domingo, febrero 10

Memorias y reflexiones de una profe de ética

Últimamente me llegan informaciones de todo tipo sobre el tema educativo. No sé si está de moda, o es que todo lo de los recortes y cambios en la ley hace que se hable más del asunto. Un corto realizado en un centro educativo catalán: Entre maestros se llama, ha llamado mi atención por lo que tiene de novedoso para los que entienden el trabajo en las aulas únicamente como transmisión de conocimientos. 
Un profesor de Física y Matemáticas que se atreve a trabajar de otro modo y resulta que tiene éxito; que inyecta motivación en los chicos a través de un proceso que busca el descubrimiento de lo que hay de esencial en ellos.  Lo escucho en la radio hablar de cómo lo hace y por qué,  y me reconozco en esa necesidad suya de encontrar un camino diferente para llegar a sus alumnos.
Como él, me empeñé, en un tiempo ya algo lejano, en salirme del método expositivo de un centro universitario, para que los estudiantes entendieran que la Ética no es un discurso teórico; que la Ética es la vida misma y que no sólo tiene que ver con los razonamientos, los principios y las distintas escuelas filosoficas, sino que, principalmente refiere a la forma cómo cada cual afronta sus decisiones, resuelve sus conflictos morales y es capaz de argumentar sobre el porqué de sus actos más cotidianos. Pero claro, cuando decidí que era así como yo quería enfocar mis clases, sabía que estaba tomando un camino desconocido para mí y por eso mismo me podía perder. 
Por otro lado, estar ahí, expuesta, improvisando, atendiendo a la experiencia vital de mis alumnos, me ponía en una situación poco cómoda y de la que probablemente saldría malparada. Pero, era lo que me pedía el cuerpo (es un decir) Dicho de un modo menos coloquial: necesitaba hacerlo; necesitaba volcar las cosas que yo iba aprendiendo de la vida en el aula, y mostrar a los estudiantes que por más códigos, leyes o normas que se encuentraran en su tarea profesional, no habría dios que les salvara de tener que decidir por sí mismos el camino más recto. Nada más y nada menos... Y para ello tenían que experimentar, al menos en un espacio casi de laboratorio, o sea, en el aula,  lo que era tomar decisiones moralmente relevantes, identificar sus conflictos, saber poner nombre a lo que sentían al tener que defender sus posturas, y tener que cargar con las consecuencias de sus actos. Trabajar no sólo con las ideas, sino con las emociones,  no es cosa fácil, pero es un camino de aprendizaje que las personas que se dedican a la educación deberían experimentar en algún momento. Yo lo hice y aprendí muchísimo. 
Total, que esta mañana, leyendo a la filósofa Victoria Camps responder a las preguntas, en una revista dominical, me ha venido a la memoria todo esto que cuento, en un lugar que no sé si es el adecuado, pero que a mí me resulta tan cotidiano...Mi blog. 
Y he sonreido con sus palabras. Sí, he sonreido porque aquello que yo pensaba entonces, y que sentía que estaba alejado de lo que se solía hacer en las aulas, ahora resulta que es lo que se lleva. Que ella, una profesora jubilada, de vuelta un poco de todo el mundo académico, reconoce que en la Ética lo importante es eso: llegar a los sentimientos. Y va y defiende algo que para mí estaba clarísimo ya en los años noventa: que una novela o una película resultan más ejemplarizantes y capaces de hacer reflexionar sobre la ética, que un tratado filosófico. ¡Bravo, Victoria! Y me he puesto muy contenta, para qué lo voy a negar, aunque un regusto amargo también confieso que me ha llegado. Tanto sufrir...he pensado,  tanto preocuparme por si lo que estaba haciendo en mis clases era una locura de alguien que no tiene mucha idea de Filosofía... En fin... son las cosas que vienen a perturbar esta semi jubilación de la que disfruto, y vuelven a conectarme con mi vida pasada. Y ¡mira por dónde! Al hilo de estas reflexiones no he podido evitar pensar en todo lo que está pasando en estos últimos días en el mundo de las finanzas y de la política y los planteamientos que se están barajando sobre la necesidad de normas, códigos, acuerdos consensos... Con eso quieren acabar con los corruptos y con las conductas poco edificantes. Como diría una amiga mía: ¡flipo! No hace falta que explique qué opino sobre el particular.

5 comentarios:

  1. Enhorabuena por esta entrada en tu blog.
    Si me permites añadir una cosita.
    Dios ha hecho libre al hombre para elegir entre el bien y el mal, y éste muchas veces elige el mal. En eso consiste la verdadera libertad. Y dentro del mal no hay libertad. Por eso tambien es necesario reprimir las conductas malas, la regulacion, los contrapoderes, las cortapisas, el castigo, las limitaciones, nos guste o no nos guste, etc etc....
    Luego vendra los relativistas de siempre con sus egos, sus grises, su todo vale, todo es opinable......
    Pero todo es más simple. (que no sencillo)

    Saludos
    SOY YO.

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  2. Yo también escuché la entrevista a Carlos González, maestro creativo y protagonista del corto, viviendo en la pantalla un modelo de lo que él ha llevado a cabo a lo largo de su vida.
    Enhorabuena, Teresa, no solo por la entrada sino por la experiencia vivida por ti.Seguro que fue enriquecedora para los alumnos, que tenían que utilizar el coco y que desarrolarían un espíritu crítico a fuerza de tener que decidir y analizar cuestiones que siempre se nos han dado en bandeja e impuestas.Pero seguro que lo fue también para ti, aunque te exigió un trabajo extra.El método socrático, haciendo que el alumno llegue al conocimiento, inducido por interrogantes, que el profesor les lanza, es una experiencia maravillosa tanto para el maestro, como para el alumno.Te felicito por haber sido pionera.Esa creatividad parece que lo da la tierra, los olivos , el aceite, el omega-3.....Yo tuve también experiencias que guardo en mi recuerdo, y que dieron su fruto.Aún me encuentro a aquellos niño, hoy padres también, y me lo recuerdan con gran admiración.Yo era exigente con el trabajo, pero jamás creía( igual que tú hiciste) que yo era dueña del saber.El ser humano podría llegar a saber muchas cosas sin la presencia de maestro alguno.Lo importante es enseñarles a buscarlo, pero para ello los maestros necesitamos reciclar también la mente y no buscarlo todo en el libro de la editorial de turno.
    Estoy de acuerdo con SOY YO.Bueno....por ahora.,jjjjSSigo pensando que hay verdades monocromáticas¿?( para mí muy pocas) pero que hay otras que van del negro al gris( como la opción política o el Madrid-Barca) aunque eso no se lo digas a mi costilla...y los tengo que aceptar, me guste o no.

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    1. Sí, como ya digo, ha sido el periodo de mi visa en el que he aprendido y mejorado más como persona. Como mis alumnos eran mayores, algunos de ellos me han quedado como amigos.

      Un abrazo

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  3. Muy bueno el artículo. Me he identificado mucho con todo lo que escribes. Es cierto que lo emocional y vivencial, ahora están de moda, pero creo que sólo en el nivel del discurso. Los que seguimos militando en una práctica docente en esta línea, creo que seguimos siendo gente exótica.
    Silvia

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