jueves, agosto 26

Viajando por Andalucía

De nuevo en casa, después de unos días de pequeños descubrimientos; contacto con esos lugares en los que aún se puede pasear sin tener que sufrir los empujones del personal; playas transparentes y tranquilas, de esas que a mí tanto me gustan.
Una pequeña playa muy cerca de Nerja
Me sorprendió no encontrar masificación ni siquiera cerca de los lugares de turismo más conocidos: Nerja, Frigiliana, Cómpeta, Torrox... Joyas urbanísticas y paisajísticas que hay que seguir cuidando. Sobre todo esos pueblecitos blanquísimos de la Axarquía, como Cómpeta y Frigiliana. Paseando por sus calles pensé: esto si que debería considerarse patrimonio de la humanidad.

calle de Frigiliana
En Cómpeta, por pura casualidad, coincidimos con la celebración del inicio de la Vendimia.
La pisa de la uva
Dentro de los festejos, tuvimos la oportunidad de asistir a una muestra de bailes populares de Málaga: el fandango, que allí se conoce con Verdiales, sorprende a los visitantes que esperan lo de siempre: flamenco y sevillanas. 
Verdiales
Aprovechamos para integrarnos en el festejo y asistimos al ceremonial de la pisa de la uva, que este año tenía un invitado especial: Jesús Quintero. La popularidad del periodista hizo que la población se concentrara en la plaza para poder verlo y, como siempre, estuvo a la altura de lo que se espera de él: cercano, dicharachero, y para qué negarlo: algo demagógico.
El paisaje humano refleja la multiculturalidad de la Costa del Sol, donde se han instalado en estas últimas décadas muchos ciudadanos europeos, ávidos de luz, de sol y en busca de mayor calidad de vida. El propio concejal de cultura de la población representa a este colectivo, cada vez más activo e integrado totalmente con los autóctonos.
Niña de aspecto norte auropeo, vestida de gitana
Especial atención merece la Alpujarra. No muy lejos de la costa malagueña, puede visitarse en un día. Pampaneira, Capileira y Bubión. Conocí la zona hace casi veinte años y sus pueblos siguen dejándome con la boca abierta...¡preciosos! Y lo mejor: estábamos casi solos en aquellas callejuelas empinadas y llenas de luz, de flores y de rincones para el descanso y la contemplación.
Uno de los bonitos rincones de Bubión
Para las personas que nos gusta la fotografia es un placer poner el ojo en este entorno que nos retrotrae a otras épocas. De ahí que la foto en banco y negro sea siempre una posibilidad y un acierto.


Una calle solitaria en Bubion

Son viajes que te conectan con lo más sencillo y profundo de esta tierra andaluza.
Para finalizar nuestra estancia, una visita con la que pretendíamos seguir el rastro de una gran pensadora: María Zambrano. Velez Málaga es la pequeña ciudad donde nació y allí nos acercamos. Mañana calurosa, pero llena de pequeñas emociones. 
Placa en la puerta de la casa de María
 La casa donde vino al mundo la autora, la fundación dedicada al estudio de su obra, y por último el cementerio donde descansa; una sencilla lápida, con su nombre y las fechas de nacimiento y desaparición. Una lección de humildad de la que tenemos que aprender.
La sencilla tumba de María Zambrano

¡Ah..., que se me olvidaba! Y la barca de Chanquete en el Parque Verano Azul de Nerja. La anécdota más popular y sentimental del viaje. Con esa serie crecieron muchos de nuestros hijos.
La barca de Chanquete: La Dorada
El resto... forma parte de esos rincones íntimos que a todos nos gusta guardar para nosotros.

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