lunes, abril 2

Yo, tú, ellos, ellas, nosotros…nosotras... todos somos un poco fundamentalistas

Querida Ángeles: Desde hace unos días estoy pensando en escribirte esta carta, precisamente esta. El tema central es un poco "peliagudo" y por eso me lo he pensado; le he dado vueltas porque tengo la impresión de estar fuera de lo políticamente correcto. Si pudieras contestar a mis cartas probablemente ni siquiera nosotras estaríamos de acuerdo…, no lo sé… porque, que yo recuerde, nunca hablamos de estos temas.
Me explico: Desde hace unos días, la prensa, la radio y la televisión están tratando el tema del derecho o no derecho a que las jóvenes o adolescentes musulmanas que viven en España, puedan llevar cubierta la cabeza en lugares públicos, como la escuela o la universidad. Ya sabes, existen varias formas de cubrirse el cabello en esas culturas, que van desde el Burka que están obligadas a llevar las mujeres en Afganistán, hasta el “Hiyab”, un simple pañuelo, que puede ser de distintos colores y que se pone también de formas diferentes.
Bueno, pues no sabes la que se ha liado con el caso de una adolescente en una población madrileña. La chica parece ser que quiere ir con esa prenda y la escuela no la acepta. Najwa, que es como se llama la muchacha, parece dispuesta a mantenerse en sus trece, porque dice que ella considera que tiene derecho a llevarlo; es una costumbre musulmana, algo así como un signo de identidad para las mujeres de esa cultura, sean más o menos religiosas.
El caso es que se le han echado encima profesores, padres, alumnos, periodistas masculinos y femeninas, vaya que todo el mundo parece estar de acuerdo que ir a una clase con el pañuelo es algo pernicioso, un signo totalmente rechazable de sumisión de la mujer al poder masculino. Claro, ¿cómo vamos nosotros, los españolitos y españolitas occidentales, católicos, liberales y liberadas a permitir tal atrocidad? ¿Es que no se dan cuenta los musulmanes que están en una cultura que goza de total libertad para que sus adolescentes asistan a la escuela con el ombligo al aire, generosos escotes que dejan ver la mitad del pecho y el canalillo, unas minifaldas de infarto, llenas de tatuajes y piercing por las partes más insospechadas de su anatomía…
En fin, que nuestro modelo cultural es de lo más libre; tanto que sólo hay que observar a los grupos de muchachas y muchachos para darse cuenta de que van uniformados, todos igualitos: nadie se atreve a salirse del plato, porque el resultado de tal atrevimiento podría ser quedarse marginado del grupo. En eso consiste la libertad de nuestra avanzada y maravillosa cultura: en seguir sumisamente la moda; en adecuarse al gusto impuesto por los diseñadores, tiendas de modas y medios de comunicación. Sólo así se te considera una persona normal.
De verdad Ángeles, estoy cansada de escuchar discursos sobre las "pobrecitas" musulmanas, a las que solemos considerar totalmente alienadas. Pensamos que el único modo de "ser mujer" es el nuestro y claro, pretendemos imponerlo, porque nuestra idea de progreso no cuadra con esas imágenes femeninas que ahora pueblan nuestras calles. Así que nos hemos convertido en salvador@s de esas mujeres que parece que no tienen capacidad para decidir por sí mismas lo que quieren o no quieren hacer.
Es verdad, nosotras… bueno, quiero decir… algunas, “nos liberamos”, y el cuerpo fue lo primero que quisimos exhibir como símbolo de esa liberación. Yo no estoy tan segura de que una cosa implique la otra: es decir: tomar las riendas de nuestra vida es difícil, sigue siendo difícil y eso se puede hacer con la cabeza rapada, cubierta, llevando un tocado como el que llevaba en su tiempo aquella cantante… Carmen Miranda... Sí, no te rias, porque hay que echarle un poco de sentido del humor a la cosa...
Yo pienso que se puede ser libre o no serlo, con una pamela de plumas, y también enfundadas en esos trajes de chaqueta y subidas en grandísimos tacones que muchas de nosotras nos ponemos para estar a la altura... ¿de quién...? ¿No son nuestros adornos, operaciones de estética, maquillajes, tacones, etc. otra clase de velo...? ¿Dónde está nuestra libertad? Precisamente Amelia Valcárcel, que tú misma conoces, ya ha hablado de eso en alguno de sus artículos, una reflexión interesante para este momento de fundamentalismo.
Ángeles, ¿a ti no te parece tan fundamentalista una postura como otra…? Quiero decir: obligar a una chica a llevar la cabeza cubierta por las razones que sean, o prohibir que asista a las clases porque ese pañuelo tiene un significado que nosotros no aceptamos. De hecho está demostrado que las prohibiciones lo único que pueden producir es reacción en contra. Como bien dice Lidia Puigvert, una Antropóloga catalana, en lugar de solucionar el problema, se agrava.
Precisamente este fin de semana vuelve a la palestra en un diario nacional, el caso de Fátima, una adolescente que hace ya 10 años tuvo que dejar el colegio de monjas porque le prohibieron que llevase la cabeza cubierta. Fátima dejó la escuela y ahora, con más de 20 años, acude a un centro de adultos, donde está acabando su formación básica. El resultado de aquel error fue ese: cerrar el paso a la educación a una mujer y con ello limitar sus posibilidades para que ella misma, a través del contacto con otra cultura, por su propio proceso de integración, decidiera qué quería hacer. Ángeles, ¿cómo podemos ser tan poco inteligentes para no darnos cuenta de algo tan sencillo?
Y por otro lado, si Fátima u otras mujeres deciden que se sienten más cómodas, o les parece mejor ir vestidas de una forma determinada, ¿con qué legitimidad podríamos nosotros prohibirlo?
Mira, yo misma conozco a más de una mujer joven magrebí que lleva la cabeza cubierta, pero muy bien amueblada; con las ideas más claras que muchas de las que se van a operar el pecho porque necesitan que las miren; porque su mayor sueño es que al pasar por la calle todo el mundo se vuelva a mirar esos atributos tan sexys que la hacen ser más mujer, o al menos más deseada. No hay más que ver el anuncio de una clínica que se dedica a cambiar los cuerpos, de acuerdo con los cánones del mercado de la belleza.
He pensado mucho en ello y además ya tengo edad suficiente para haber visto modas y estilos diferentes de ir vestidas y adornadas. He recordado estos días algunas de las mujeres con más glamur del mundo del cine. Dos de ellas solían lucir en su época pañuelos en la cabeza, como un simple adorno: Grace Kelly y Audrey Hepburn. Nos parecían mujeres hermosísimas y no voy a referirme a ninguna más, aunque recuerdo a otras igualmente interesantes y bellas.
Mira, ¿sabes que te digo…? Que si un día a algún diseñador de esos del mundo de la moda, se le ocurriera presentar una pasarela con mujeres cubiertas, apoyado en una potente campaña publicitaria con la imagen de artistas del momento, no tardaríamos en ver a nuestras jovencitas cubiertas de pies a cabeza. De hecho, recuerdo una época de la adolescencia de mi hijo pequeño, que se llevó mucho el pañuelo al estilo pirata, vaya que él lo llevó y estaba muy guapo, por cierto.
De las cosas que han aparecido en la prensa sobre esta cuestión, dos me han parecido inteligentes, irónicas y bien argumentadas: un artículo de opinión de Savater y otro de un estupendo escritor: Gustavo Martín Garzo. El primero, con su ya conocida autoridad y saber en materia de ética, nos recuerda que no es lo mismo pedir que un centro laico se abstenga de exhibir símbolos religiosos, que exigirlo a un particular. Son cosas muy diferentes, porque las personas tenemos libertad para practicar la religión que nos parezca, y por eso podemos llevar crucecitas colgadas en el cuello, o pañuelos en la cabeza, mientras que el Estado está obligado a mantener su carácter independiente de cualquier confesión. Y no me sirve que me empiecen a decir que el Burka por aquí y por allí, o que las niñas musulmanas no son libres, ¿y nuestros niños, son libres cuando los bautizamos y hacen la comunión…? Por favor… Todas las personas, llegada la edad adulta, tienen la capacidad para tomar su propio camino en materia religiosa, y eso no sólo nos afecta a nosotros los cristianos, sino a cualquiera, que también las chicas musulmanas son racionales y piensan. Y si deciden seguir siendo lo que le han enseñado a ser y haciendo lo que su tradición les pide, pues nada, que sigan, que al fin y al cabo es lo que hacemos los demás. ¡Válgame Dios! Se diría que somos la pera de rebeldes nosotros y que nos oponemos a las costumbres y tradiciones de nuestros mayores con total facilidad. En fin, que no quiero seguir porque sería muy largo.
Y respecto a lo que dice Martín Garzo, prefiero que tú misma leas un trozo de su hermosísimo artículo, en el que propone una reflexión sobre las razones de todas las partes en esta historia. Dice el escritor:
“Y es verdad que todos tienen sus razones para actuar como lo hacen y decir lo que dicen, pero ¿bastan esas razones? En un relato del último libro de Tabucchi, una niña se detiene a hablar en una playa con un viejo profesor. La niña es avispada y en un momento de la conversación, citando sin duda lo que ha oído a sus padres, afirma que menos mal que nos quedan los ideales. Y el profesor le contesta que los ideales han llevado a cometer a los hombres las cosas más horribles, y que hay que tener mucho cuidado con ellos”
Y después de relatar un trozo de Alicia en el País de la Maravillas, concluye:
“Me gustaría que Najwa encontrara estos días un lugar así donde esconderse y sentirse libre, uno de esos lugares donde los caminos se ensanchan y en los que con algo de suerte puedes encontrarte con criaturas como la Falsa Tortuga o la Liebre de Marzo. Como la Alicia de Tim Burton, regresaría de él más sabia y libre, dueña de sus propias preguntas. No serían preguntas complicadas, sino las que suelen hacer los niños a los adultos en casos semejantes y que estos raras veces se atreven a contestar. Por ejemplo, a los padres y profesores del Consejo Escolar, les preguntaría: "¿De verdad valen más vuestras normas que mi tristeza?". A la presidenta de la Comunidad de Madrid: "¿Así te ocupas de los niños que tienes que cuidar?". A sus compañeras de clase: "¿Vosotras no tenéis secretos?". A sus padres: "Cuando era pequeña y corría a abrazaros, ¿no era mi melena lo que mirabais?". Y a los imanes que le dicen cómo debe vivir: "Decidme, ¿qué dios se ha interesado alguna vez por los deseos de las chicas reales?".
Un fuerte abrazo y seguimos en otro momento
TERESA


10 comentarios:

  1. ... y lo que es más importante, el derecho a revelarse por sí mismas. Esta sociedad es tan tremendamente cínica que obliga a revelarse a la mujer. Parece que piensa: Pobrecitas las chicas estas, como son idiotas, ellas no podrán hacerlo por sí mismas ¡Revelémoslas! ¡Que estupidez!
    Un beso mamá!

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  2. ¡Muy bien, Teresa! Has expresado lo que yo siempre digo sobre este asunto: la libertad está en que cada una pueda elegir cómo y de qué manera quiere vivir, no en obligarnos a todas a aceptar determinados modelos (que por otra parte tampoco es que sean en algunos aspectos muy liberadores).
    Yo también conozco a chicas y mujeres musulmanas con la cabeza muy bien amueblada, inteligentes, libres, que toman las riendas de su vida... y llevan hiyab. Y, desgraciadamente, me he topado con occidentales "liberadas" que de libertad poco, y de sentido crítico y discernimiento, menos.
    Además el velo no es signo de sometimiento al varón, sino a Allah.

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  3. EStupenda reflexión Teresa.

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  4. Hace unos años, aquí en Madrid tuve que renunciar a mi hiyab por la presión social y la ansiedad que en mí generaba una situación que no alcanzaba a entender... ¿Fui débil? No lo creo, me considero mujer "de armas tomar" pero llegó un punto en que regresar a casa cada día con alguna mala anécdota, me suponía un enorme esfuerzo y profunda desmotivación.

    Sí, decidieron por mi... Impensable en cualquier otro momento de mi vida, persona que casi siempre he hecho lo que he deseado.

    Si aquellos que no comparten la creencia en Dios (Allah) respetasen más -o simplemente respetasen- lo que otros pensamos, sería todo más justo, más tranquilo... Pero, sólo hay que ver que no nos ponemos de acuerdo ni en el término "democracia" con sus "justas medidas" ni dentro ni fuera de España.

    Muchas gracias Teresa por tu valentía y coherencia.

    Yvette

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  5. Suscribo totalmente este texto.Estoy de acuerdo contigo,Teresa ."Vive y deja vivir".Mas tolerancia para esta sociedad; dejar que las decisiones y la Libertad de verdad sea un logro intimo de cada uno.La Libertad es muy de dentro .Siempre me sentí libre aun estando rodeada de rejas.Para ello solo tuve que hacer esto:aprender a pensar, sin falsas crencias, y a cortar amarres intelectuales.También aprendí a dejar a los demás que pensaran.Juanita

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  6. Gracias a todos vosotros, los que habéis tenido la paciencia de leerme y luego el tiempo para poner unas palabras que me confirman en que todavía existe el sentido común

    Besos

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  7. Tere, ¿reparto leña, metaforicamente hablando?
    ¿vale la pena o sigo callado?
    Tu misma.
    Un abrazo

    SOY YO

    Coincido contigo en la admiracion por Aute.

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  8. Como dice el corrido...¡No me amenaces, no me amenaceeees! Como puedes suponer no voy a dejar de escribir lo que pienso por no tener bronca contigo. Puedes hacer lo que quieras, pero no pienso mover ni una letra de lo que he puesto, así que...

    Tere

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  9. Teresa, estoy de acuerdo contigo. Vivir en una sociedad multicultural no nos salva de contradicciones y de opresiones más o menos camufladas. Pero una cosa sí ganamos: nos coloca permanentemente un espejo delante de nosotros, de forma que cuando señalamos las conducta de los otros como inaceptables, nos devuelve la imagen de nosotros mismos. Tiene que venir una chica con un velo para que nos planteemos el debate sobre la laicidad en los espacios públicos. Bienvenido sea el debate, pero no seamos hipócritas, empeceos por nosotros mismos. Y si el debate es la la imposición de determinados signos de sometimiento, tenemos, como sugieres en tu artículo, un amplio catálogo.

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  10. 1. No amenazo.
    2. Es tu BLOG.
    3. De bronca nada, debate.
    4. No dejes de escribir por favor.
    5. No siempre se puede hacer lo que uno quiere. Hay unas normas en la sociedad, en los foros y en los Blogs. Hasta en los colegios públicos hay normas adoptadas democraticamente. Parece mentira pero es verdad.
    6. No muevas ni una coma, por favor
    7. Mi post de 11 mayo, 2010 10:33, no viene tanto por lo que tu escribes sino por el de Yvette. "Conmovedor"
    8. Sabes que en tus cartas a Angeles no tengo costumbre de intervenir.
    9. Me gusta F. Morales. Aporta ideas, argumentos.

    Otro Abrazo

    SOY YO

    Pdta. Voy a ponerme una sesion doble de "la leona de Castilla" de Saez de Heredia a ver si me relajo, je je. (O era raza??)

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