La escritora y editora barcelonesa Esther Tusquets rememora en el volumen de memorias 'Habíamos ganado la guerra' (Bruguera) su "ingenua" infancia y adolescencia en el seno de la burguesía franquista catalana."Habíamos ganado la guerra".
Hace unos días oí comentar que la guerra civil española la habíamos perdido todos. No es verdad. Cierto que, tras una contienda que dejaba el país en ruinas y había ocasionado un millón de muertos, tenía que haber forzosamente motivos de duelo en ambos bandos. Pero unos la habían perdido y otros lo habían ganado. Los que la ganaron lo sabían bien, y los que la perdieron debían de empezar a calibrar, supongo, la magnitud de la catástrofe. Y yo, con mis tres añitos, pertenecía al bando de los vencedores".
Así comienza esta obra autobiográfica de la escritora y editora barcelonesa Esther Tusquets en la que describe la etapa más dura de la posguerra española a través de los recuerdos de la primera parte de su vida, desde los tres hasta los veinte años. El libro constituye un excelente retrato de la burguesía franquista en la Barcelona de los años 40, salpicado por anécdotas, curiosidades y vivencias de la que fue directora durante ocho lustros de la Editorial Lumen. Sin embargo, también se recogen confesiones y aspectos más crudos como las críticas hacia algunos miembros de su familia como su tío Víctor, un "nazi de opereta", o su propia madre, "la más fina de las princesas del guisante" y a la que Esther Tusquets define como una mujer malcasada a la que debe sus frustraciones y su inseguridad.
Muy interesante es el capítulo dedicado a Paul Preston y al revuelo que se organizó en abril de 2005 a raíz de una conferencia que dio el hispanista inglés bajo el título "Una contribución catalana al mito del contubernio judeo-masónico-bolchevique" y en el que acusa a su tío, el sacerdote Juan Tusquets, de perseguir a judíos y masones y participar activamente en la represión franquista. Esther Tusquets reconoce la sorpresa que le causó conocer algunos hechos sobre su tío que nunca pudo suponer durante su niñez. Lo que al lector no le va a sorprender es el título que la propia autora ha puesto a la continuación de este libro (Confesiones de una vieja dama indigna) donde sigue narrando con sinceridad su vida, desde que termina los estudios universitarios y empieza su labor editorial hasta hoy.
FUENTE: http://www.ucm.es/BUCM/blogs/sinololeonolocreo/1283.php
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