Para Adriana, una profesional de éxito, la ambición ha sido el motor de su existencia desde su juventud. Pero la desaparición durante unos meses de Eduardo, su marido, hace tres años, y el pacto por el que deciden no darse ni pedirse explicaciones, abren una fisura en una relación aparentemente perfecta. La única pista que Adriana posee es una postal de Eduardo desde Lanzarote. Y a ella se ve impulsada a viajar aún cuando el incidente parece definitivamente cerrado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Cuando canta Javier Ruibal es como si sólo estuviera hablando con su público. Sonriente, relajado, sin trampas ni cartón y con una voz qu...
-
"Yo soy feminista, tanto por temperamento e intelecto, y mis...
-
En Semana Santa me han pedido la receta de un tipo de rosquillas que hacía mi madre y que se siguen haciendo en la provincia de Jaén: Blan...
No hay comentarios:
Publicar un comentario