domingo, junio 5

Hora de despertar

Un artículo estupendo, escrito por mi paisano Antonio Muñoz Molina. Más claro no se puede decir: aquí cada cual tiene que asumir su responsabilidad.


"He pensado desde hace muchos años, y lo he escrito de vez en cuando, que España vivía en un estado de irrealidad parcial, incluso de delirio, sobre todo en la esfera pública, pero no solo en ella. Un delirio inducido por la clase política, alimentado por los medios, consentido por la ciudadanía, que aceptaba sin mucha dificultad la irrelevancia a cambio del halago, casi siempre de tipo identitario o festivo, o una mezcla de los dos. La broma empezó en los ochenta, cuando de la noche a la mañana nos hicimos modernos y amnésicos y el gobierno nos decía que España estaba de moda en el mundo, y Tierno Galván -¡Tierno Galván!- empezó la demagogia del político campechano y majete proclamando en las fiestas de San Isidro de Madrid aquello de “¡ El que no esté colocao que se coloque, y al loro!” Tierno Galván, que miró sonriente para otro lado, siendo alcalde, cuando un concejal le trajo pruebas de los primeros indicios de la infección que no ha dejado de agravarse con los años, la corrupción municipal que volvía cómplices a empresarios y a políticos.
Por un azar de la vida me encontré en la Expo de Sevilla en 1992 la noche de su clausura: en una terraza de no sé qué pabellón, entre una multitud de políticos y prebostes de diversa índole que comían gratis jamón de pata negra mientras estallaban en el horizonte los fuegos artificiales de la clausura. Era un símbolo tan demasiado evidente que ni siquiera servía para hacer literatura. Era la época de los grandes acontecimientos y no de los pequeños logros diarios, del despliegue obsceno de lujo y no de administración austera y rigurosa, de entusiasmo obligatorio. Llevar la contraria te convertía en algo peor que un reaccionario: en un malasombra. En esos años yo escribía una columna semanal en El País de Andalucía, cuando lo dirigía mi querida Soledad Gallego, a quien tuve la alegría grande de encontrar en Buenos Aires la semana pasada. Escribía denunciando el folklorismo obligatorio, el narcisismo de la identidad, el abandono de la enseñanza pública, el disparate de un televisión pagada con el dinero de todos en la que aparecían con frecuencia adivinos y brujas, la manía de los grandes gestos, las inauguraciones, las conmemoraciones, el despilfarro en lo superfluo y la mezquindad en lo necesario. Recuerdo un artículo en el que ironizaba sobre un curso de espíritu rociero para maestros que organizó ese año la Junta de Andalucía: hubo quien escribió al periódico llamándome traidor a mi tierra; hubo una carta colectiva de no sé cuantos ofendidos por mi artículo, entre ellos, por cierto, un obispo.
Recuerdo un concejal que me ausaba de “criminalizar a los jóvenes” por sugerir que tal vez el fomento del alcoholismo colectivo no debiera estar entre las prioridades de una institución pública, después de una fiesta de la Cruz en Granada que duró más de una semana y que dejó media ciudad anegada en basuras el orgullo vacuo del ser ha dejado en segundo plano la dificultad y la satisfacción del hacer. Es algo que viene de antiguo, concretamente de la época de la Contrarreforma, cuando lo importante en la España inquisitorial consistía en mostrar que se era algo, a machamartillo, sin mezcla, sin sombra de duda; mostrar, sobre todo, que no se era: que no se era judío, o morisco, o hereje. Que esa obcecación en la pureza de sangre convertida en identidad colectiva haya sido la base de una gran parte de los discursos políticos ha sido para mí una de las grandes sorpresas de la democracia en España. Ser andaluz, ser vasco, ser canario, ser de donde sea, ser lo que sea, de nacimiento, para siempre, sin fisuras: ser de izquierdas, ser de derechas, ser católico, ser del Madrid, ser gay, ser de la cofradía de la Macarena, ser machote, ser joven. La omipresencia del ser cortocircuita de antemano cualquier debate: me critican no porque soy corrupto, sino porque soy valenciano; si dices algo en contra de mí no es porque tengas argumentos, sino porque eres de izquierdas, o porque eres de derechas, o porque eres de fuera; quien denuncia el maltrato de un animal en una fiesta bárbara está ofendiendo a los extremeños, o a los de Zamora, o de donde sea; si te parece mal que el gobierno de Galicia gaste no sé cuántos miles de millones de euros en un edificio faraónico es que eres un rojo; si te escandalizas de que España gaste más de 20 millones de euros en la célebre cúpula de Barceló en Ginebra es que eres de derechas, o que estás en contra del arte moderno; si te alarman los informes reiterados sobre el fracaso escolar en España es que tiene nostalgia de la educación franquista. He visto a alcaldes y a autoridades autonómicas españolas de todos los colores tirar cantidades inmensas de dinero público viniendo a Nueva York en presuntos viajes promocionales que solo tienen eco en los informativos de sus comarcas, municipios o comunidades respectivas, ya que en el séquito suelen o solían venir periodistas, jefes de prensa, hasta sindicalistas. Los he visto alquilar uno de los salones más caros del Waldorf Astoria para “presentar” un premio de poesía. Presentar no se sabe a quién, porque entre el público solo estaban ellos, sus familiares más próximos y unos cuantos españoles de los que viven aquí. Cuando era director del Cervantes el jefe de protocolo de un jerarca autonómico me llamó para exigirme que saliera a recibir a su señoría a la puerta del edificio cuando él llegara en el coche oficial. Preferí esperarlo en el patio, que se estaba más fresco. Entró rodeado por un séquito que atascaba los pasillos del centro y cuando yo empezaba a explicarle algo tuvo a bien ponerse a hablar por el móvil y dejarnos a todos, al séquito y a mí, esperando durante varios minutos. “Era Plácido”, dijo, “que viene a sumarse a nuestro proyecto”. El proyecto en cuestión calculo que tardará un siglo en terminar de pagarse.
Lo que yo me preguntaba, y lo que preguntaba cada vez que veía a un economista, era cómo un país de mediana importancia podía permitirse tantos lujos. Y me preguntaba y me pregunto por qué la ciudadanía ha aceptado con tanta indiferencia tantos abusos, durante tanto tiempo. Por eso creo que el despertar forzoso al que parece que al fin estamos llegando ha de tener una parte de rebeldía práctica y otra de autocrítica. Rebeldía práctica para ponernos de acuerdo en hacer juntos un cierto número de cosas y no solo para enfatizar lo que ya somos, o lo que nos han dicho o imaginamos que somos: que haya listas abiertas y limitación de mandatos, que la administración sea austera, profesional y transparente, que se prescinda de lo superfluo para salvar lo imprescindible en los tiempos que vienen, que se debata con claridad el modelo educativo y el modelo productivo que nuestro país necesita para
ser viable y para ser justo, que las mejoras graduales y en profundidad surgidas del consenso democrático estén siempre por encima de los gestos enfáticos, de los centenarios y los monumentos firmados por vedettes internacionales de la arquitectura. Y autocrítica, insisto, para no ceder más al halago, para reflexionar sobre lo que cada uno puede hacer en su propio ámbito y quizás no hace con el empeño con que debiera: el profesor enseñar, el estudiante estudiar haciéndose responsable del privilegio que es la educación pública, el tan solo un poco enfermo no presentarse en urgencias, el periodista comprobando un dato o un nombre por segunda vez antes de escribirlos, el padre o la madre responsabilizándose de los buenos modales de su hijo, cada uno a lo suyo, en lo suyo, por fin ciudadanos y adultos, no adolescentes perpetuos, entre el letargo y la queja, miembros de una comunidad política sólida y abierta y no de una tribu ancestral: ciudadanos justos y benéficos, como decía tan cándidamente, tan conmovedoramente, la Constitución de 1812, trabajadores de todas clases, como decía la de 1931.
Lo más raro es que el espejismo haya durado tanto".

Antonio Muñoz Molina

5 comentarios:

  1. Antonio, Tu, precisamente Tu, que perteneces a la generacion de los nacidos del 40 al 55, tu que bien sabes que el timo/fiesta/estafa/piramide empezo a mediados de los 80 (ley Boyer), aunque luego divagas de mala manera con la contrarreforma, Tu precisamente Tu te preguntas porque el espejismo haya durado tanto. Pues mira ha durado lo justo para medio asegurar unas pensiones doradas a los de tu generacion. Pero la conciencia te remuerde un poquito, ¿verdad?. En fin......

    SOY YO

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  2. Bueno, algo más prosaico, los comentarios unas veces van y otras te envia a la cuenta de correo de google. Creo que la clave esta en no picar a la vista previa. Unos han pasado, otros no. En fin los que te llegen.

    SOY YO

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  3. Como parece que te gustan las citas bíblicas: "Por sus frutos los conoceréis" (Mt7, 5-7). Nada más.

    Jorge

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  4. A Jorge: Nada más y nada menos.

    Esta "peña" han dejado "el patio" como un ERIAL -el horizonte son como poco 15 años de larga noche- y nos vamos a Eurovision cantando "que nos quiten lo bailao". Hay que echarle !!!

    Y se pone a escribir el paisano Antonio M.M. un "mea culpa descafeinado", precisamente cuando es uno de los grandes beneficiarios de lo que ahora critica y/o pone en cuestion.

    Bastante han negado durante todos estos años -más de 25- lo que todos sabiamos, hasta el más tonto.
    Y ahora van y poniendose de perfil se caen del guindo. "hora de despertar" le llama.

    ¿No tienen ya nada más que ofrecernos toda esta recua de intelectuales "organicos" llenos de autocomplacencia y arrogancia?.

    Como no son tontos del todo lo que ven es que: "El gallo ya ha cantado". Y estan "cagaos".

    Mateo 26.34 "Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces".

    Pero San Pedro tuvo lo que hay que tener y lloró amargamente cuando canto el gallo.

    San Pedro se redimió. Y, en tiempos de Nerón, fue martirizado crucificado boca abajo.

    Estos, despues de tantos años negando lo evidente, siguen "a lo suyo" mañana tarde y noche "rajando" contra no se que (que si la banca, que si Alemania, que si Bush...). "El sistema" le llaman. Pero los "miyones" estafados, a buen recaudo. Y ya nos han colao un pensionazo que tiembla el misterio. Pero claro para que se lo "coman con papas" las siguientes generaciones. Lo "suyo" intocable. Y es el aperitivo.

    Europa p.f. RESCATE YA YA (Aunque le llamen acuerdo economico-financiero-fiscal con la UE). Que estos tios no se bajan de SU burra. Son tan "majos" y "enrrollaos" claro. Y como muy "modelnos"......

    SOY YO

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  5. Para Soy yo:

    De nuevo te escribo y debería decirte otra vez que tienes toda la razón…, desde tu punto de vista... Pero, ahora sí, te recomiendo que le eches un vistazo a lo que dice Paul Watzlawick en su libro El arte de amargarse la vida.

    Mira: siempre que escribes, en lugar de exponer ideas, o de sugerir reflexiones, acabas acusando a alguien, cargándote no lo que se dice, sino a quien lo dice. Me asombra esa capacidad que tienes de llevar los temas a tu terreno, siempre a la misma cantinela y de buscar culpables a todo. Pero esta vez creo que te pasas, porque hay personas con nombre y apellidos, bueno, incluso toda una generación, en la que estoy yo misma, ¡santo cielo! Te debo mi jubilación, y la de mis amigos… y yo sin saberlo. Toda la vida trabajando para que me vengan a hurgar en la conciencia y hasta descubran cuales son mis culpas. Y el bueno de Muñoz Molina… lo que habrá tenido que luchar y escribir para ser reconocido y ahora resulta que le tiene que remorder la conciencia por lo que te va a pasar a ti en unos años, si alguien… quizá tú lo sepas, no lo remedia… ¡Qué clase de persona tan íntegra debes ser! Me asustan las personas así, porque se sitúan en su púlpito y desde esa altura son capaces de hundir al más pintao.

    Saludos Teresa, y chapó!!! por tu blog y tus publicaciones.

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