Ya hace algunos años, supongo que más de
veinte, que cayó en mis manos este hermoso libro de Fátima Mernissi (Fez, 1940). Lo trabajé en mis clases, para ilustrar algunos temas académicos, pero
que yo quería bajarlos al terreno de las experiencias más cercanas.
Especialmente quería cuestionar la idea generalizada y estereotipada del
encierro de las mujeres, como algo empobrecedor. Y esta historia me sirvió para
pensar en cómo los encierros pueden ser simbólicos, o reales. Y cómo a veces
los reales son más creativos y ricos que algunos de los que vivimos muchas
mujeres occidentales.
Como hace tanto tiempo de esto, no podría recordar detalles de esta lectura, por eso, prefiero compartir esta síntesis, que me ha parecido muy interesante.
Como hace tanto tiempo de esto, no podría recordar detalles de esta lectura, por eso, prefiero compartir esta síntesis, que me ha parecido muy interesante.
Comentario crítico de Adolfo Torrecilla
Fátima Mernissi, es una escritora y
profesora marroquí, autora de importantes ensayos sobre la mujer en el mundo
árabe, reconstruye en esta novela autobiográfica gran parte de su infancia,
transcurrida en el harén de su padre, en la ciudad marroquí de Fez. Lo primero
que intenta la autora es desmontar la idea que persiste en Occidente de lo que
es un harén: una cosa son los harenes imperiales, que desaparecieron a finales
del siglo XIX, y otra los domésticos, que son los que se han mantenido y que la
autora quiere explicar, sobre todo para eliminar esa impresión del harén como
escuela de placeres.
Varias generaciones conviven en el harén
de Fátima, pero en él hay dos mundos diferenciados. Por un lado, el de los
hombres, con su libertad, sus preocupaciones políticas y sus aficiones; por
otro, el mundo de las mujeres y de los niños, sometido a normas e imposiciones
y donde el concepto de frontera impone lo que se debe hacer o no: "Mi
padre decía que la frontera protegía la identidad cultural y que si las mujeres
empezaban a imitar a las europeas vistiendo de forma provocativa, fumando
cigarrillos y andando por ahí con la cabeza al aire, sólo quedaría una cultura.
La nuestra desaparecería". El padre de Fátima era un terrateniente rico,
nacionalista, casado con una sola mujer, pero defensor de la tradición. Su
abuela y su madre desean, sin embargo, una vida distinta para Fátima, una
educación que la permita abandonar el harén. El personaje de la madre es el más
audaz y el más crítico con un sistema de vida anacrónico. Protesta:
"¿Quién se beneficia de un harén? ¿Qué bien puedo hacer yo por nuestro
país, prisionera en este patio? ¿Por qué se nos priva de la educación? ¿Quién
creó el harén y por qué? ¿Puede explicármelo alguien?".
La autora analiza el papel de la mujer
en el mundo árabe. Pero aunque critica muchas de sus tradiciones, no lo hace
con acritud. Su visión del pasado es positiva, pues las mujeres, a pesar de
vivir en unas condiciones muy limitadas, conseguían superar las dificultades
alimentando una fuerte vida interior.
Fátima Mernissi ha escrito un texto
lírico en el que presenta la vida cotidiana de una niña en un harén, con la
constante compañía de otras muchas mujeres que la van enseñando tantas cosas de
la vida. El estilo es sugerente y poético. Además, la autora ha sabido ceñirse
al punto de vista de la niña, sorprendida de todo. Sueños en el umbral es un
relato con gran poder evocativo, que recuerda a las leyendas de Las mil y una
noches.
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