Qué importa el día que fue. Mi memoria flaquea, pero mi sentimiento por tu pérdida sigue intacto. Todavía hoy, revisando las imágenes que tenemos juntas, me recuerdan tu hermosa sonrisa, esa sonrisa que enamoraba a quien se acercaba a tí. Todavía no puedo entender qué pasó. No entendí ni entiendo que ningún médico supiera acercarse a ti y dar nombre a tus males inespecíficos. Tu luz se fue apagando y un día primero de julio, cuando el verano se estrenaba, te fuiste sin apenas decir adiós. A veces he recordado nuestras últimas conversaciones en las que anunciabas el final, entre triste y aliviada, pero yo, incrédula, pensaba que estabas dramatizando. Sigo recordándote, amiga. También yo estoy en otra fase de la vida y mi sonrisa ya no es tan brillante como cuando tú y yo disfrutábamos de una buena conversación, de una reunión de amigas o de esas vistas espectaculares de Cantabría.
viernes, julio 5
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Cuando canta Javier Ruibal es como si sólo estuviera hablando con su público. Sonriente, relajado, sin trampas ni cartón y con una voz qu...
-
"Yo soy feminista, tanto por temperamento e intelecto, y mis...
-
Sentados en la confortable cafetería de un hotel en la Gran Vía madrileña, diría que todos esperan impacientemente el turno, sin saber qué...
No hay comentarios:
Publicar un comentario