo y un
psicólogo.
"Para poder tener una
relación con otra persona, uno debe tener una relación consigo mismo. Si no
somos capaces de abrazar nuestra propia soledad, utilizaremos al otro como
escudo(...) Sólo cuando es posible vivir como el águila, sin público, se puede
amar a otra persona; sólo entonces puede importarle a uno que la otra persona
crezca"
FICHA DEL LIBRO: AUTOR: Irvin
D. YALOM TÍTULO: El día que Nietzsche Lloró Emecé Editores (varias ediciones)
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