martes, mayo 11

Las lealtades

Théo. Cécile, Helene y Mathis, cuatro personajes. Cuatro vidas muy cercanas entre sí, pero que viven sus conflictos sin atreverse a confiar en nadie. Y el tema de la lealtad de fondo. ¿Con quien estoy? ¿A quien me debo?, ¿puedo delatar a mi amigo, o a mi padre sin sentirme un traidor? Tal vez sea una cuestión propia de la adolescencia, que es la edad que tienen Theo y Mathis, los niños de esta novela que es como un puñetazo en el estómago. Theo, especialmente es el que está en peligro. Hijo de padres divorciados y con custodia compartida. Dos adultos que se odian y en medio este niño metido en sí mismo, que no sabe cómo actuar. 

Es en el silencio donde cubre la desesperación, el dolor, la falta de amor, pues ellos, los mayores están centrados en irradiar su rencor sin preocuparse de cómo ese sentimiento afectaba al hijo. Y Theo sólo encuentra consuelo en la bebida. Olvidar, olvidar. Dejar de ser consciente de la podredumbre en la que vivía. No podía contar a su padre las barbaridades que decía su madre cuando se refería a él. Si le contaba a su madre la situación de abandono en la que vivía con el padre, ¿qué sería capaz de hacer la mujer? Y así iba pasando el tiempo, sin encontrar una salida. Sólo su amigo Mathis alivia su soledad, aunque, de rebote, acaba metido en el mismo agujero negro del alcohol, y juntos entran en una espiral de huida de la realidad.  Mientras, la única persona que advierte lo que está pasando es la profesora, Helene. Ella sabe reconocer el maltrato, porque ha sido una niña que lo ha sufrido en sus propias carnes, pero también se debe a la política del centro docente y no puede inmiscuirse en la vida de sus alumnos de una forma tan clara como ella quisiera, como sus emociones le empujan a hacer cada vez que mira a Theo y adivina su sufrimiento. “Soy la única que ve sus heridas, la única que ve que está sangrando”. Mathis descubre el abismo en que vive su amigo Theo, pero ha sellado con él un pacto de silencio.  ¿Y Cecile?  Es la madre de Marhis. Una mujer de mediana edad que busca ayuda psicológica por un matrimonio poco satisfactorio, lleno de mentiras y silencios. Cecile advierte que algo está pasando entre los dos adolescentes, pero a pesar de que intenta controlar las salidas de Mathis y la relación con su amigo Theo, al que considera responsable del mal camino que está siguiendo su hijo, no logra llegar a tiempo. 

En Las lealtades, los personajes adultos ocultan secretos, callan por miedo, se auto protegen mediante el silencio. También los dos jóvenes protagonistas son cómplices en sus disimulos. Y así la historia nos lleva a un final abierto, pero en el que se adivina una tragedia.   

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