Un día
sucede, sin aviso,
Que te
agachas definitivamente
A ras del
suelo,
Que tocas
sus pies y los descalzas,
Que comienzas
a mirarla desde abajo
Sin verle
los ojos,
Comienzas a
vestirla y ella se deja
Apoyando sus
manos en tus hombros.
Y no sucede
nada más,
Sin embargo,
tú percibes su derrota
Y comienzas
a amarla de otro modo,
Vencida tú
también, ambas vencidas,
Y el tiempo
comienza la cuenta atrás.
AUTORA: Begoña Abad. Poemario El techo de los árboles.
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