Me pregunto, mientras veo su
imagen de estrella fulgurante en la pantalla de la tele, pero ¿en qué va a quedar esta muchacha si
siguen extirpándole órganos? ¿Vamos a verla dentro de poco como una especie de
muñeca biónica, sonriendo por esas alfombras rojas como si nada? Bueno, como si nada tampoco. Más bien como una
mujer a la que todas las mujeres que quieren a sus hijos deberían emular. Porque
ese es al fin y al cabo el argumento que la ha convertido para la prensa en una
especie de modelo a seguir. Y digo yo para mis adentros, porque claro, decirlo
en voz alta y para el público en general
es algo así como un sacrilegio: Pero, ¿no tenemos bastante con que quieran vendernos
la moto de que ese cuerpo escuálido y demacrado que se pasea por el mundo, dando
ejemplo de maternidad solidaria y de belleza, es algo elogiable y deseable?
Pues parece que no. Ahora tenemos que considerar admirable a esa mujer que para
que sus hijos no tengan que verla morir de cáncer, ella se quita cualquier órgano
susceptible de ser atacado por esa enfermedad terrible. Y van ellos y ellas,
periodistas de ambos géneros y nos hablan de la valentía de Angelina, de la
sinceridad de Angelina, de lo madre coraje que es Angelina… ¡Santo Cielo!
No entiendo de medicina. Quiero decir que no soy médico, pero me considero una persona con sentido común, por eso, de esta noticia sobre la gran estrella hollywoodense, me sorprenden dos cosas: 1. Los argumentos con los que justifica ella y los médicos sus intervenciones quirúrgicas. 2. El acuerdo generalizado por parte de la prensa de que estamos ante una heroína.
No entiendo de medicina. Quiero decir que no soy médico, pero me considero una persona con sentido común, por eso, de esta noticia sobre la gran estrella hollywoodense, me sorprenden dos cosas: 1. Los argumentos con los que justifica ella y los médicos sus intervenciones quirúrgicas. 2. El acuerdo generalizado por parte de la prensa de que estamos ante una heroína.
De verdad que cada día me siento
más rara en este mundo, debe de ser la edad, digo yo. Parece que con los avances en la investigación se puede
saber el tanto por ciento de
posibilidades que alguien tiene de sufrir un cáncer. Vale, hasta ahí de
acuerdo. Los datos de Angelina Jolie parecen
que avalan la idea de que tiene muchas posibilidades de tener la enfermedad. Lo
que no entiendo es que de ahí se deduzca que va a morir de cáncer. ¿No han pensado que además de morir de cáncer
la gente muere de cientos de cosas? Incluso de un accidente aéreo, mientras va
a socorrer con cara de pena a los niños de cualquier país africano.
Verdaderamente estamos llegando a un punto en que queremos ser como dioses
capaces de controlar la vida y la muerte. ¡Ah! Pero eso sólo si tenemos dinero
para pagar a los hechiceros, a esos médicos
semidioses que convierten su profesión en un escaparate propagandístico en el
que exhiben su poder sobre la muerte. Yo me pregunto si Angelina no puede morir
de cualquier enfermedad de las que tenemos las personas corrientes, de un
ataque al corazón, de un derrame cerebral, incluso de cualquier infección rara por
la que cualquier puede ser atacado. ¿Qué harán los médicos para evitar que la muchacha
enferme o muera de todas esas cosas y otras que ni siquiera conocemos? ¡Ah! Pero
es que los hijos de Angelina no son como los demás, no podrían soportar
quedarse sin esa gran madre coraje que gana cientos de millones de dólares por
cualquier cosa que hace o dice públicamente. Si, una gran mujer, una gran madre
y unos niños que podrían sufrir muchísimo si ella desapareciera.
Lo que he llegado a leer, incluso de articulistas femeninas a las que admiro, es que no me lo puedo creer. Si las mujeres de carne y hueso, (no sólo de hueso) tenemos que tener a Angelina Jolie como modelo, entonces “apaga y vámonos”. Pero me preocupa especialmente el efecto de esos mensajes sobre las jóvenes. Sobre todo las que están siguiendo desde hace un tiempo esa moda de querer ser perfectas físicamente y piden a los Reyes Magos unas tetas nuevas, o unos labios como morcillas; o las que piensan cada vez más que si llegan a ser madres no van a ponerse a parir por donde la naturaleza ha previsto, ¿para qué sufrir ese dolor absurdo? Si pueden hacerles una cesárea el día exacto en el que a ellas les va bien, para no perderse qué se yo… un fin de semana en Los Alpes, o algo semejante y encima les dejan un vientre de cine para ponerse esos pantaloncitos que tanto molan a la vuelta de la clínica… Vaya, que todo eso es ya muy antiguo, y que les trae al pairo esas retrógradas que siempre están criticándolo todo. Pura envidia, dirán. No hay que hacer caso porque lo moderno, lo verdaderamente Guay, es estar a gusto con nuestro cuerpo. ¿Por qué tengo yo que aguantar esta nariz ancha o repingona, ¿por qué no puedo lucir mi palmito y mis tetas en la playa? ¿Quién ha dicho que yo tengo que sufrir para tener hijos? Todo eso son zarandajas…necedades, simplezas de esas “viejas progres” que no comprenden el progreso y la Liberación Femenina.
Lo que he llegado a leer, incluso de articulistas femeninas a las que admiro, es que no me lo puedo creer. Si las mujeres de carne y hueso, (no sólo de hueso) tenemos que tener a Angelina Jolie como modelo, entonces “apaga y vámonos”. Pero me preocupa especialmente el efecto de esos mensajes sobre las jóvenes. Sobre todo las que están siguiendo desde hace un tiempo esa moda de querer ser perfectas físicamente y piden a los Reyes Magos unas tetas nuevas, o unos labios como morcillas; o las que piensan cada vez más que si llegan a ser madres no van a ponerse a parir por donde la naturaleza ha previsto, ¿para qué sufrir ese dolor absurdo? Si pueden hacerles una cesárea el día exacto en el que a ellas les va bien, para no perderse qué se yo… un fin de semana en Los Alpes, o algo semejante y encima les dejan un vientre de cine para ponerse esos pantaloncitos que tanto molan a la vuelta de la clínica… Vaya, que todo eso es ya muy antiguo, y que les trae al pairo esas retrógradas que siempre están criticándolo todo. Pura envidia, dirán. No hay que hacer caso porque lo moderno, lo verdaderamente Guay, es estar a gusto con nuestro cuerpo. ¿Por qué tengo yo que aguantar esta nariz ancha o repingona, ¿por qué no puedo lucir mi palmito y mis tetas en la playa? ¿Quién ha dicho que yo tengo que sufrir para tener hijos? Todo eso son zarandajas…necedades, simplezas de esas “viejas progres” que no comprenden el progreso y la Liberación Femenina.
Ademas de los que cuentas hay más.
ResponderEliminarLos "diagnosticos" matan...
https://www.youtube.com/watch?v=CAIUgONCUtg
https://www.youtube.com/watch?v=0CFgEAwSXtk
La gente no sabe el elevado riesgo y ventura que asume al ponerse en manos de los medicos.
Al fin y al cabo la salud no deja de ser un estado transitorio que no presagia nada bueno.
Saludos
SOY YO
Lo malo es que la Medicina y sus sacerdotes semidioses no hacen nada. Ellos saben más que nadie que entrar en un hospital es un riesgo.
EliminarSaludos