viernes, febrero 22

 
Una pintora que hasta ahora desconocía, pero que me gusta mucho: Carmen Laffon. Parece que es una de las personas que este año será nombrada Hija predilecta de Andalucía. 

martes, febrero 19

Los ricos mueren por exceso de atención médica

                                            "Hay que ser prudentes frente a los talibanes de la prevención"

 La actividad del sistema sanitario, ¿la tercera causa de muerte?
Sí, en EE.UU. causa 225.000 muertes anuales. En España los medicamentos tienen unos 19 millones anuales de efectos adversos y provocan la muerte a 6.500 pacientes.

Oiga...
También se ha demostrado (Israel) que cuando los médicos hacen huelga las muertes disminuyen un 45%. Y mis afirmaciones se basan en estudios científicos fiables.

¿No siempre es mejor prevenir?
Los daños de la prevención se perciben a largo plazo. Hoy sabemos que por ejemplo la terapia hormonal sustitutiva para eliminar los síntomas de la menopausia, utilizada por millones de mujeres, provoca infartos, embolias y cáncer de mama (55.000 nuevos casos en el Reino Unido).

Ahora se lleva el diagnóstico precoz.
Hoy se diagnostica antes y más, pero la mortalidad es la misma. El diagnóstico precoz no mejora el diagnóstico de muerte.

¿Entonces?
Produce algo terrible: hordas de supervivientes, por ejemplo de cáncer, que viven más tiempo con el diagnóstico pero no viven más.

Qué duro.
La autoexploración de mama no disminuye la mortalidad, pero duplica las biopsias. El cáncer de cuello de útero no disminuye por hacer citologías, pero se siguen haciendo diez millones de citologías al año en España. Si quiere disminuir el cáncer de cuello de útero, céntrese en la población marginada.

¿Y el cáncer de próstata?
Si quiere reducirlo, no haga el cribado de cáncer de próstata en personas que no tengan síntomas. Hay muchísimos cánceres inofensivos, histológicos, que se diagnostican y se tratan en nombre de la prevención.

¿Desaparecen solos?
Sí, o se quedan tranquilos. Y no son tumores pequeños, el de próstata puede representar el 60%, y el de mama el 47%, pero se quita el pecho, se hace radioterapia, quimioterapia, y la vida de esa mujer girará alrededor de un cáncer que nunca la habría matado.

Entonces, ¿qué hacemos?
Disminuirían muchos cánceres haciendo menos radiología y controlando los tóxicos industriales. Pero en este complejo mundo de intereses, deseos y expectativas cuajan propuestas de prevención imposible, de intervenciones sin justificación que dañan a la población con pruebas diagnósticas y los tratamientos consecuentes.

¿Por qué remiten solos?
Normalmente, los que remiten solos no dan síntomas ni molestias, somos nosotros los que los descubrimos. En el diagnóstico precoz no se parte de población con síntomas.

¿Qué me dice de las vacunas?
Hay vacunas necesarias, pero otras como las de la gripe, el virus del papiloma humano, el neumococo, el rotavirus o la varicela son puro negocio.

¿La vacuna de la gripe no es efectiva?
Durante la pandemia de la gripe A vacunaron a la población sueca (el beneficio teórico era 50 muertos menos) y produjeron 200 casos de narcolepsia en adolescentes.

Enfermos crónicos.
Lavarse las manos disminuye mucho la transmisión de la gripe, y el 40% de los médicos y enfermeras no lo hace. Pero la vacuna de la gripe no disminuye el contagio ni las muertes, no es eficaz en personas sanas ni en personas mayores de 65 años, lo ha publicado la revista The Lancet. A la gente mayor la atiborran de pastillas, como si ser viejo fuera una enfermedad, y eso le resta calidad de vida y a menudo la mata.

¿Y la epidemia de colesterol?
Su nivel de colesterol no tiene nada que ver con su pronóstico respecto a las probabilidades de tener infarto de miocardio, y la mayoría de dichos infartos se dan en personas con colesterol normal o bajo. Además, los tratamientos para bajar el colesterol sólo son eficaces en las personas que ya tienen problemas coronarios, en todos los demás casos el tratamiento es inútil y perjudicial.

¡...!
No se mida el colesterol, sea feliz, porque ser feliz y optimista añade ocho años de vida. Y practique la dieta mediterránea, que no consiste en tomar aceite de oliva a cucharadas, sino en poner un mantel, cubiertos y tener compañía: no coma delante del televisor. Y si está embarazada, disfrute.

¿Demasiadas ecografías?
Sí, y no están justificadas, ni los suplementos rutinarios de hierro y yodo. Estados Unidos, que es el país más intervencionista y el que más dinero gasta en la atención al parto, ha triplicando su mortalidad.

¿Se muere por exceso de atención?
Sí, los pobres mueren por carencia de atención y los ricos por exceso. Un tac son 750 radiografías en un adulto y el doble en un niño. La radiación que recibió la población en Japón en la Segunda Guerra Mundial equivale a cinco tacs. ¡Ojo con los chequeos!

¿Y las vitaminas?
En los países ricos, los complementos vitamínicos son como mínimo inútiles y en muchos casos perjudiciales.

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domingo, febrero 17

No todo va a ser tan serio... Bueno esto lo es, pero se mira con ojos que hacen sonreir.  ¡Gran Forges!

sábado, febrero 16

Pues sí, Marifé de Triana es suficientemente importante en mi memoria musical y sentimental como para formar parte de este apartado: con nombre y apellidos. 
Corrian los primeros años sesenta y en la radio sonaban los discos dedicados. Era uno de las programas más escuchados de la época. La gente escribía cartas con dedicatorias muy sentidas: "A mi novio que está en la mili, con todo mi cariño, para que vuelva pronto", por ejemplo. No existían medios como los que ahora tenemos. El teléfono al alcance de todos, los móviles, el "facebú"... ¡Santo cielo! eso ni siquiera lo podíamos soñar,  así que en cada pueblo había como una especie de corresponsal al que se llevaban las pequeñas notas dedicadas y, en unos días, lograbas que tu canción preferida sonara en las ondas. 
En los talleres de costura o de bordado, donde se reunían tantas jovencitas en edad de merecer, era la que se escuchaba y se cantaba a pleno pulmón, todas al unísono, intentando emular a la artista, pero también queriendo vivir esas emociones que ella contaba tan magistralmente.
Marifé, como digo, era una de las más queridas y escuchadas. Las grandes tragedias que interpretaba, quizás ayudaban a muchas jóvenes y menos jóvenes a sobrellevar sus pequeños dramas cotidianos: los amores prohibidos, o imposibles, las vidas al lado de hombres canallas, o mujeriegos, los embarazos al margen de las normas sociales, la envidia y la crítica sin fundamento de los pueblos... Siempre había algo con qué identificarse en las coplas de la época; siempre podíamos sufrir con la protagonista de la historia, a la que Marifé daba vida con total realismo y dramatismo. Ella daba voz y expresión a lo que muchas mujeres llevaban dentro y no les era posible expresar de un modo natural, porque, no lo olvidemos, ni siquiera el amor "normalito" tenía cauces para ser expresado. Los novios no se cogían ni de la mano, no podían besarse públicamente, y tampoco es que les sobraran las ocasiones para hacerlo en la intimidad. ¡Y no digamos si eras mujer! Tenías que medir cómo expresabas el amor, incluso con el hombre elegido. Total, que me imagino que las emociones en la época debían estar como en una botella de cava o de gaseosa, esperando que alguien abriera un hueco para después explotar de forma incontrolada. 

Eso es lo que pienso yo que representaba en la época esta mujer, por cierto, como tantas otras, denostada por la élite intelectual, que vio en ellas algo así como el franquismo hecho canción. La copla, no lo olvidemos viene de mucho antes. En la República tuvo su buena época, pero luego, se la apropió el regimen y la necesidad de supervivencia de muchas de nuestras cantantes, hizo el resto. 
Dicen que Marifé era una mujer ilustrada, dentro de las posibilidades que tuvo, ya que desde los  trece años trabajó como cantante. Pero, parece que leía muchísimo. De ahí que cuando la escuchamos hablar no tiene nada que ver con sus compañeras de la época: se expresa de forma muy correcta y con una exactitud, claridad y humildad, digna de admiración.  
Personalmente, siempre me ha gustado, a pesar de que durante años era algo así como un pecado decir que te gustaba la copla, sobre todo en algunos ambientes más o menos cultos. 
La canción que más recuerdos me trae es "Te he de querer mientras viva" Una historia que hoy en dia ya no se entiende que sea un drama: una pareja desigual en edad,  y que la gente critica al verlos pasar, cogidos del brazo por la calle Real. Algo tan natural ahora que no tiene sentido crear un drama con ello. Recuerdo a mis vecinas jóvenes cantarla, sin ningún pudor,  a grito pelao , mientras hacían las camas, o limpiaban el polvo.
Ha muerto la última coplera de toda una generación; la más dramática y también inteligente y humilde. Quizás por ello, se retiró a tiempo, antes de parecer un esperpento o dar una imagen grotesca. Apartada de los escenarios y de la vida publica, se dedicó durante varios años a cuidar de su marido enfermo y luego le llegó a ella. Con sólo 76 años nos ha dejado.

Para quien quiera conocer cómo pensaba, encontraréis una entrevista en: http://www.diariodesevilla.es/article/ocio/1138063/cantar/copla/es/lo/mas/parecido/decir/se/ama/o/no/se/ama.html

miércoles, febrero 13

Muertes inesperadas

No sé qué decir. La muerte inesperada de una persona conocida,  y todavía joven, te deja sin palabras. Decir descanse en paz (D.E.P.) es muy poco, muy poco… Hago esfuerzos por no llorar. No quiero hacerlo, porque últimamente evito entristecerme en exceso. La edad me está haciendo más consciente de que tengo que aprovechar al máximo los buenos momentos… estar alegre… aprovechar la vida… ser positiva… ¡Dios mío! Si hace sólo tres meses estuvimos hablando en el camino con la Virgen hacia la ermita. Pepa me vino a buscar. Fue preguntando a las amigas que encontraba si habían visto a Tere y por fin dio conmigo.  
Como siempre,  como si hiciera una semana que dejamos de vernos. Éramos amigas desde que teníamos  doce años más o menos, pero yo me marché a Barcelona a los quince. Luego, la amistad se ha mantenido en los viajes a Bedmar, cultivando los buenos momentos, el apoyo, los detalles… y hasta hoy. 
 Como decía, el día de la romería nos vimos en el camino hacia la ermita y luego entramos en el cortijo, como ellos le dicen a esa casita tan sencilla, pero acogedora, donde hemos pasado tantas tardes de charla, cervezas y pipirrana.  Pepe, como siempre, preocupado por su campo: que las olivas, que si la huerta, que si el muro que se lo llevan las lluvias torrenciales…  Siempre lo asociaré a la huerta. Siempre lo recordaré por ese afán suyo con el campo. Mientras todos estábamos disfrutando de una tarde de relax debajo de la parra, él iba y venía, sin descanso y no se sentaba hasta que tenía todo  controlado: las hortalizas regadas, recogidos los tomates para la ensalada… en fin…,  era su pasión y al mismo tiempo su descanso.
    Claro que su dedicación a la Caja de Ahorros también ha sido larga.  De hecho resulta curioso que Pepe haya perdido el mote familiar (Chaquetas) y se le conozca por su trabajo; algo que empezó a hacer cuando tenía 13 0 14 años: Pepe “El de la Caja”. Así lo recordaremos los que lo conocimos siendo todavía un chiquillo.  Un chico listo, estudioso, muy responsable… Como muchos, no pudo salir a estudiar a la capital, pero supo encontrar su lugar en la Caja, al lado de Juanito, que debía de ser algo así como un segundo padre, o al menos un maestro. Seguro que sentía por él el mismo cariño que sentía yo por Sebastián Carriles, que ejerció el mismo papel conmigo en el antiguo Sindicato.  Pues sí, a Pepe lo conozco desde que tengo memoria más allá de la escuela.  Corrían los años sesenta y tres, sesenta y cuatro. Éramos todavía unos adolescentes. Nuestros padres se llevaban bien, incluso se juntaban en la época de la cosecha, para recoger la aceituna juntos y no tener que pagar jornales.  Pero mi recuerdo más nítido se sitúa en los dos años últimos, antes de marcharme a Barcelona (64-65) Teníamos esa edad en la que nos enamoramos cada día de una persona y formábamos pandillas afines. 
Pepa elegida Reina de las fiestas
Yo no llegué a vivir las noches de verbenas y fiestas porque todavía no nos dejaban, pero sí las miradas huidizas, las medias palabras, las declaraciones amorosas por carta, que corrían de mano en mano. Todo muy inocente, pero hermoso. Pepe era uno de los  muchachos que se hacía ver entre las niñas  que íbamos  camino ya de ser unas mujercitas; muy serio, eso sí, formal siempre, pero ya estaba echando el ojo a la que sería la mujer de su vida: Pepa fue la elegida.  
De eso ha quedado el cariño más sincero y puro, que se ha mantenido a lo largo de cuarenta años, a pesar de las distancias geográficas. Hemos visto crecer a nuestros hijos, hemos pasado muchos ratos en el cortijo. Cada vez que volvíamos en verano los visitábamos y siempre nos recibían con la misma hospitalidad. Eso no se olvida.
Recuerdo cuando me contaban cómo juntos cuidaron los últimos años de Mª Jesús, la madre de Pepa. No todos los hombres son capaces de acompañar esos procesos tan duros y de tantos años. Él lo hizo como un buenísimo compañero.  
Saludando a Cristóbal, otro de los sesenteros en Agosto de 2011
 Me impacta la foto que yo misma les hice en agosto del 2011, en la estupenda fiesta que hicimos los nacidos en 1951. Estaba,  como un padrazo, cuidando de María, su nieta. Disfrutaba con ella y le enseñaba esas cosas de nuestras costumbres que él no quería que se perdieran en la distancia de la niña con el pueblo, como las canciones de la Virgen de Cuadros, por ejemplo.
 Ese mismo verano, nos encontramos alrededor de una mesa, en el llano del cortijo, todas las amigas de infancia: Encarna,  Asunción,  Angelita, Mari Pepa, y yo. Nos acompañaban todos los maridos, a los que acogía con igual afecto que a nosotras, que nos había visto crecer.  
 Pepa  tiene una gran habilidad para improvisar este tipo de encuentros y nos hizo unos huevos que yo no había comido desde que era chica; de esos que se mojaban sopas en el mismo plato, para aprovechar bien en tiempos de escasez. Allí todos metieron la mano y disfrutamos… bueno, yo soy poco de mojar, pero comí otras cosas ricas que salieron de la alacena y de la nevera, siempre llena y dispuesta para las visitas.  
 Y Pepe siempre ahí, apoyando, dando conversación, haciendo ese papel que suelen hacer los hombres de campo. Seguro que es así como él prefiere que se le recuerde: como un estupendo anfitrión, un buen hombre, como un hortelano que iba a trabajar unas horas a la  Caja de Ahorros. 

domingo, febrero 10

Memorias y reflexiones de una profe de ética

Últimamente me llegan informaciones de todo tipo sobre el tema educativo. No sé si está de moda, o es que todo lo de los recortes y cambios en la ley hace que se hable más del asunto. Un corto realizado en un centro educativo catalán: Entre maestros se llama, ha llamado mi atención por lo que tiene de novedoso para los que entienden el trabajo en las aulas únicamente como transmisión de conocimientos. 
Un profesor de Física y Matemáticas que se atreve a trabajar de otro modo y resulta que tiene éxito; que inyecta motivación en los chicos a través de un proceso que busca el descubrimiento de lo que hay de esencial en ellos.  Lo escucho en la radio hablar de cómo lo hace y por qué,  y me reconozco en esa necesidad suya de encontrar un camino diferente para llegar a sus alumnos.

Una pistola en cada mano... ¡Qué titulo tan idiota para una buenísima película!

Una rareza en el panorama actual, en el que parece que el buen cine requiere muchos recursos económicos, efectos especiales expectaculares,  sexo o sangre, o las dos cosas, que, juntas, resultan más morbosas. 

El título despista bastante, porque nada tiene que ver la historia con las armas de fuego. El tema no puede ser más cotidiano y el escenario una gran ciudad: Barcelona para más señas. Un grupo de hombres jóvenes (40 a 45 años) absolutamente despistados, por decir algo, porque quizás sería más exacto hablar de desorientación, de "descoloque", de desconcierto. Cada uno con su propia historia personal, pero todos ellos coinciden en algo: las dificultades que tienen para poder comunicar sus emociones, para relacionarse con sus mujeres y entre ellos, porque claro,los roles masculino y femenino están totalmente desdibujados en el mundo actual, especialmente entre las parejas urbanas de cierta edad y cierto estilo de vida.  Cesc Gay ha construido una radiografía del amor en tiempos de crisis de identidades, pero ha puesto el foco en ellos; en el género masculino, cosa poco habitual en el cine.
Es sorprendente cómo logra captar la atención únicamente con unos diálogos inteligentes, frescos, naturales. La escalera de una finca antigua de Barcelona, sirve a los dos primeros personajes que aparecen, para confesarse sus pequeñas miserias, sus miedos y fracasos. Hombres en la mitad de la vida que han perdido el norte, o que lo tienen todo y, sin embargo, se sienten perdidos.  
Imágenes y diálogos vivos, reales,  no exentos de humor, pero también de sinceridad y de ternura, como las lágrimas del amigo con el que, casualmente, el personaje que interpreta Eduard Fernández,  se encuentra en un ascensor, saliendo del psicólogo. Tanto este actor, como Leonardo Sbaraglia están magistrales y absolutamente creibles. Tal y como está planteada la escena, sólo unos grandes actores son capaces de sacarla adelante de ese modo.
Todos sabemos que Javier Cámara es capaz de hacer cualquier personaje y siempre bien hecho. Aquí está genial. Interpreta un hombre separado, que pretende volver con su mujer, después de un tiempo de experimentar con otra historia que ya no le satisface. Los diálogos entre ellos tienen una chispa y una ternura maravillosas. Una pareja rota, pero el cariño y el respeto entre ellos es evidente. Por eso, a pesar de que él aparece como un hombre necesitado, que casi mendiga amor y comprensión, ella no lo ridiculiza en ningún momento, cosa que hubiera sido comprensible. 
Las expresiones de sus rostros lo dicen todo. De nuevo el milagro de un buen actor que puede hacer milagros. Claro que si el guión y los diálogos fueran idiotas... no se sostendría.  
Ricardo Darín y Luis Tosar construyen una de las escenas más hermosas de la película. Dos amigos que se encuentran de forma casual y se sientan a hablar de sus penas.  La charla en el banco de un parque dá para mucho porque pone en cuestión una forma de abordar la problemática de las dobles historias y del marido ultrajado. Excelentes los dos. 
Y para no cansar, o también para dejar abierta la historia para los que no la hayan visto, sólo decir que Noriega, otro de los actores, borda un personaje un poco patético, al que la chica (Candela Peña) da una buena lección... Y los demás: Jordi Moya, Alberto Sanjuan, Leonor Watling y Cayetana Guillén, todos inmejorables. 
Una pistola en cada mano nos habla de sentimientos y de la dificultad que arrastran los hombres para expresarlos.  Y no es una película de tópicos, a pesar de que la publicidad  se hace la pregunta un poco tópica:  ¿De qué hablan los hombres?  
Pues bien, en este caso, los hombres no hablan de sus ligues, ni de fútbol, vaya, que no hablan de las típicas trivialidades. Los creadores de esta historia nos presentan situaciones, sin pretender, creo yo, dar soluciones, ni sentar cátedra. Al contrario. Tal vez lo único que queda claro es la necesidad de que los hombres aprendan a poner palabras a sus sentimientos y emociones  y dejen de parapetarse en el personaje que se han creado y que ya nadie se cree, ni ellos mismos.  


Ficha técnica
Director: Cesc Gay
Productora: Marta Esteban
Guionistas: Cesc Gay - Tomàs Aragay
Fotografía: Andreu Rebés
Música: Jordi Prats 

jueves, febrero 7

A veces hay que acercarse a otros, sin prejuicios...

¿AHONDAMOS  LA  BRECHA  O  TENDEMOS  PUENTES?
Del enfrentamiento egoico al respeto transpersonal 
Escribo desde la conciencia adquirida gracias al aprendizaje de mis propios errores. En alguna ocasión, escribí algo para denunciar lo que yo creía injusto pero, sin ser demasiado consciente, me deslizaba hacia el juicio y la descalificación del otro, creyendo además que lo hacía desde la defensa de la verdad y la necesidad de reparar una injusticia.
No era consciente, pero ese modo de hacer encerraba trampas tan sutiles como profundamente peligrosas: situarme como víctima, creerme en posesión de la verdad, descalificar absolutamente al otro, pensar que la justicia se restablecería cuando se me diera la razón…
Posteriormente, me di cuenta de que, en realidad, con ello sólo conseguía dos cosas: agrandar la distancia, en una división creciente, y alimentar mi orgullo neurótico, al que únicamente le importaba “tener razón” y “vengarse” de lo que creía una injusticia cometida contra él o contra otros.