domingo, octubre 10

Marino Ayerra Redín, símbolo de la Iglesia que no comulgó con Franco

Tal día como el 17 de julio de 1936, el sacerdote Marino Ayerra Redín se baja del tren de Pamplona en la localidad de Alsasua (Navarra). Va a hacerse cargo de "su rebaño", de la parroquia de esta villa ya industrial gracias a lo ferroviario y a los cementos Portland, que cuenta con unos tres mil habitantes y "merecida fama de republicanismo de izquierda en el fondo monárquico y derechista que domina toda Navarra". Hoy conocemos tales cuestiones internas porque el sacerdote las contó en un volumen de memorias titulado No me avergoncé del evangelio (desde mi parroquia), que editó en los años cincuenta en Argentina, donde vivía exiliado. El libro, muy religioso, muy de la España de principios del siglo XX, de esos que se suelen llamar pequeñitos, entró pronto en la Península franquista de ese tiempo y circuló de mano en mano de forma clandestina. Aquí ha sido publicado en el País Vasco: en 1978, con la referencia Imp. Amado, y hace un lustro en Navarra por Mintzoa, que va ya por la segunda edición.
Marino Ayerra Redín había nacido en Lumbier en 1903; era enjuto de físico, purista en lo espiritual y con buena formación: había estudiado teología en Pamplona y sido profesor y visitado Roma... Y andaba ilusionado y curioso por todo; repleto de proyectos y de fe. Tanto, que los vientos políticos para él ni soplaban, ni los sentía, ni creía que tuvieran que ver con su tarea. Era un párroco de esos de los de pie a tierra. De convicción sólida; en caso de duda, siempre con los oprimidos... Su lema: "Pensar alto, sentir hondo, hablar claro".
Sus memorias rezuman dramatismo, desconcierto, soledad, desesperanza... Impactan allí donde caen. Le sucedió a Jesús Lezaun, alsasuano de generación posterior a la de Ayerra, ex rector del seminario de Pamplona, quien escribió el prólogo a la primera edición vasca (1978) "de este libro vivo, actual, aleccionador y revulsivo". "Recuerdo haberlo leído medio a escondidas y con el alma en vilo, bien acorazado contra su contenido y contra su espíritu... el libro era clandestino y rechazable desde el punto de vista patriótico-político (¡y de qué patria!) y desde el punto de vista eclesiástico-religioso (y de qué Iglesia y de qué religión)". Aún recuerda, dice, cómo se reunió una noche a todos los alumnos del seminario de Pamplona "que habíamos nacido a nuestra vocación sacerdotal en los rescoldos de la santa cruzada", para comunicarles la "triste y trágica noticia del sacerdote descarriado que se iba, que se había ido ya" y había recorrido esos pasillos.
Conmovida se sintió también la sobrina de don Marino, la directora de cine Helena Taberna: "Cayó el libro en mis manos de adolescente y ya nunca pude quitármelo de la cabeza. Un día vi Amén, de Costa Gavras, sobre la ambigüedad del papa Pío XII y el silencio sobre el papel desempeñado por la Iglesia... y en verdad, ¿quién iba a contar aquello desde dentro? Hasta que me di cuenta de que yo podía, yo tenía esa historia". No ha parado hasta filmarla. Se titula La buena nueva, acaba de pasar por el festival de Valladolid y se estrena el 14 de noviembre.
"La película prueba que nuestras miradas sobre la Guerra Civil son ilimitadas. Ésta es sobre las dos Iglesias, que las hubo, igual que dos Españas", apunta. El actor alavés Unax Ugalde interpreta al párroco de Alzania, tal como se llama Alsasua en la ficción. Ambos coinciden en que del libro de Ayerra se podrían haber rodado varios filmes, "todos impresionantes".
 "El presente relato no tiene nada de ficción, ni en su fondo ni en su forma", dice él mismo en el prólogo a la primera edición. En la segunda, de 1959, añade: "¿A qué viene, pues, una segunda edición de mi libro? ¿No está bastante llorada ya nuestra común y dolorosa tragedia? No. No lo está... Ni lo estará mientras quienes deben llorar no lloren, y sus lágrimas de sincera y cristiana contrición no se purguen y se lave la mancha inferida, más que a España, a la Iglesia misma...". 
Lo mismo opina su sobrina. Taberna optó por crear ficción alrededor del protagonista, le añadió una historia de amor y otros elementos que le permitieron sentirse más cómoda en el contexto, allí donde quería denunciar. El propio don Marino le centra el objetivo: "... se impone ya que la Iglesia abandone de una vez para siempre la frivolidad de sus coqueteos mundanos con los grandes y poderosos y se restituya y reduzca al fin a su función sobrenatural y única de representante y continuadora humilde y desinteresada de Cristo. Sólo en función de tal la quiso y puso Dios en el mundo, y sólo en esa función la necesita la humanidad". Para Taberna: "Quizá estemos ya para el abrazo, pero es necesario el duelo, y aquí no se ha hecho. Así que ésta no es una película rencorosa, sino hermosa, de homenaje profundo". Unax recuerda que la maestra (Bárbara Goenaga) es un personaje inventado: "Pero hay gente que dice que sí, que Marino se apoyó en alguien; lo comentaban las señoras mayores que vinieron al rodaje. Es normal, tenía que arrastrar a un pueblo entero lleno de viudas y niños... y vivió todo en gran soledad".
Paseos y paseos, caminatas larguísimas se daba don Marino monte arriba para intentar comprender lo que acontecía. Escribe en su diario: "Interrogantes, interrogantes... ¿es que sólo yo interpreto bien la doctrina de Cristo? ¿Todos los demás podrán estar falseándola? ¿No es la jerarquía católica, con la tácita aprobación del Romano Pontífice, quien tiene a su favor la asistencia del Espíritu Santo para interpretar, auténticamente y mejor sin duda que yo, el sentido cristiano de la guerra de España? Pero ¿y qué sentido cristiano puede ser este que inspira, bendice y canoniza una guerra... y disimula, consiente y tácitamente aprueba y bendice en la retaguardia a los asesinos, a sangre fría y en serie, por toda la España de Cristo Rey, de Franco, de Hitler, del moro Muza y de los obispos católicos? Interrogantes, interrogantes...". Y no había modo: no encontraba respuesta. Sólo veía a su parroquia disuelta, a los muertos y huérfanos, a las mujeres rapadas por castigo; al comandante en plaza, chulo y pendenciero, que le aleccionaba: "Usted ocúpese de las almas, que de los cuerpos ya me ocupo yo".
Taberna intentó sacar adelante el largometraje en 1995, pero no cuajó: "Contar una historia así necesita de una madurez social, profesional y personal. El productor interesado me preguntó si tenía ¡el permiso eclesiástico! No era el momento".
La voz de la otra Iglesia desde dentro de la Iglesia. Eso tan necesario aún hoy lo era ya Marino Ayerra hace setenta años. Hubo otros como él (no muchos, pero no nos caben aquí) que vieron claro que la institución no debía amparar la represión de los sublevados contra la población civil, ni legitimarla. Que nunca debería haber existido esa pastoral del cardenal Gomá diciendo que eso no era guerra, sino "plebiscito armado"; ni mensajes radiofónicos como el de Pío XII, el 16 de abril de 1939: "Nos dirigimos a vosotros, hijos queridísimos de la católica España, para expresaros nuestra paternal congratulación por el don de la paz y la victoria con que Dios se ha dignado coronar el heroísmo cristiano de vuestra fe y caridad...".

Fue el fin para don Marino: "Y ahora resulta que no ya sólo los obispos españoles, sino la Santa Sede... ha estado bendiciendo y alentando 'desde sus albores' todo esto... Entonces sí, entonces ya todo se explica. Todo menos las palabras de Cristo. Todo menos lo que estúpidamente he estado predicando toda mi vida yo, por creerlo doctrina evangélica, por creerlo la buena nueva...". Su decepción no tiene parangón.
Don Marino abandonó el sacerdocio. Se hizo traductor de latín y griego. Y peluquero. Se casó; tuvo dos hijas. Murió en 1988 en Caguazú, Buenos Aires. Nunca regresó a España.

FUENTE: http://blogs.periodistadigital.com/religion.php/2008/11/02/marino-ayerra-redin-simbolo-de-la-iglesia

La buena nueva


No conocía la existencia de esta hermosa,  emocionante y triste  película, ni tampoco del personaje en la que se ha inspirado la directora: Marino Ayerra. Todos sabemos lo difícil que resulta ser objetivos con las películas sobre la Guerra Civil. Cada guionista y director pone la mirada en uno o dos aspectos, ya que todos los puntos de vista sería casi imposible tratarlos. Además es normal posicionarse en una obra artística cualquiera: novela, teatro, o cine.
En este caso sólo se apuntan los conflictos en el pueblo donde suceden los hechos, sobre todo la cuestión anticlerical,  y se centra en los tres años de la guerra. En los primeros días de la sublevación militar,  muchos hombres huyen por miedo a las represalias,  y otros acaban en las cunetas y en los barrancos. Con ese fondo de dolor y de violencia desatada, asistimos a la particular guerra de un sacerdote joven e idealista, que se propone cumplir con el espíritu del Evangelio y estar con los que sufren, sin preguntarse de qué bando son.   
Sólo un día antes de que se produzca la subrevación militar, el sacerdote Marino Ayerra Redín llega a Alsasua (Navarra). Le han encargado que se haga cargo de la parroquia de esta villa de unos tres mil habitantes y "merecida fama de republicanismo de izquierda; pero también con un fondo monárquico de origen Carlista. Así que el pueblo era un hervidero, donde estaban representados todos los grupos políticos más enfrentados durante la República. 
El sacerdote Marino Ayerra

Sabiendo cual era la situación de la población, mayoritariamente de izquierdas y anticlerical, el consejo de su obispo,  al despedirle fue: "Usted allí, más de izquierdas que nadie, ya me entiende". Y mientras iba en el tren pensaba: "Derechas... izquierdas, ¿qué pensará Dios de todo esto?"  Y es que él no se había planteado nunca esta diyuntiva.
La película recoge, según parece,  con fidelidad histórica, el apoyo de la Iglesia Católica al levantamiento contra la República. Y lo puede hacer porque Marino Ayerra se ocupó de ir anotando en una especie de diario todo lo que allí ocurría y ese documento se ha usado para el guión.  
A lo largo de tres años de Guerra Civil, Miguel, un joven apasionado y con una fé más allá de la estructura y la jerarquía católica,  se toma totalmente en serio su papel y se empeña en que el espíritu del Evangelio sea el que guie sus actos y no la obediencia al poder.  El protagonista encarna la fuerza de las propias convicciones y la coherencia personal, en una llamada apasionada y atemporal contra la injusticia.  Acoge en su casa a las mujeres y los hijos de los "rojos" como se decía entonces, y ayuda a todo el que se lo pide, sin mirar de qué bando es. Curiosamente, su bondad no es blanda, como a veces se presenta a los personajes de este estilo,  sino fuerte y capaz de jugarse la propia vida por defender sus ideales de AMOR y SOLIDARIDAD con los perseguidos y los débiles.  
 Por eso  se enfrenta con valentía al poder corrupto, instalado durante esos tres años en el pueblo, encarnado en un Falangista sin escrúpulos y  convencido de que efectivamente, aquello era una cruzada religiosa. 
Se trata de una historia sencilla, que se aleja del conflicto de lo político y se centra en las relaciones humanas. Evidentemente el punto de vista está puesto en el papel de la Iglesia de la época, que queda retratada y cómo.  La inocencia y la confianza del joven sacerdote hacia sus superiores,  se viene abajo cuando ve que éstos no apoyan algo que para él es puro Evangelio: la defensa de la justicia, frente a los excesos del poder; el amor incondicional por los seres humanos. Es impresionante el encuentro que Miguel tiene con el Obispo, para explicarle los desmanes de los requetés con la población civil,  y la respuesta de éste: "Ya empezamos con el dichoso Evangelio... Aquí lo importante es la institución, la Iglesia Católica" . 
No es extraño que la película haya tenido problemas. En los años noventa y tantos no consiguió salir adelante, porque hubo muchas presiones por parte de la Jerarquía Católica. Y es que no sale muy bien parada.    
   

sábado, octubre 9

Balada de Otoño


Cuando canta Serrat... Si escuchas esta hermosa canción ya no encuentras palabras para hablar de esta melancólica estación. Ya me gustaría a mi poder hacerlo; decir algo nuevo, inventar palabras y versos que expresaran mejor ese estado de ánimo que produce la lluvia en octubre. Hoy mismo es un día de esos y por eso he recordado esta canción, que quiero compartir con vosotros.

viernes, octubre 8

Sobre la lectura

Me encanta este video que ha creado Elvira Lindo, con las fotos que le han enviado sus lectores, leyendo su última novela. En cuanto os pueda contar cómo me ha emocionado, o gustado, o no gustado, o... lo que sea, os hago un comentario en el club de lectura.

miércoles, octubre 6

Entrevista a un hombre sabio


¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?
El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende.
En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.

¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?

Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional.
Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas.
El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?

De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar. Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.

¿Cómo nos afecta la ira?

La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.

¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?

La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.
¿La alegría suaviza el ánimo?

Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

¿Y la tristeza?

La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.

¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?

Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.
¡Qué difícil! Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Cons tructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.

¿Cómo prevenir la enfermedad?

Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.

¿ Y si aparece la enfermedad?

Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida. Cada vez más personas sufren ansiedad. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.

¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?

La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera.  La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el "debería ser", y no somos ni lo uno ni lo otro.

El estrés es otro de los males de nuestra época.

El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser única, original, auténtica, no una fotocopia de nadie. El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.
¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?

La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser interior. Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma. 

¿Qué es para usted la felicidad?

Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia. Vivir el Presente

¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?

Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener. Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad de habitar la realidad. Y vivir en realidad es salir del mundo de la confusión.

¿Tan confundidos estamos, en su opinión?

Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden. Primero creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la muerte. Segundo , creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer. La tercera ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir.
¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?

El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora.  El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía. Ahora , desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama. 
Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor. pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme. El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad. Pero a veces nos sentimos atados a un amor. Si el amor conduce a la dependencia es eros. Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el fuego. Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.
¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?

Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro. Ámate, sincérate y considérate.. Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti. La clave entonces es amarse a sí mismo. Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro. Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.
 
Jorge Carvajal. Médico Cirujano de la UNIVERSIDAD DE ANDALUCÍA -Pionero de la Medicina Bioenergética.

lunes, octubre 4

Nos casaremos en invierno

Nos casaremos ahora que llueve a carcajadas.
Vos y yo y la tierra celebraremos juntos
el verdor de los cuerpos,
el sexo de las flores,
el polen de la risa
y todas las estrellas
que vienen confundidas
en la gota de lluvia.
Pondremos inviernos en el amor
para verlo crecer
al ritmo de las plantas.
Uniremos las nubes
para formar el trueno,
uniremos la tierra con el agua.
Nos casaremos con el cielo cerrado,
cuando suenen los techos
como ametralladoras
y el canto de las ranas
suba desde el jardín
junto con un cortejo de hormigas voladoras.
Nos casaremos sin sombrillas, amor,
con la cabeza descubierta,
en un patio mojado,
oloroso de tierra,
sin otra sed más que la del uno por el otro,
con la ropa empapada,
juntando nuestros quehaceres
para que se venga el temporal
que lo va a lavar todo,
como la lluvia, amor, de cuando nos casemos.

                                                                            Gioconda Belli

NOTA: Este poema es un préstamo de: http://tierradegenistas.blog.com.es/

domingo, octubre 3

La poesía de Manuel Alcántara


Soneto para empezar un amor

Ocurre que el olvido, antes de serlo,
fue grande amor, dorado cataclismo;
muchacha en el umbral de mi egoísmo,
¿qué va a pasar? mejor es no saberlo.
Muchacha con amor, ¿dónde ponerlo?

Amar son cercanías de uno mismo.
Como siempre, rodando en el abismo,
se irá el amor, sin verlo ni beberlo.
Tumbarse a ver qué pasa, eso es lo mío;
cumpliendo años irás en mi memoria,
viviendo para ayer, como una brasa,
porque no llegará la sangre al río,
porque un día seremos sólo historia
y lo de uno es tumbarse a ver qué pasa.

Soneto para acabar un amor

He quemado el pañuelo por si acaso
se pudiera tejer de nuevo el lino.
Le sobra la mitad del vaso al vino
y más de media noche al cielo raso.

Tenía que pasar esto. Y el caso
es que estando yo siempre de camino
y estando tú parada, no te vi y no
me ha cogido el amor nunca de paso.

Puede que salga a relucir la historia
porque nunca se acaba lo que acaba,
que se queda a vivir en la memoria.
Echa a andar el amor que te he tenido
y se va no sé dónde. Donde estaba.
De donde no debiera haber salido.

Mayte Martín "Por la mar chica del puerto"


Aunque se trata de una cantante, en esta ocasión Maite canta a un poeta andaluz: Manuel Alcántara, de quien ha hecho un disco completo. Sólo la voz conmovedora de Mayte Martin (Barcelona, 1965) puede evocar el universo luminoso del poeta (Málaga, 1928). Viniendo del flamenco no se puede cantar de cualquier manera.

Así que aquí son tan importantes su voz y la música, como la letra, que hay que escuchar con atención y el corazón abierto.

Cuando canta Maite

Hay que buscar un lugar y un momento de silencio para escuchar a esta catalana que empezó a cantar flamenco en las peñas de los barrios cercanos a Barcelona, donde se habían asentado muchos andaluces desde los años sesenta. Es dulce, sensible, rigurosa y transmite emoción, que es lo que a mí me más llega de los cantantes. La he escuchado en espacios de entendidos en el flamenco, allá en Catalunya, pero también en el Teatro Griego, en una bodega Jerez, y hasta en una plaza pública... Siempre igual. Suena su voz y la respiración se corta. Como las personas inteligentes, busca nuevos retos. Por eso, tras sumergirse en el flamenco con ‘Querencia’ y en el bolero con ‘Tiempo de amar’, la cantaora se implicó en este ‘De fuego y de agua’ con música clásica española y los poetas más reconocidos. Acompañada de dos prestigiosas pianistas francesas Katia y Marielle Labèque, más Joan Albert Amargós dando hilazón a la obra, canta piezas de Enrique Granados, Manuel de falla, Joaquín Rodrigo, Juan Valderrama, Paco de Lucía, Carlos Gardel, Amargós y de la propia Mayte. También están muy presentes la poesía de Federico García Lorca y de Rafael de León. Escuchad esta canción, de un poema de García Lorca. Os lo aseguro, cuando canta Maite, nadie queda indiferente, y aunque su imagen es poco convencional, su atractivo y su femeneidad está en lo que es capaz de transmitir.
 

viernes, octubre 1

La pasión por la palabra escrita

La película relata la historia de uno de esos encuentros improbables que pueden cambiar una vida. En un parque se encuentran Germain, de algo más de cincuenta años y casi analfabeto, y Margueritte, una frágil anciana apasionada por la lectura. Cuarenta años y cien kilos los separan. Por casualidad, Germain se sienta a su lado. Margueritte empieza a leerle extractos de novelas, haciéndole descubrir la magia de los libros, de la que Germain se creía excluido. De pronto, para la gente que le rodea, para sus amigos del café, que hasta ahora le han tomado por un tonto, la idiotez bascula y cambia de lado. Pero Margueritte se va quedando ciega y, por amor a esta adorable abuela traviesa y atenta, Germain se esforzará y le demostrará que es capaz de leerle cuando ella ya no pueda hacerlo.
Completamente recomendable para quienes buscan en el cine historias humanas, sencillas y optimistas. Este film te reconcilia con la humanidad.