Estas letras me parecen geniales, y es que también él es de mi generación y nació en un pueblo extremeño, desde donde emigró a los Madriles.
Yo vengo de un tiempo de cerezas
Yo vengo de un tiempo de cerezas
De la espiga del viento y de la hoz
Mapa que retiene la memoria
Como una fotografía en blanco y negro
Yo vengo de un tiempo que me nombra
Con espada de madera y crucifijo
En la escuela se cantaba el cara al sol
Y en la calle a Molina y Joselito.
Era el tiempo de ser niño.
Por la dulce voz, por el agudo grito
La calle una plaza abierta.
La plaza un planeta unido.
Con calles a muchas puertas.
Casas de abuelos y de primos
Era el tiempo del caballo y de la yegua
De los cerdos, las gallinas y los nidos
Y el huerto con todos sus manjares, olores y sabores
Que mi padre labraba, artesano del surco.
Escultor del manzano y de la higuera.
Sabio en su oficio, dueño de la hazada y la guadaña
Gigante humano domando la tierra
Era el tiempo de la era y de la trilla.
Campanas y cigüeñas. Paraíso del pobre.
Pan y espigas
Era el tiempo del trino y el jilguero
Cantaor de coplas, ruiseñor de sueños
Era el tiempo de la radio y de los rezos
De las tristes procesiones para muertos
De los muertos tan cercanos a la era
De los lobos y bandidos por la sierra
Era el tiempo de los juegos en pandilla
De la comba, de la piedra,
Del pinchete, de la pídola
Y el verano, como un año al sol entero
Con siestas en la manta por el suelo
Era el tiempo de la madre y sus caricias
De su dulce voz, de sus ojos dulces,
De su tierna risa
Del abuelo y su secreto de tristeza
Que ahogaba cada noche con vino de taberna
Era el tiempo de la pana y los remiendos
Del café de estraperlo,
De la sopa de tomate y de patata
Del pecado que mata.
De la espiga del viento y de la hoz
Mapa que retiene la memoria
Como una fotografía en blanco y negro
Yo vengo de un tiempo que me nombra
Con espada de madera y crucifijo
En la escuela se cantaba el cara al sol
Y en la calle a Molina y Joselito.
Era el tiempo de ser niño.
Por la dulce voz, por el agudo grito
La calle una plaza abierta.
La plaza un planeta unido.
Con calles a muchas puertas.
Casas de abuelos y de primos
Era el tiempo del caballo y de la yegua
De los cerdos, las gallinas y los nidos
Y el huerto con todos sus manjares, olores y sabores
Que mi padre labraba, artesano del surco.
Escultor del manzano y de la higuera.
Sabio en su oficio, dueño de la hazada y la guadaña
Gigante humano domando la tierra
Era el tiempo de la era y de la trilla.
Campanas y cigüeñas. Paraíso del pobre.
Pan y espigas
Era el tiempo del trino y el jilguero
Cantaor de coplas, ruiseñor de sueños
Era el tiempo de la radio y de los rezos
De las tristes procesiones para muertos
De los muertos tan cercanos a la era
De los lobos y bandidos por la sierra
Era el tiempo de los juegos en pandilla
De la comba, de la piedra,
Del pinchete, de la pídola
Y el verano, como un año al sol entero
Con siestas en la manta por el suelo
Era el tiempo de la madre y sus caricias
De su dulce voz, de sus ojos dulces,
De su tierna risa
Del abuelo y su secreto de tristeza
Que ahogaba cada noche con vino de taberna
Era el tiempo de la pana y los remiendos
Del café de estraperlo,
De la sopa de tomate y de patata
Del pecado que mata.
Del miedo, del castigo y del perdón
Era el tiempo de temer a dios
Era el tiempo de temer a dios
Soy
Soy un rayo
nacido del grito, feliz meteorito, de alguna explosión. Soy la unión de dos cuerpos celestes, mi madre y mi padre en el ojo de Dios Vine al mundo con la sementera, el trigo en la era, el fruto en la flor. Arrancado del surco del huerto, tomate, pimiento, patata y melón Soy un viejo pupitre de escuela, pizarra, tintero, cartera y catón |
Yo también
comí queso amarillo, bebí leche en polvo y canté el Cara al sol
Soy el cuerpo
sagrado de Cristo, rosario, novena, pecado y perdón Soy un pobre corral de gallinas, castaño y encina, oveja y pastor Soy lo que fuimos ayer, soy lo que está por venir, soy un deseo de ternura, un canto de cuna, soy parte de ti |
Un marinero sin mar,
un extremeño en Madrid, un árbol de Berzocana, la flor de jara de tu jardín
Soy un leve
murmullo del viento, caricia del tiempo, diciéndome adiós Soy recuerdo de un largo viaje, familia emigrante a una vida mejor Soy memoria de un tiempo de barrio, ciudad de extrarradio de lata y cartón Soy un verso lanzado al futuro, proyecto seguro, guitarra y canción
Luis Pastor
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Qué manera tan maravillosa de recrear un paseo por nuestra historia más íntima y personal.
ResponderEliminarGracias,Teresa.Gracias, Luis pastor.
Ante esos versos, sobran todas mis palabras.
Desde luego, es como si lo hubiéramos escrito tu, o yo, o cualquiera que haya nacido
Eliminarantes de mitad del siglo XX. Te hubiera encantado el concierto. Lo disfrutamos mucho.
Un beso
Menudo regalazo fue ver a este cantante, oírlo me transportó a un mundo lleno de ideales en el que todo sería posible para vivir en una armonía nada utópica… Qué valientes sus palabras tan cargadas de poesía!!!. Qué guapo todo su interior rebosante de humanidad y simpatía.
ResponderEliminarQué genial que asomes a tu ventanita sus bellas canciones y lo compartas con todas las que vicheamos por aquí. Un abrazo
¡Y el frio que pasamos...! Y el pobre cantante, que con su camiseta medio desteñida, me daban ganas de subir al escenario y darle calor... jajajaja
Eliminarno pudo parar de llorar. Gracias Luis
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