En ese paseo por otros paisajes, un descubrimiento: Candelario. Se trata de una población perteneciente ya a la provincia de Salamanca. Acercarnos allí nos permitía un viaje a otro lugar que hay que visitar: La Alberca. Pero el primer pueblo me ha sorprendido precisamente por el desconocimiento que tenía de su existencia. Un casco urbano de los que ya no se ven, y una arquitectura tradicional espectacular. Claro que le falta algo de vida, porque sus nativos debieron marchar hace años a la capital. Ahora sus hermosísimas casas pertenecen a los urbanitas que las tienen como segunda residencia. De todos modos, vale la pena acercarse a disfrutar de tan interesante conjunto, pasando incluso por uno de los pueblos más conocidos de la provincia limítrofe: El Barco de Ávila. Me resulta difícil elegir unas fotos que hagan justicia a tanta belleza, pero lo intento. Aquí tenéis una muestra y además en sepia y blanco y negro envejecido. Me parece que es un tono muy adecuado para unas imágenes que parecen del pasado.
Pasando por El Barco de Avila antes de entrar en Salamanca |
Una calle de Candelario con sus originales portones |
La vejez en los pueblos |
El agua que, incansable, recorre sus calles y nos regala su música |
Esto ya es La Alberca |
Plaza Mayor (La Alberca) |
Candelario |
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